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Francia: La guerra de los excluidos

Publie le Sábado 12 de noviembre de 2005 par Open-Publishing
4 comentarios

Las periferias de Francia estallan en insurrecciones con causas pero sin proyectos. Las derechas soplan sobre el fuego llamando choque de religiones a lo que es en realidad la rebelión de una clase popular multiétnica que no tiene futuro en el neoliberalismo. Mientras el gobierno proclama el toque de queda, el levantamiento se extiende a Bélgica y Alemania.

por Gennaro Carotenuto

En la tarde del 27 de octubre Zyad Benna, 17 años, ciudadano francés con orígenes familiares magrebíes, y Bouna Traoré, 15 años, ciudadano francés con orígenes familiares en las antiguas colonias de África occidental, estaban jugando al fútbol en la calle en Clichy-sous-Bous, el barrio dormitorio donde han nacido.

Clichy-sous-Bous no está lejos de Saint Denis, otro barrio dormitorio donde está el estadio que vio triunfar a Zinedine Zidane, ciudadano francés con orígenes familiares magrebíes, en la final del Mundial 1998. Llega la policía. La policía en estos barrios y para estos chicos es una pesadilla. Significa duros interrogatorios, noches en las comisarías y palizas, de los policías o de los padres, o de los dos. Los chicos se dispersan aterrorizados. Huyendo, Zyad y Bouna se refugian en una centralita eléctrica donde mueren electrocutados.

LA CHISPA. Dos semanas después, decenas de miles de jóvenes de decenas de barrios periféricos, desde Marsella hasta el Canal de la Mancha, han quemado al menos 6 mil autos, cientos de autobuses y camiones de bomberos, decenas de escuelas. Miles, al menos 1.550 según el ministro de Justicia, Pascal Clement, han sido arrestados, y 273 fueron enviados a la cárcel. Hay decenas de heridos, entre ellos una mujer minusválida con heridas graves por su dificultad para abandonar el autobús que estaban quemando. Al menos una persona falleció, Jean Jacques Le Chenadec, un anciano golpeado porque intentaba defender su auto. Han aparecido las armas de fuego y varios policías han resultado heridos. Las dos partes, bandas y policías, han intentado evitarse, por lo menos hasta que la alarma social no sobrepasó ciertos límites.

Con la parcial excepción del primer fin de semana, las bandas de casseurs -demoledores, como se definen en francés- ni siquiera han intentado exportar la violencia a los centros de las ciudades, a los barrios acomodados y consumistas de los cuales están excluidos. Usan celulares, blogs, Internet, para destruir aquellos objetos de consumo que desean, pero de los cuales se sienten lejanos. En la mañana del martes 8, el presidente de la República, Jacques Chirac, proclamó el toque de queda. Lo ha hecho sobre la base de la misma ley de 1955 utilizada contra el levantamiento de Argel. En 1955 esa ley limitaba la libertad de prensa. Hoy han sido cerradas varias páginas web y al menos tres personas están actualmente presas por “instigación a la violencia” a través de sus blogs personales.

CHACALES POLÍTICOS. Para los chacales de la política francesa, el olor a sangre que llega desde las periferias es una droga. La ultraderecha, el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen y sus herederos, hablan de guerra civil y aplauden el toque de queda. Intentan evocar el fantasma del complot islámico. Sin embargo, no hay ninguna evidencia de que haya motivos religiosos en el levantamiento. Todo lo contrario: los imanes moderados y radicales llaman a la paz y ni siquiera hunden el cuchillo en el vacío de valores encarnado por el consumismo occidental.

La izquierda está atemorizada. Cosecha votos en las periferias donde proletarios franceses conviven con los franceses hijos de inmigrantes de tercera y cuarta generación. Los intendentes socialistas y comunistas aceptan las medidas para poner fin a la violencia; los únicos con las manos libres son los verdes y los trotskistas.

