Portada del sitio > 27 F : a 19 años de la masacre
27 F: A 19 años de la masacre
caminosaltair y5F hotmail.com
Recordar los sucesos del 27 de febrero de 1989 y los días sucesivos resulta doloroso. Quienes vivimos de cerca los acontecimientos en Caracas aún nos queda el sabor amargo adherido a la piel. La represión desatada por el gobierno asesino de Carlos Andrés Pérez contra los sectores populares no tenía hasta ese momento punto de comparación en la historia de Venezuela. Justamente, la escasez ficticia de la harina y otros alimentos originó un sentimiento de repudio entre la población. Panaderos y comerciantes de entonces, se negaban a fabricar pan porque no había harina; sin embargo, se demostró que no existía tal escasez pues tenían acaparado el producto en espera de un aumento en el precio. Otro de los detonantes y quizás el que prendió la mecha fue el aumento inconsulto del pasaje hecho por los conductores de Guarenas. Por esos días se notaba en Caracas y todo el país un ambiente enrarecido pues no existía preocupación de por parte del gobierno para mitigar la aguda crisis económica que se vivía. Los pobres estaban cada día más pobres; y los empresarios y ricos terratenientes usufructuando no solo el poder sino también enriqueciéndose a costa del colectivo.
1989 fue el año de la coronación. Carlos Andrés Pérez - quien ejerció el terrorismo de estado en la década del sesenta - comenzaba su segundo mandato presidencial. El gran viraje como se conoció entonces su programa de gobierno, buscaba implementar medidas económicas que pesaban solo al pueblo pues la mayor carga se impuso a la clase media y a los pobres. La rebelión civil que comenzó en Guarenas y se extendió a la capital de la República y luego por gran parte del país, demostró el grado de frustración que tenían los venezolanos. El gobierno poco conciliador sacó a las calles a policías y militares a asesinar sin misericordia a cuanto ciudadano se atreviese a protestar o simplemente se encontrara en las vías públicas. Se aprovechó la oportunidad para matar a quienes eran considerados estorbos para el gobierno; al poeta Crisanto Mederos lo asesinaron en su casa de la Pastora cuando se disponía a dormir; su pensamiento político y su trabajo comunitario se convirtieron en su sentencia. Ejemplos como el anterior abundaron por esos días. La represión arropó al país. Las calles de Caracas se saturaron de cadáveres, los allanamientos de moradas se multiplicaron; hubo gran cantidad de desaparecidos; los enemigos políticos fueron fusilados en forma clandestina; simplemente se masacró al pueblo porque protestaba a favor de sus derechos. Han pasado 19 años, los responsables de lo ocurrido jamás fueron enjuiciados por sus crímenes; en la memoria colectiva aún persiste el temor soterrado de que se repitan hechos parecidos; la justicia venezolana no se preocupó por acusar a los culpables. La insurrección popular de febrero de 1989 demostró que el pueblo aun a expensas de su vida sale a las calles a luchar por su dignidad.