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EL DETERMINISMO FILOSÓFICO IDEALISTA…

par FREDDY SUBDIAGA

Publie le Lunes 17 de octubre de 2016 par FREDDY SUBDIAGA - Open-Publishing

EL DETERMINISMO FILOSÓFICO IDEALISTA…

Todos contra Marx, es el acumulado de toda la genuflexión mental (reverencia, sumisión o adoración) de la apología a la escolástica burguesa y su sistema de la esclavitud asalariada. En contra posición a la filosofía materialista que no surge con Marx, sino que la enriquece…

“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo; pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Karl Marx

Hacer una síntesis desde la base de que a lo largo de toda la historia de la humanidad, la filosofía idealista ha descrito e interpretado nuestro papel en el mundo, pero sin proponer cambios y donde se obvia el desarrollo del antagonismo de clases que va a la par del desarrollismo tecnocientífico. Carlos Marx y Federico Engels, escrudiñando el pensamiento de Henri de Saint-Simón, Charles Fourier, Robert Owen y Louis Auguste Blanqui; que pregonaban el socialismo utópico, deseando suprimir con sus remedios o panaceas acabar las lacras sociales sin dañar en lo más mínimo el capital y la ganancia.

Podríamos entonces citar un aforismo popular que describe lo que seguramente se requiere para transitar la transformación política, social, económica y cultura de nuestro mundo hoy: “si quieres resultados distintos, no hagas lo mismo de siempre”. Si valoramos la relación de esta cita con nuestra realidad (entre lo que hasta entonces era y lo que empezó a ser hasta ahora) ya que muchas de esas interpretaciones filosóficas, anteriores al socialismo utópico, degenero en el socialismo reaccionario con sus expresiones: feudal, pequeñoburgués, alemán o “verdadero”, conservador burgués o socialdemócrata.
Por lo tanto, en el mundo como el ser humano de hoy, llevan implícita una crítica negativa de lo que está ocurriendo pero sin plantearse un cambio en el origen de todo, y sobre todo en la educación.

Con el surgimiento del sistema capitalista de expoliación indiscriminada de los recursos naturales y la explotación antihumana de la fuerza innovadora, creativa y productiva de los seres humanos, la burguesía como clase dominante ya no solo ha depredado los recursos de una nación, sino que ha requerido para producir obras, bienes y servicios que satisfagan sus necesidades, la expoliación de materias primas que proveen otras naciones y esto no solo se expresa en la producción material sino también en lo intelectual.

El analfabetismo político es consecuencia de esa modorra filosófica idealista, que elogia toda la banalidad de la sociedad actual, donde las lacras sociales como: el hambre, las guerras, la alteración climática, la desertificación ecológica, la violación del derecho a las naciones a la soberanía y la autodeterminación; son ocultados por toda esa gama de teorías envilecedoras de la cultura de la clase dominante que surte efecto solapador en el subconsciente colectivo de la clase dominada.
La contradicción silogística entre transformación y reformismo la conclusión es la obligada adopción de la forma y contenido del modo de producción capitalista, para graficar esta aberración de la filosofía idealista extraemos del Manifiesto del Partido Comunista el siguiente párrafo:

“Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de producción y al constante progreso de los medios de comunicación, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáticamente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si no quiere sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burguesa. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza.”

De manera que no se trata de Europeizar o Asiátizar mediáticamente la educación, sin precisar la concepción de clase a la que obedece toda la arquitectura del sistema educacional, que requiere el modo de producción capitalista. Distraernos con maniobras escolásticas y teoréticas bajo la estructura diversionista de la historia, donde el antagonismo de clases se oculta con premeditación y alevosía academicista, y, con este las Leyes del Materialismo Dialéctico e Histórico, conculcadas o infringidas en detrimento de una verdadera revolución que rompa con el sometimiento psicoestructural del proletariado sujeto histórico de las fuerzas primordiales de transformar todas las fuentes de la naturaleza en favor de las mayorías y, no como hasta ahora que enriquece a la minoría; minoría que usa las dos vías del capitalismo: la explotación de la clase obrera y la expoliación de los recursos naturales y los tributos de la nación.

La filosofía idealista, comprometida con la sociedad burguesa se convierte en muro de contención utilizando todos los subterfugios subliminales, morales, religiosos y educativos en favor de los intereses de la clase dominante, volvamos al Manifiesto del Partido Comunista:

“Las condiciones de existencia de la vieja sociedad están ya abolidas en las condiciones de existencia del proletariado. El proletariado no tiene propiedad; sus relaciones con la mujer y con sus hijos no tienen nada de común con las relaciones familiares burguesas; el trabajo industrial moderno, el moderno yugo del capital, que es el mismo en Inglaterra que en Francia, en Norteamérica que en Alemania, despoja al proletariado de todo carácter nacional. Las leyes, la moral, la religión son para él meros prejuicios burgueses, detrás de los cuales se ocultan otros tantos intereses de la burguesía.”

Por eso, no es de extrañar el comportamiento de estos nuevos filósofos de la liberación, que se presten como instrumentos distorsionadores de la filosofía materialista y con habilidad epistemológica reaccionaria no contribuya al esclarecimiento del motor de la historia, que hasta nuestros días es la lucha de clases. Retomemos el Manifiesto del Partido Comunista:
“Todas las sociedades anteriores, como hemos visto, han descansado en el antagonismo entre clases opresoras y oprimidas. Mas para poder oprimir a una clase, es preciso asegurarle unas condiciones que le permitan, por lo menos, arrastrar su existencia de esclavitud.”

No hay duda, que esta sociedad burguesa le tiende la trampa de asegurarle la miseria y pauperismo a la clase trabajadora, que no puede evitar ya que si satisficiera las principales necesidades como alimentación, vivienda y vestido, no contaría con el ejército de productores que le generan abundante riquezas, y para esto cuenta con sus ideólogos, filósofos y laboratorios de la educación burguesa.

Entonces el movimiento revolucionario del proletariado que debe evaluar toda esa orientación escolástica y, precisar, como se precisa en el Manifiesto del Partido Comunista:

“Todos los movimientos han sido hasta ahora realizados por minorías o en provecho de minorías. El movimiento proletario es un movimiento propio de la inmensa mayoría en provecho de la inmensa mayoría. El proletariado, capa inferior de la sociedad actual, no puede levantarse, no puede enderezarse, sin hacer saltar toda la supraestructura formada por las capas de la sociedad oficial.
Por su forma, aunque no por su contenido, la lucha del proletariado contra la burguesía es primeramente una lucha nacional. Es natural que el proletariado de cada país deba acabar en primer lugar con su propia burguesía.”

Cerramos con una máxima del camarada Vladimir Ilich Lenin:
“El capitalismo es un sistema imposible de reformar. La tarea histórica del proletariado moderno es destruirlo, no reformarlo.
” (¿Qué hacer?1902)

Freddy Subdiaga
Militante del Glorioso Partido Comunista de Venezuela