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ANALISIS DE LA COYUNTURA ELECTORAL DEL 2008 Y LA POSICION DEL MRNP

Publie le Miércoles 7 de marzo de 2007 par Open-Publishing

MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO NUEVA PATRIA (MRNP)

ANALISIS DE LA COYUNTURA ELECTORAL DEL 2008 Y LA POSICION DEL MRNP

Introducción

Republica Dominicana asiste a su séptimo torneo electoral de sus últimos 10 años. Esta vez será para elegir sus autoridades nacionales. El predominio del PLD, PRD y PRSC, sobre todo de los dos primeros, es obvio en esta nueva coyuntura. Sin embargo, también se puede captar un incremento en los niveles de desencanto ciudadano hacia estas propuestas partidarias. Su falta de credibilidad se acentúa en una franja ciudadana creciente, lo cual está muy asociado a los niveles de corrupción pública, a la ausencia de compromiso programático y a la débil voluntad oficial, cual que sea el partido gobernante, para enfrentar con seriedad los profundos déficits sociales que tornan infernal la existencia para millones de dominicanos y dominicanas.

Se da, este nuevo torneo electoral, en medio de una difícil problemática económica para la inmensa mayoría poblacional. Donde el desempleo se incrementa, al tiempo que siguen en alza los precios de los artículos, productos y bienes de servicios fundamentales para la vida humana. Ocurre, cuando la capacidad adquisitiva de la gente se debilita y en un momento de predominio de bajos salarios en la sociedad, extendiendo y profundizando los niveles de pobrezas, todo lo cual lleva, contrariando los sofismas oficiales, a más del 70% de la población ha considerar que la economía marcha por mal camino.

Sin prestar atención a las necesidades humanas, el gobierno prosigue aplicando una política fiscalista que penaliza por igual a todos sin importar los niveles de ingresos. Comprometiendo el futuro de la nación y de las generaciones por venir, aumenta el volumen de nuestra deuda externa. Desconectado de la realidad nacional, dicho gobierno usa los millonarios ingresos de que dispone -la ley de gasto público para este año es de 258,000 mil millones de pesos- en comprar lealtades políticas y en obras suntuosas como es el Metro, a costa de la inversión en áreas fundamentales para el desarrollo humano y nacional, como son salud, educación, empleos productivos y energía eléctrica.

Llama la atención, en este proceso electoral, que el mismo ha servido para exponer públicamente la aguda lucha interna que por el control del aparato partidario y la candidatura presidencial sostienen el presidente Leonel Fernández y el ex secretario de la presidencia Danilo Medina. Al margen de lo que pueda ser su resultado final, este pugilato ha sometido a cuestionamiento la pretensión del presidente Fernández de seguir proyectándose y actuando como el único líder nacional con capacidad y posibilidad de ocupar el espacio dejado por la desaparición de los líderes emblemáticos que dominaron el escenario político nacional en los últimos casi 50 años.

Otro elemento que distingue la actual coyuntura, es el creciente sentimiento en grupos ciudadanos y organizaciones políticas progresistas de buscar y articular una participación a fondo en las elecciones con candidaturas y banderas programáticas comunes, que ayuden a romper el cerco impuesto a este sector y a potenciar un proceso acumulativo de fuerza que le permita trascender en la sociedad como representante de una opción política creíble y esperanzadora.

Para nosotros, como Movimiento Revolucionario Nueva Patria (MRNP), la presente es una coyuntura de la que no debemos marginarnos. Y no solo no marginarnos, sino que tenemos que intervenir en ella con una firme decisión de difundir en los mas amplios sectores nacionales la propuesta política que nos diferencia de lo dominante y estimular la organización ciudadana y social de quienes dejaron de creer o nunca han creído en las ofertas y forma de ejercicio político de las nuevas elites que controlan a la partidocracia tradicional.

Esa voluntad tiene que venir acompañada de un amplio y democrático esfuerzo unitario que reduzca al máximo el número de candidaturas del sector alternativo, cual sea el tinte ideológico, y que a la vez defina una línea de intervención electoral, que se exprese en un discurso, una base programática y un candidato, que busque conectarse con la mayoría ciudadana, no solo con los/as identificados/as con un espectro ideológico determinado.