Los protagonistas políticos son el jefe de gobierno, Dominique de Villepin, y el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. Este último, cuando los jóvenes estaban indignados por la muerte de los dos chicos y marchaban bajo el lema “Pedimos respeto”, eligió soplar sobre el fuego con la provocación y el insulto. “Escorias, canallas, delincuentes”, son las palabras usadas por el ministro ya desde las primeras horas. Sarkozy compite con De Villepin por la herencia de la presidencia de Jacques Chirac, e intenta pescar en el cauce electoral de Le Pen. Los dos rivales juegan a hacer el policía bueno y dialogante (De Villepin) y el malo y violento (Sarkozy). Sin embargo las cosas han ido demasiado lejos y probablemente sólo la dimisión del mismo Sarkozy (con el fin de sus aspiraciones presidenciales) podrá terminar con un levantamiento que lo identifica como primer enemigo.

¿LIBERTÉ, ÉGALITÉ, FRATERNITÉ? Si las culpas por el deterioro de las periferias -como resultante de la crisis de la ciudad posindustrial- no son todas de Sarkozy, el levantamiento es el fracaso de la sociedad sarkoziana. Ésta mira al modelo económico anglosajón, imponiéndolo bajo el puño de hierro de “la ley y el orden” y poniendo en la mira exclusivamente dos categorías: jóvenes e inmigrantes. Sarkozy -que en la última ley de presupuesto quitó 300 millones de euros a las periferias- no inventa nada. Copia al “izquierdista” Tony Blair que hace dos años impuso el toque de queda a los menores por crímenes tan graves como llevar una campera con capucha.

En los últimos meses la única medida tomada por el ministro frente a la muerte de 52 inmigrantes africanos (entre ellos 29 niños) en cuatro incendios debidos a las malas condiciones de sus viviendas ha sido exclusivamente la de los desalojos forzados y las razias diarias de sans papiers -indocumentados- a la salida del metro para encaminarlos a la expulsión. En la tarde del miércoles 9 anunció en la Asamblea Nacional la expulsión de 120 extranjeros. Es lo que se le pide a un ministro de Interior derechista.
París, más que la estatua de la libertad, es la idea misma de los valores occidentales compartidos. París, con su “libertad, igualdad, fraternidad” es la summa theologica de la presunta superioridad y deseabilidad de estos valores. Sin embargo las ciudades han crecido en círculos concéntricos. En el centro están los más acomodados y el poder. En las cercanías los burgueses. En la época fordista -parece ayer- el tercero y el cuarto cerco eran el cinturón industrial, normalmente rojo, donde el inmigrante, francés o extranjero, conseguía desempeñarse en un proceso de promoción social. Es el “ascensor social” que en nuestra época neoliberal no funciona más. Hoy se prescinde del trabajo asalariado y se ideologizan los recortes salvajes al Estado de bienestar penalizando antes que nada a las periferias. En ellas el desempleo juvenil supera el 50 por ciento y los pocos que trabajan son precarios. Aunque muchos son inmigrantes de tercera o cuarta generación, todos son franceses, hablan perfectamente el idioma, frecuentaron escuelas francesas y ahí consiguieron sus títulos: hasta ahí llega la integración.

En una sociedad fundada en la invitación al consumo, nacieron excluidos en un modelo que ya no tiene ascensor y ni siquiera escaleras para asegurarse un trabajo digno. Los barrios centrales viven como si nada pasara. Lo más significativo es que las bandas ni siquiera intentan salir de sus guetos. No hay una Bastilla para tomar y ni siquiera tiendas de lujo para saquear. Es el suicidio social de una generación. Queman las autos de los padres de sus amigos, las guarderías donde van los hermanos, los gimnasios que frecuentan, los autobuses que los conectan al mundo exterior. Los chicos, en su violencia nihilista, ya no se tragan el cuento vendido durante décadas del ingreso a Francia como ciudadanos. Los padres pagaron precios altísimos pero obtuvieron trabajo y papeles. Los hijos concluyen que no pueden entrar en Francia porque ya no hay ningún camino, autobús o ascensor que conecte las periferias con el país. No son ellos los que cortan las rutas, es el neoliberalismo quien las cortó. Y ahí se quedan, quemando la periferia donde nacieron, sin esperanza ni futuro.

