Portada del sitio > Carta abierta a Jose Saramago

Carta abierta a Jose Saramago

Publie le Miércoles 29 de diciembre de 2004 par Open-Publishing

Por James Petras
22 de diciembre de 2004


Apreciado Jose Saramago,

En días recientes, Colombia, (conocida por su gobierno apoyado por escuadrones de la muerte y masacres de campesinos) se ha convertido en el destino favorito desde donde algunos de los más conocidos intelectuales del mundo occidental han dictado cátedra sobre moral, condenando la Revolución Cubana (Susan Sontag) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (don Jose Saramago). Para empezar, permítame manifestar que no tengo objeción a la promoción de su último libro en cualquier lugar del mundo, pero no si implica hacer méritos con un régimen que es responsable de miles de muertes y dos millones de campesinos desplazados. Como un autoproclamado hombre de izquierda, está bien informado y familiarizado con las políticas del mundo, particularmente con Latinoamérica, la cual ha visitado frecuentemente dando conferencias, donde ha publicado y hablado con numerosos periodistas, intelectuales, políticos notables y otros "formadores de opinión". Cuando usted habla, interpreta y juzga políticos, grupos políticos y países, lo hace con base en la selección de datos y opiniones que coinciden con sus valores e intereses. No habla desde la ignorancia sino desde una perspectiva ideológica, desde la cual hace sus juicios.

Durante su visita a Colombia difamó los dos grupos guerrilleros, las FARC y el ELN: "En Colombia no hay guerrillas, sino bandas armadas". Vino a decir que ellas no son verdaderas comunistas porque "se dedican al secuestro, asesinato, a la violación de derechos humanos". Usted generosamente concede que "quizás en un principio lo fueron (comunistas), ahora no". Luego acepta que la lucha guerrillera está únicamente justificada cuando "un país es ocupado por un invasor y la gente tiene que organizarse para resistir".

Saramago, como usted bien sabe, hay muchas condiciones bajo las cuales los pueblos se levantan para derrocar sus opresores: dictaduras militares, regímenes civiles asesinos, propietarios y sus escuadrones de la muerte, etc. Seguramente recuerda la resistencia armada contra Franco, el exitoso derrocamiento de la dictadura portuguesa en 1974, como la popular resistencia guerrillera en Centroamérica contra los "regímenes civiles" tiránicos en Nicaragua, El Salvador y Guatemala. ¿O piensa que las guerrillas de Zapata, Farabundo Martí y Fidel Castro eran "bandas armadas" líderes porque fracasaron al no seguir sus consejos de votar "en blanco"? No se rebelaron contra un invasor, aunque capital foráneo, asesores militares y sofisticadas armas había en abundancia. Me temo que por sus criterios políticos negaría las grandes figuras emancipatorias y los eventos del siglo XX. Aquellos referentes revolucionarios continuarán formando millones de gente que lucha contra tiranos mucho después de que sus entrevistas y opiniones hayan sido arrojadas al tarro de la basura de la historia.

Pero permítanos de momento dejar a un lado su rara amnesia histórica. Vamos a discutir las guerrillas en Colombia, en particular, las FARC. Las FARC la formaron 46 activistas campesinos en 1964, quienes después de numerosos esfuerzos en establecer comunidades productivas pacíficas, sufrieron persecución y fueron testigos de la destrucción de sus cosechas, sus casas, sus animales por los militares, mientras sus familias, amigos y vecinos eran asesinados. Todo sucedía bajo un régimen civil elegido, oligárquico y represivo, para ser más precisos, bajo comando colombiano asesorado por las Fuerzas Especiales de los Estados Unidos. ¿Deberían haber vertido cenizas sobre sus cabezas, escondidos en el bosque y esperando hasta las siguientes elecciones para depositar un voto en blanco? ¿Garantizaría usted sus vidas una vez se cerrarán los registros de votación? Sí, se les garantiza, en un principio. ¿Las FARC habrían sido comunistas pero luego no? 20 años después las FARC negociaron un acuerdo de paz con el presidente Betancur, de tal manera que muchos de sus militantes y algunos de sus lideres pudieron formar un partido electoral, la Unión Patriótica, y participar en las elecciones para la presidencia y el congreso. Entre 1984 y 1989 más de cinco mil de sus miembros y activistas electorales fueron asesinados por el ejército colombiano, la policía y los escuadrones de la muerte, incluyendo dos candidatos presidenciales populares. Las FARC retornaron a la lucha armada.

¿Es ese el momento en que dejaron de ser comunistas? ¿Tendrían entonces que haber retornado al "voto en blanco"? ¿Dónde, desde el exilio? ¿Desde Lisboa? Esta claro que no, que las guerrillas retornaron a las actividades armadas porque no había otra vía para sobrevivir y continuar la lucha por lo que usted llama una "democracia efectiva" y contra los "plutócratas de la economía" a quienes usted verbalmente condena. Entre 1999 y 2001, las FARC, una vez más, acordaron suspender la lucha armada y entablaron negociaciones con el régimen de Pastrana. Exigieron una zona desmilitarizada —libre de tropas paramilitares y militares. Propusieron un programa político de reforma agraria, control público nacional sobre los recursos estratégicos y programas de empleo público masivo para la creación de puestos de trabajo. Esto fue puesto sobre la mesa y llegó a ser la base para negociar un acuerdo de paz y justicia. Usted seguro recuerda aquellos días, sólo hace una década, o algo así, y sólo ocho años antes de que fuera galardonado con el premio Nóbel [Nota de Red Palante: Saramago recibió el Premio Nobel en diciembre de 1998. Las conversaciones entre las FARC y el gobierno de Pastrana se iniciaron en enero de 1999].