Hablamos de una participación que sirva a la educación y a la incorporación política, así como a la promoción de la lucha de todos los sectores que son afectados por el modelo económico prevaleciente, modelo cuyo propósito final es incrementar los beneficios de las transnacionales y perpetuar su dominio sobre la nación dominicana. Una participación, en fin, que acentué los perfiles esenciales sobre los cuales ir construyendo una nueva fuerza política con condiciones para pelear por la conducción del poder central de la nación dominicana.

LA CONVENCIÓN DEL PRD, SU UNIDAD Y EL FANTASMA DEL MAL GOBIERNO DE HIPÓLITO

El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) celebró su XXV Convención Electoral. Su mayor triunfo inmediato fue no dividirse públicamente ni verse sometido a un interminable proceso de acusación y contraacusación, contrario a los vaticinios que auguraban una primaria conflictiva, tormentosa y hasta violenta.

A favor de dicho partido y del proceso eleccionario que desarrolló cuenta, también, el hecho de haber llevado a los centros de votación, según sus propios cálculos, alrededor de 700 mil dominicanos y dominicanas. Si bien aparenta una votación baja en comparación con los 5 millones de empadronados que tiene la Junta Central Electoral, de ser cierta hay que entender que las primarias internas de los partidos, cual que sea el método que se use, interesan mayormente a sus propias militancias, no así al ciudadano/a sin compromiso partidario.

Procede indicar, para el análisis, que estas primarias se producen después del PRD haber encabezado un gobierno desastroso (2000-2004) y de haber tenido dos participaciones electorales donde además de perder la presidencia del país, perdió la mayoría abrumadora que contaba tanto en el poder legislativo como en el municipal.

Visto así, el alrededor de 700 mil votantes que concitó su proceso de selección del candidato presidencial, es una sólida votación, mas cuando en las presidenciales del 2004 los perredeístas sólo lograron 1 millón 200 mil votos.

Al elegir como candidato para las presidenciales del 2008 a un integrante de las nuevas generaciones dirigénciales, este partido da un nuevo paso adelante en el proceso de transición direccional que vive desde la muerte, el 10 de mayo del 1998, de su histórico y emblemático líder José Fco. Peña Gómez. La elección de Miguel Vargas Maldonado, pudiera estar sugiriendo un fortalecimiento de la tendencia a hacer prevalecer una dirección partidaria donde el peso fundamental recaiga en el factor colectivo, ya no en el liderazgo individual que sí pudo encarnar y exhibir Peña Gómez.

Estos resultados electorales internos del perredeísmo parecen confirmar, también, la tendencia iniciada previo a las presidenciales del 2000 que reduce el peso especifico y la influencia del viejo liderazgo que orbitó y/o coexistió en los últimos 20 años junto al liderazgo carismático del Dr. Peña Gómez.

Sin embargo, aún es temprano para asociar la victoria de esta nueva generación política de perredeísta a una nueva apuesta por el rescate de los mejores valores políticos de la corriente que ha representado históricamente el PRD. Mucho mas, cuando tanto en su forma, como en sus ofertas primarias básicas, la candidatura de Miguel Vargas Maldonado no guarda diferencia sustantiva con lo que fue el perredeísmo gobernante en el periodo 2000-2004, ni con lo que ha representado históricamente la mayor parte del liderazgo derrotada en la recién pasada convención.

De hecho, la derrota de la candidata de la “Corriente Unitaria” no radicó en la justeza ni en la fortaleza de la oferta política, ideológica y programática de su contrincante, sino en el uso incontrolado de un poder económico que encontró un terreno fértil en una membresía dominada por una cultura política clientelal y cualquierizada, así como por el respaldo recibido por el ex-presidente Hipólito Mejía y la mayor parte de los dirigentes pertenecientes a su grupo.

Dada la debilidad institucional de todo el país político, lo que obviamente incluye a los partidos, la pregunta es cual será la conducta de los grupos derrotados. En este sentido varias podrían ser las variables que están considerando los líderes de la “Corriente Unitaria”, sobre todo el sector más ideológicamente comprometido con la ex vicepresidenta Ortiz Bosch.