http://www.gennarocarotenuto.it/dblog/articolo.asp?articolo=319

Mensajes

  • Estoy totalmente de acuerdo con su analisis; particularmente por "Es el suicidio social de una generación." y "No son ellos los que cortan las rutas, es el neoliberalismo quien las cortó."
    Una palabra no me conviene, es "el neoliberalismo" : no hay que olvidar que detras del neoliberalismo hay personas que lo promoveen, y que son ellas que tendran al final que pagar la cuenta. Asi lo espero.
    Veremos lo que pasara en las presidenciales de 2007, cuando tendremos que escoger entre dos o tres fascistas (de cuales un solo lo sera oficialmente). En 2002, habia un traidor, un ladron, y un fascista. hemos escogido el ladron. el traidor fue el primer que perdio.
    Felipe (Philippe, de Paris)

  • Vamos a ver. Vd dice : "La izquierda está atemorizada. Cosecha votos en las periferias donde proletarios franceses conviven con los franceses hijos de inmigrantes de tercera y cuarta generación. Los intendentes socialistas y comunistas aceptan las medidas para poner fin a la violencia; los únicos con las manos libres son los verdes y los trotskistas."

    Me parece que está bastante mal informado. Le invito a leer l’Humanité, a leer los comunicados de Marie-George Buffet. Le invito encarecidamente a que lea la formidable intervención de Jack Ralite, el 16/11/2005 en el Senado. Y después, si quiere, podrá seguir despotricando contra los comunistas pero le rogaré que lo hiciera en conocimiento de causa y con la suficiente catadura moral como para citar todo aquello que le aconsejo estudiar.

    • Estimada amiga,
      la colección del semanario Brecha de Montevideo desde 1997 en adelante puede testimoniar cuanto "despotriqué contra comunistas".

      Confirmo lo que escribo. Los intendentes (alcaldes) comunistas (y más aún socialistas) fueron inicialmente más tibios en criticar las medidas por un motivo que considero muy razonable: teniendo responsabilidades de gobierno (local) el restablecimiento del órden era para ellos prioritarios y no era posible sustraerse a discutir medidas concretas urgentes incluido con el gobierno.
      A cambio verdes y trotzquistas, no teniendo estas responsabilidades eran libres de criticarlas. En esto no leo ninguna crítica a unos y apoyo a los otros, quizás (pero dejo a usted el juicio) todo lo contrario. Mis palabras elencan los hechos.

      Con el pasar de los días (y terminandose los incidentes) los comunistas pudieron tomar a nivel nacional una posición más decidida respeto a la que tomaron inicialmente los cuadros locales del partido en la misma banlieu. Pero esto pasó varios días después de la publicación de mi articulo y lamentablemente no puedo leer en el futuro.
      con amistad
      Gennaro Carotenuto

      http://www.gennarocarotenuto.it

  • Me parece perfecto lo que comenta.
    Son importates las marchas que se estuvieron haciendo apoyando la mla situciòn de los inmigrantes, cosa que colabora con una profundiczaciòn al tema. Si bien estos pibes estan expresando dolor, poco futuro, se revuelcan cada vez màs en esa mierda, utilizan la violencia contra la violencia del neocapitalismo, cosa que es justa. Pero serìa muy interesante que se profundice el tema, no quede solo en la quemade autos. Y sabiendo que es terrible que haya heridos, qu equemen sus propios barrios, falta una profundidad. Una lectura diferente, no son jòvenes drogadictos violentos, estàn diciendo la realidad cruda que dicen. Qué bueno sería que sectores radicales en francia Bélgica y Alemania se interioricen con el tema y comienzen a darle otra discución empezando por lo que cos hablás en el artículo. Soy de la Patagonia Argentina, y acá tenermos un programa de radio donde intentamos debatir estos temas. Solidaricémonos con los inmigrantes, peor primero leamos la realidad, que no es como la pintan los medios....
    Me gustaría aber si hay organizaciónes qu esolidarizan con el tema, o grupos...porque he tratado de encontrar y no encuentro...los medios no dicen y en internet es difícil...
    Bueno me despide diciéndo que no se acaben los debates pero que hay que actuar, no nos quedemos escribiendo y charlando solamente accionemos, accionemos
    Vamos por la libertad, vamos por destruír al capitalismo, vamos por el mundo sin fronteras....anarquí
    lui