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Como ACNUR evadió el cerco del DAS y la policía costarricense y logró sacar al amigo del ’canciller’ de las FARC de Costa Rica (Parte II)

Publie le Jueves 14 de abril de 2005 par Open-Publishing

Por Dick Emanuelsson*

Leer parte I

Que ’trabajara para ellos’

En concreto, todo este tiempo de presión y de chantaje se reducía a la propuesta, que traía el miembro de la policía colombiana, y era que ’trabajara para ellos’ ya que -dijo el policía colombiano- ’sabían que yo tenía acceso a la comisión internacional de las FARC’. A mi me dio risa que me plantearan eso de esa manera y le dije al miembro de la policía que por qué razón ellos no habían capturado a Marulanda, siendo que tenían todos los recursos económicos y técnicos y yo mismo les respondí porque ellos son zorros, astutos y son previsivos, y ante cualquier situación anómala ellos se mueven.

’¿Usted cree que los miembros de la comisión internacional son tontos, que van a esperar que les pase lo mismo que le hicieron a Rodrigo en Caracas?-les dije.

Y les aclaré que la cuestión era al revés, que definitivamente yo no tenía acceso a los miembros de la comisión internacional. Que más bien eran ellos los que tenían acceso a mí, porque mi vida era pública, absolutamente pública en Costa Rica, que nada clandestino ni ilegal hacia yo. Que además como tenían acceso los de las Farc, lo tenían algunos miembros del partido conservador y algunos del partido liberal con los que yo mantenía algunos contactos por teléfono y por internet.

Ellos siguieron presionándome, que como fuera yo podía llegar a ellos y me preguntaron por una guerrillera de nombre Nubia. Yo les dije que yo no tenía ni idea de quién era, que no la conocía. Allí ellos como que empezaron a dudar un poco.

Para ganar tiempo les dije que la situación era muy difícil para mí, comprometerme a una cuestión de esas, que de todos modos yo tenía que pensar esa propuesta, porque tenía muchas implicaciones para mí. Y les dije que me dieran un tiempo. Entonces los dos se miraron y me dieron ocho días para que pensara la propuesta. Al final la cosa parecía como si fuera entre amigos, sonriéndose ellos y hablándome el colombiano de vallenatos.

¿A quién servía el Director General de la Migración?

Salí de la sala de juntas y estaba don Marcos con mi esposa y mi hijita en su oficina, ella puede avalar que don Marcos no estuvo en ningún momento en el interrogatorio. El hacia énfasis que estaba preocupado por mi seguridad. Sin embargo él fue quien facilitó la encerrona que me hicieron y permitió que en el despacho de la Dirección General de Migración se realizara un interrogatorio ilegal, violentando todo el orden jurídico costarricense y el derecho internacional pertinente. Por cuanto como refugiado su obligación era protegerme y no ponerme en contacto con miembros de una institución que siempre me ha perseguido en Colombia.

DE: Esto parece como una película de ficción, los miembros de la policía secreta costarricense desde 1997 están documentando y registrando todos tus movimientos y actividades y, sin embargo, vienen y se reúnen con la policía colombiana y les pasan todos sus informes. Y los jefes de la migración, específicamente el Director, facilita esta tipo de encuentro. De igual manera tratan de involucrar a Cuba para reafirmar lo del terrorismo internacional. . . . .

HVT: Yo pienso que uno de los objetivos que tenían era saber si en Cuba había miembros de la comisión internacional de las FARC, para decir que Cuba era un nido de terroristas. También para ver si yo había tenido contacto con ellos. Lógicamente era como una forma de medir si yo tenía conexión con ellos. La propuesta es una propuesta que se deriva de un chantaje vulgar, extorsionador, que viola todo el ordenamiento jurídico internacional.

’¡Nunca fui guerrillero!’

DE: ¿Alguna vez hizo mención la policía de Costa Rica o de Colombia de que tú habías violado las leyes costarricenses?