Seguramente recuerda que las FARC convocaron una serie de foros públicos y seminarios e invitaron académicos, sindicalistas, agricultores y empresarios a que presentaran propuestas e ideas. Seguramente recuerda esas reformas, especialmente la propuesta de desmilitarización del campo, por ambas partes. Dr. Saramago, como un escritor que conoce el mundo, sabe que las "bandas armadas" no convocan foros, ni escuchan, ni aceptan propuestas de una pluralidad de procedencias para hacer de Colombia una democracia efectiva.

Con el respaldo del gobierno de Estados Unidos el régimen de Pastrana rompió abruptamente las negociaciones y lanzó un ataque sobre la zona desmilitarizada. ¿Deberían las guerrillas y los campesinos que la apoyan haber respondido preparándose para depositar "votos blancos"? ¿Habrían sobrevivido? ¿Fue aquel el momento en que, en su opinión, las guerrillas se convirtieron en "bandas armadas, secuestradores y asesinos"? Hablo en serio, Saramago. Quiero que me de su respuesta porque la propuesta de las FARC de reforma agraria y desmilitarización tiene el respaldo de millones de campesinos, expropiados y torturados por el gobierno colombiano que usted rehusó nombrar, al cual indirectamente se refirió como "situación en Colombia". ¿Por qué tal discreción cuando está hablando de un gobierno como el del actual presidente terrorista Uribe, quien ha desatado una política de tierra arrasada en el campo (colombiano)? José, ¿por qué el silencio sobre Uribe? ¿Por qué no condenar la enorme presencia de Estados Unidos en Colombia —tres billones de dólares en ayuda, 800 asesores militares, una docena de bases militares y varios miles de mercenarios pagados por el Pentágono? ¿No cuenta esto como una "invasión foránea"? ¿O necesita usted 10 billones de dólares y cinco divisiones de marines para llamarla una ocupación militar estadounidense para poder considerar las FARC y el ELN auténticos movimientos guerrilleros y no "cuadrillas armadas" de merodeadores y asesinos? No me arrepiento de escribirle en esta manera directa, no es sólo mi estilo sino el enorme daño político que usted ha hecho. Los términos que ha usado para calumniar las guerrillas hacen eco a la retórica del Pentágono, Uribe y el resto de la oligarquía colombiana. Pues su lenguaje político descalificando las guerrillas en Colombia es usado en toda Latinoamérica por las clases dominantes contra los movimientos populares. En Brasil, Paraguay y Bolivia los propietarios de tierras describen los movimientos de campesinos y trabajadores sin tierras como "vagabundos", criminales y "pandillas armadas". ¿Quién se reclama la autoría del término, usted o los propietarios de tierras?

Terminaré diciéndole lo que pienso.

Las guerrillas —las FARC y el ELN— son hoy y siempre fueron guerrillas. Están armadas porque tienen que estarlo, porque Colombia necesita cambios básicos y el sistema político no permite otros medios, incluyendo las elecciones para que se realicen sin terror e intimidación. Usted tiene derecho a su opinión, pero las circunstancias, el contexto e importancia de sus comentarios sólo pueden ser vistos como un fortalecimiento de los líderes terroristas y fuerzas militares en Colombia. Usted reivindica ser comunista, pero hay muchas tipos de "comunistas" hoy: aquellos que robaron el patrimonio público de Rusia y se convirtieron en notables oligarcas; aquellos que colaboran con el régimen colonial de Estados Unidos en Iraq; aquellos que han luchado 40 años en las fábricas, selvas y campo de Colombia por una sociedad sin clases; y aquellos "comunistas" que le temen al problema (imperialismo) y a la solución (revolución popular) y hacen de todo una cuestión de preferencia personal.

Las ideas, como usted sabe, tienen consecuencias y especialmente usted, Dr Saramago. Sus palabras son seguidas por millones de sus devotos lectores. Piense antes de hablar de "pandillas armadas" porque está justificando la muerte de miles de colombianos, quienes han escogido tomar el más difícil y peligroso camino hacia la emancipación de su país. En el pasado reciente hemos compartido opiniones y posiciones. Pero desde ahora en adelante cada uno por su lado. He perdido mi confianza y mis esperanzas en usted. Ha defraudado mi confianza. Siga su camino que yo seguiré el mío.

Sin pena ni excusas,

James Petras


James Petras es profesor de Sociología de la Universidad de Binghamton, Nueva York, y miembro desde hace 50 años de la lucha de clases, asesor de los campesinos sin tierra de Brasil y Argentina, y coautor de Globalization Unmasked (Zed). Se le puede escribir a:
jpetras@binghamton.edu