Una, y la mas elemental desde el ángulo formal del ejercicio político, es su integración a la campaña de Vargas Maldonado dado el voto abrumadoramente mayoritario que este concitó, buscando así reforzar la unidad de su partido y su estrategia de retornar el control del gobierno central de la República. Esta variable puede ganar mas fuerza dada la movilidad casi inmediata que se da en segmentos de militantes de la fuerza derrotada, hacia el grupo y el candidato triunfador.

Otra posibilidad es la de cruzarse de brazos y dejar que toda la campaña sea corrida por el grupo triunfador, lo que se traduciría en una división real, aunque no necesariamente formal, en un partido donde no hay mucha tradición de disciplina y de acatamiento de los resultados de las discusiones en sus órganos dirigenciales.

Si nos atenemos a su historia, incluso a la historia que tenia como centro el liderazgo de Peña Gómez, es muy probable que el centro de la discusión post-eleccionaria sea la de repartición de los espacios de poder a lo interno del perredeísmo y de los beneficios que pueda generar la cuota de poder que dispone en los ayuntamientos y el congreso. Y aunque parezca a destiempo, la discusión, también, ha de girar sobre lo que cada quien aspira ante una posible victoria de Vargas Maldonado en las presidenciales del 2008.

No se puede descartar, además, de un esfuerzo por parte de la doctora Ortiz Bosch de preservar su fuerza en medio de un proceso de negociación, donde no está en la mejor posición y su estrella esta en declive, y a la vez influir en lo que pudiera ser, básicamente, la propuesta y el compromiso programático del futuro candidato del PRD.

Hay que recordar que la convención primaria del PRD no solo fue una entre dos candidatos, sino también, sobre todo de parte de Ortiz Bosch, una convención donde se expresaron propuestas y posiciones programáticas e ideológicos que establecían, sino fronteras infranqueables, por lo menos distancias claras entre los contendientes. Hablamos de diferencias que van mas allá del factor coyuntural, que si bien pueden coexistir a lo interno de un partido como el PRD, no homologan a Ortiz Bosch y a Vargas Maldonado.

Para este partido, resulta vital cerrar el proceso convencional lo mas rápido posible y con el mayor nivel de unidad interna. Ahí radica la posposición de la proclamación del candidato ganador. Lo de rendir tributo a Peña Gómez es lo aparente, mientras que lo real es aprovechar este nuevo período de tiempo para hacer los reajustes y las negociaciones internas necesarias que permitan, durante el acto de proclamación, proyectar “unido” el liderazgo central del PRD.

Al PRD le urge, también, crear y proyectar ese espacio de unidad dada la áspera confrontación interna que enfrenta su principal oponente, el PLD, producto de la selección de su candidato presidencial, y dado el impacto corrosivo que tiene en el liderazgo de dicho partido la política económica que aplica su gobierno encabezado por Leonel Fernández.

En fin, el perredeísmo propicia de un ambiente interno signado por la unidad y el entusiasmo que en combinación con una actuación pública que le reconecte a la sociedad, le permita detener el progresivo desgaste que arrastra desde la desastrosa administración encabezada por Hipólito Mejía y que tiene en las derrotas electorales del 2004 y 2006, así como su caída en la preferencia del electoral por debajo del 30%, sus puntos mas notorios.

En contra de esta aspiración marcha la ausencia de referencia doctrinal, sus acentuados déficits ideológicos que en el pasado le dieron razón ser y una carencia notoria de valores éticos en su ejercicio partidario y en la función pública, que al combinarse le alejan cada vez de la sociedad y de sectores tradicionalmente liberales en los cuales encontró históricamente una fuente de apoyo.

Por ultimo, de cara al gobierno el PRD intensificará su crítica y enfatizará su rol como proyecto en oposición. Su estrategia, claro está, será fortalecer su fuerza y debilitar la de su principal oponente, que en este caso es el partido oficial. Su política de oposición se expresará en el ámbito institucional, como también en el ámbito social. Simulará su identificación con las demandas mas sentidas del pueblo y la nación, las mismas demandas y aspiraciones que bajo su gobierno fueron ignoradas.