HVT: En ningún momento me plantearon eso. Es más, siempre que he necesitado la hoja de delincuencia, como llaman acá al equivalente del certificado judicial, me ha sido entregado y aparece que no tengo ninguna cuenta pendiente con la justicia costarricense. El que siempre insistía en que su preocupación era mi estabilidad y mi permanencia en Costa Rica era el miembro del DIS costarricense y llegó en determinado momento a decirme que sería una lástima que la policía colombiana publicara fotos mías de cuando yo era guerrillero en la Sierra Nevada, allá por los años ochenta.

DE: ¿Fuiste guerrillero?

HVT: No, ¡nunca fui guerrillero! Siempre he tenido muy buenos amigos en las organizaciones, sobre todo en las FARC, porque algunos de esos dirigentes de las FARC han sido dirigentes de la izquierda legal, dirigentes comunistas o de otras organizaciones de izquierda, que por la guerra sucia tuvieron que enmontarse. Mi época de militancia fue en los años setenta y ochenta.

DE: ¿En la Juventud Comunista Colombiana?

HVT: En la JUCO y entonces allí conocí a gente de todo tipo, a muchos dirigentes, gente del M-19, el ELN, del partido liberal y conservador, del MOIR, de los trotskistas, maoístas, de todo el espectro político que se mueve en Colombia y, lógicamente, uno tenía contacto con ellos porque en las asambleas estudiantiles se daba la discusión a ver quien era el que tenía la línea, como decíamos en la época.

DE: Pero tu también fuiste médico en la Sierra Nevada, porque tu eres de la Costa, del departamento de Magdalena.

HVT: Si yo después que terminé el rural en Gamarra, me ubiqué en un pueblo que se llama Fundación, que queda prácticamente en las estribaciones de la Sierra Nevada. Yo iba a realizar a la Sierra brigadas de salud, allá no había atención médica. Entonces los presidentes de las Juntas de Acción Comunal me pedían que si podía darles la asistencia. A veces iba un fin de semana, a veces en Semana Santa. Incluso los mismos indígenas también les presté atención médica y bueno, las contraprestaciones era la satisfacción de estar brindando la atención a gente que no tiene. Pero no solamente en la Sierra, también en la parte plana que corresponde a toda el área de Fundación, allí realizaba brigadas de salud.

DE: Allí se cruzaron, me imagino, a veces con la guerrilla, porque era zona bajo influencia de ellos.

HVT: Si, lógicamente en esa zona se movía el 19 Frente y bueno, ya hoy puedo decirlo, porque el amigo murió, el comandante de ese frente había sido compañero de estudios mío en el bachillerato.

DE: ¿Cómo se llamaba?

HVT: El comandante Adán Izquierdo, fue mi compañero de estudios en la secundaria y todos los que nos graduamos en esa promoción con él, estábamos al tanto de que él estaba ahí en la Sierra. Incluso, muchos iban a visitarlo, no como cosa de incorporarse a la guerrilla, ni trabajar con la guerrilla, ni nada por el estilo, sino con el ánimo de visitar a ese amigo que había tomado una decisión de ese tipo y compartir con él algunas cosas.

Detenido por la contraguerrilla

DE: Es decir, que por las viejas amistades tuyas en la época legal, que después fueron insurgentes, incluso Rodrigo Granda, ¿es que tratan de comprometerte las autoridades colombianas como integrante a la insurgencia de esa época?

HVT: Bueno, en esa época yo asistía o iba a brindar a los campesinos la atención médica. Pero en el año de 1988 en Aracataca (en donde nació el Premio Nóbel, Gabriel García Márquez), que queda a 15 minutos de Fundación, me detuvo un comando de la policía contraguerrilla.

Yo estaba haciendo fila para hacer una llamada. Había dos o tres personas más y nos agarraron diciendo que nosotros éramos guerrilleros. A tres de los detenidos nos llevaron para una zona que se llama Macaraquilla, que es ya en las estribaciones de la Sierra y nos la montaron a los tres, como decimos allá. Nos separaron como 200 metros a cada uno y nos dieron patadas, golpes con la trompetilla del fusil y las pistolas, nos pusieron la bota en la nuca y como a la hora sonaron tres disparos en la parte más alta, después jugaron a la ruleta rusa. Lo que nunca supe era si el revólver tenía realmente un único cartucho de los seis.