LA LUCHA INTERNA EN EL PLD SE CONVIERTE EN EL CUESTIONAMIENTO MAS SERIO AL LIDERAZGO DE LEONEL. LA REELECCION PUEDE DIVIDIR A DICHO PARTIDO

El actual proceso de selección del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), contrario al pasado, parece fuera de control. Hecha pública, y polarizada, la lucha entre el presidente de dicho partido y del país, Leonel Fernández, y el ex secretario de la presidencia, Danilo Medina, se debilita la imagen de partido disciplinado y sujeto a sus organismos que había vendido el PLD, al tiempo que se pone en riesgo su propia unidad interna.

Este proceso, al margen de su resultado, se convierte en el más serio cuestionamiento a la primacía alcanzada por Leonel Fernández en la estructura orgánica y en el liderazgo del PLD. Resiente la relativamente normal transición que ha vivido dicho partido desde la desaparición física de su fundador y figura emblemática Juan Bosch. Aunque un tanto remota, en esta situación no es descartable la posibilidad de conocer el trauma de la división en el PLD, tal y como ha ocurrido con los partidos Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano después de las muertes de Peña Gómez y Joaquín Balaguer.

Sin diferencias ideológicas y programáticas fundamentales, el tema de la reelección se convierte, aparentemente, en el factor político básico que genera la contradicción entre Fernández, Medina y el propio José Tomas Pérez.

Al margen de la diferencia sobre el factor reelección, siempre manejada con un criterio coyuntural por nuestra clase política, la confrontación que separa al liderazgo peledeísta responde esencialmente a intereses particulares y de grupos. Su centro está en quien maneja y controla el Estado como una fuente de influencia política y social y de rápido enriquecimiento con poco o casi ningún riesgo. Este despropósito ha distinguido y continúa distinguiendo a la elite dominante y sus contradicciones políticas, al margen del color partidario de que se arrope.

Según el curso que sigue la confrontación peledeista, eventualmente reeditará la vieja formula del PRD: partido en el gobierno, partido en la oposición, más en esta situación de creciente insatisfacción poblacional frente a una gestión que surgió con una elevada expectativa ciudadana y que fue favorecida por el 57% de la votación general del 2004.

Oficializada su campaña interna, el PLD, y la sociedad en su conjunto, conocerán de un uso abusivo e ilegal de los bienes y recursos estatales por parte del grupo promotor de la reelección. Sin respeto por las leyes y cualquierizada la política, el poder será usado como un instrumento de chantaje para quebrar lealtades. Esto ocurrirá tanto con funcionarios y empleados, a distintos niveles, de la administración pública, como con grupos económicos que hacen negocios y/o buscan beneficios con el Estado.

Montado en el caballo desbocado de la reelección, Leonel Fernández y su grupo aumentaran el gasto corriente, el número de empleos públicos no productivos y los niveles de corrupción en su gobierno.

Asumida sus iniciativas económicas con un marcado propósito electoral, seguirán gastando miles de millones de pesos en obras tan absurdas como el Metro de Santo Domingo, a costa, claro está, de las necesidades vitales que confronta la nación dominicana en materia de salud, educación, empleo permanente y productivo y mejoramiento del sistema eléctrico. Sólo para el año2007 se ha presupuestado un gasto de 10, 700 millones de pesos para dicha obra, que al decir de los expertos solucionará menos del 10% del problema del transporte en el Distrito Nacional y en la Provincia de Santo Domingo.

En un país con una débil base institucional y con una clase política con débil vocación de respeto a las leyes y a la Constitución, el equipo que fue electo para gobernar y atender las necesidades nacionales, a partir de ahora tendrá como prioridad la política partidaria, no la función pública.

El dinero del pueblo servirá para financiar el activismo político de grupos del PLD, no para buscar resolver el doloroso drama que significa el aumento de 6.1% a 7.2% en la tasa de desnutrición crónica infantil, el que 8 de cada 100 niños/as padece de retardo irreparable por insuficiencia alimenticia y que más de 2 millones de dominicanos/as simplemente padezca de hambre.

En esta debilidad institucional y en el tradicional desconocimiento de las leyes por parte de los sectores políticos dominantes, es que se basan religiosos y grupos de la sociedad civil para criticar públicamente los intentos reeleccionístas del presidente Fernández. Parte de estas críticas provienen, además, de grupos económicos de poder que ven en peligro la estabilidad macroeconómica, alcanzada esencialmente para sus beneficios.

De Danilo Medina hay que esperar una intensificación en su crítica hacia la administración de Fernández, cuidándose de no ser visto como un factor que ponga en peligro la continuidad de su partido al frente de los asuntos públicos. Todo lo contrario, su crítica estará acompañada de la aseveración de que solo él, como candidato, garantiza la continuidad peledeísta en el poder, mientras que esta se pierde con el candidato de la reelección. La alternabilidad, en su visión, asegura la continuidad del partido al frente de la administración pública.

La naturaleza de su crítica hacia la gestión gubernamental de Fernández será utilitarista, ya que él fue segundo al mando de dicha gestión y con la cual, por lo se sabe, quedó comprometido con sus grandes políticas.

De hecho, sólo como ejemplo, aún habiendo renunciado del gobierno, sus seguidores en el congreso votaron por la más reciente e impopular reforma tributaria sometida por el Ejecutivo, colocándose de espalda a la posición mayoritaria de desaprobación de dicha reforma y de condena la inhumana política fiscalista del gobierno.

Con diferencias de matices, no sustantivas, los precandidatos del PLD basaran sus campañas en simples acusaciones y contraacusaciones, corriendo el riesgo de caer en la descalificación que auto-descalifica a cada uno de ellos. Esto fue lo que llevó al ex vicepresidente de la República, Jaime David Fernández, en una jugada de naturaleza electoral, a catalogar como un “proceso autodestructivo” la campaña interna de su partido.

Las promesas de campañas incumplidas, siendo el suyo partido oficial, volverán a dominar, cual canto de sirenas, durante los meses de duración del proceso electoral interno.

De igual manera, la figura demonizada del ex presidente Hipólito Mejía será utilizada para justificar desaciertos y errores propios de la administración actual, a la vez que como factor de crítica y rechazo al PRD y su candidato presidencial y a su intento por retornar al poder.

Apostando más a la derrota de Danilo que a la victoria de Leonel, Jaime David Fernández produce un retiro táctico que sirve al grupo del presidente. Proyectándose como el defensor del Partido, mientras los demás se pelean por la candidatura, espera el desgate de los actuales precandidatos, o la victoria de la reelección bajo el entendido de que Leonel no podrá optar nuevamente por la presidencia en el 2012, y actúa teniendo como escenario fundamental de su estrategia política el proceso electoral del 2012.

Además de la crítica situación social y económica que vive el país, que se empeorará con la entrada en vigencia del tratado comercial suscrito por República Dominicana con 5 países de Centroamérica y Estados Unidos, operará contra la posibilidad continuista del PLD la actitud que asuman Danilo y su grupo en caso de resultar derrotados por el grupo del Presidente.

Si se someten y reconocen unos resultados que les desfavorezcan y dedican su capacidad y energía política a la campaña de promoción de Leonel Fernández, esto haría crecer, para no decir que aseguraría, las posibilidades continuistas del PLD.

Ahora bien, si por el contrario Medina se rebela contra unos resultados adversos y reedita en el PLD lo hecho por Jacobo Majluta y Hatuey D’Camps en el PRD, el proyecto reeleccionista podría zozobrar tal y como ocurrió con Hipólito Mejía en el 2004, y el PLD vera alejada su estrategia continuista de emular y superar en su tiempo de duración los 12 años continuo (1966-1978) servido por Joaquín Balaguer al frente del Estado nacional.

EL PRSC ENTRE LA BÚSQUEDA POR RETORNAR A SER OPCIÓN DE PODER O SER PARTIDO BISAGRA

El Partido Reformista Social Cristiano continúa debatiéndose, desde la muerte de su caudillo, Joaquín Balaguer, entre la búsqueda por retomar su otrora condición de opción de poder o preservarse como un partido bisagra.