Dijeron que allá habían matado al primer ’hijueputa’, que teníamos que hablar, reconocer que éramos guerrilleros. Al darse cuenta que ninguno de los tres tenía nada que decir, entonces nos embarcaron en la camioneta y nos llevaron al comando de la policía de Fundación. Ahí permanecí detenido sin ninguna acusación durante cinco días y posteriormente nos trasladaron a Santa Marta a los calabozos del F2, donde estuve detenido cinco días más.

Nos liberan porque una juez dicta un Habeas Corpus a nuestro favor. Sin embargo, antes la policía nos traslada a la cárcel de Santa Marta, allí un juez de orden público estaba llamándome para que rindiera indagatoria y los abogados decían que no era posible que eso sucediera porque yo tenía un habeas corpus.

La situación se resolvió porque el director de la prisión de Santa Marta, ante la presión de los abogados, por un lado, y del juez de orden publico, por el otro, dijo; ’voy a llamar a la dirección general de prisiones y lo que ellos decidan, eso hago’. Llamó al director general de prisiones, él le preguntó si tenia el Habeas Corpus en la mano, él le dijo que si, y entonces le dijo ’libérenlos’.

De ahí en adelante me montaron a mi un proceso por rebelión, es un proceso que siempre se mantuvo vivo, siempre lo tuvieron ahí, actualizándolo. Entonces yo me escondí en la Sierra. Yo vivía en la Sierra Nevada, me movía por ciertas zonas y ahí atendía a indígenas, campesinos y también a los guerrilleros. Aclaro que viví en la Sierra con la guerrilla, pero no EN la guerrilla, siempre protegido por la guerrilla, pero también protegido por los campesinos, por los indígenas, por los hacendados, en fin, por toda la gente que vive por toda la zona. Es quizá la época en que yo me sentí realmente médico. Los indígenas me pusieron un nombre, que parece que es el nombre que estos señores manejan, ’El Salvador’, por mi condición de medico.

Matan familiar de su esposa indígena

DE: Bueno, hay que decir también que tu esposa es indígena, viene de la Sierra Nevada.

HVT: Si, yo conocí a mi compañera, yo me había casado antes pero a raíz de todos estos problemas el matrimonio se acabó. Yo la conocí a ella en el año 88 y en el año 90 me trasladé para la zona de la Sierra en donde ella vivía. Ella es descendiente de los Kuankuamos, pertenece a la cuarta etnia de la Sierra Nevada, los indígenas Kuankuamos. Estos indígenas han estado siendo perseguidos por las fuerzas paramilitares. Las denuncias que hacen los organismos de derechos humanos es que durante este tiempo han asesinado aproximadamente a 172 miembros de esa etnia, han causado un desplazamiento masivo y se han apoderado de sus tierras.

Entre los asesinados hay un primo -en 2 ó 3er grado- de mi compañera, que era el responsable de derechos humanos de la organización nacional indígena seccional Cesar, él se llamaba Fredy Arias. El pidió una entrevista para solicitar protección porque temía por su vida, le dieron la entrevista y a la hora de haber salido de ella lo asesinaron en Valledupar. A todos los Arias los están persiguiendo, porque dicen que son miembros de la guerrilla o apoyan a la guerrilla de una u otra manera.

Es de resaltar que en esa zona se está deteniendo masivamente a los campesinos por el simple hecho de que la guerrilla pase por allí, de que les brinden un vaso de agua. Es una situación muy complicada para esos indígenas e incluso un hermano de mi esposa, le tocó venirse porque los paramilitares lo estaban buscando para asesinarlo, hasta en Bogotá lo estuvieron buscando.

DE: ¿En este momento él esta con ustedes?

HVT: Si, él esta con nosotros y bueno, parece que salió de ’Guatemala y se metió en Guatepeor’, como decimos en Colombia.

Leer parte III


Fuente: ARGENPRESS.info
* Dick Emanuelsson es un corresponsal sueco acreditado desde hace dos años en Colombia para la prensa sindical sueca.