Su ascendencia social y porcentaje electoral son objeto de valoración entre quienes, desde su liderazgo, apuestan a su desarrollo y conversión en opción de poder, por un lado, y los que lo asumen como un excelente objeto de negociación tras cuota de poder y los beneficios que les reporta el medrar en la sombra del poder del Estado.

La candidatura de Jacinto Peynado, en 1996, y la de Eduardo Estrella, en el 2004, se inscriben en la estrategia de recolocar al partido como la representación real de lo político, ideológico y socialmente conservador y posicionarlo en un lugar de primer orden en el sistema partidista nacional, tal y como fue en el pasado reciente. Lo mismo sugiere el discurso de algunos de los precandidatos actuales que pugnan por lograr la candidatura presidencial por el PRSC.

En este esfuerzo por evitar que Balaguer se quede en su tumba con el partido que formó, los obstáculos que se confrontan no son ni pocos ni pequeños. Basta señalar su desempeño electoral de los últimos 10 años: 15% en el ’96, 25% en el 2000, teniendo como candidato a su viejo caudillo, y solo un 9% en la presidencial del 2004.

En su dinámica post Balaguer, el Partido Reformista, carente de definición y de un liderazgo unificador, ha sufrido varios desprendimientos. Su tradicional mercado político ha sido paulatinamente ocupado por el PLD. Esto explica el fluido trasiego de lealtades de importantes dirigentes reformistas hacia el partido morado. La primacía actual de este último en el sistema partidario es inseparable del voto que ha cautivado en segmentos considerables de las masas balaguerístas. El crecimiento del PLD es proporcional al descrecimiento del PRSC.

Lo ocurrido recientemente alrededor de la selección del secretario general de la Liga Municipal Dominicana, está estrechamente vinculado a ésta incomoda dicotomía por la que atraviesa el reformismo. Tanto el apoyo del PRD, como del PLD, a la candidatura de Amable Arísty Castro a la secretaria general de la Liga, se inscribe en la estrategia de ambos partidos de seguir succionando militancia del reformismo y/o de crear un ambiente propicio para el establecimiento de acuerdos o alianzas electorales, sea en 1era o 2da ronda de votación, de cara a las elecciones presidenciales del 2008.

Reducido en su peso especifico electoral, sin referencia doctrinal e ideológica que no sea lo que “dijo Balaguer”, sin liderazgo creíble y sin una estrategia viable de construcción partidaria, parece improbable el resurgir del reformismo como opción política de poder en el futuro inmediato. Incluso está por verse si logrará detener el declive político que registra y que pone en peligro su propia existencia como una de las principales entidades partidarias del país.

Aún con sus crisis internas y el descrédito que arrastran por sus desgobiernos y los elevados niveles de corrupción que exhiben en la función pública, la hegemonía política de estos partidos no está en peligro. Continúan siendo, para mal del pueblo y la nación, las opciones partidarias tras las cuales se mueve la mayoría ciudadana.

LA DISGREGACIÓN Y LA DEBILIDAD
DOMINA EN LO ALTERNATIVO Y LO PROGRESISTA

Los factores alternativos, de naturaleza ideológica diversas, a la tradición partidaria dominante, continúan dispersos políticamente y débiles en el ámbito orgánico.

Carece, este espectro ideo-político, de capacidad para ir llenando, progresivamente, el vació político que se siente en la sociedad producto de los desgobiernos conocidos y que se amplía mientras aumenta la franja ciudadana insatisfecha y que no se siente representada en la triada partidaria dominante y sus partidos satélites. Así se acentúa nuestra marginalidad política y social, aún y cuando se amplia el espacio para algo nuevo y desconectado de lo existente en el sub-mundo partidario.

El propio surgimiento de múltiples espacios y colectivos de reflexión ciudadana en todo el país, es expresión de esta ausencia política-organizativa tras la cual puedan operar las personas y sectores sociales con identidad con el litoral ideológico progresista y de izquierda. Pero es expresión, a la vez, de un positivo empeño de pensar con cabeza propia y buscar, sin rendirse frente a las adversidades, una vía a través de la cual podamos sembrar una política de poder en el corazón de un amplio espectro ciudadano y establecer una plural referencia orgánica que sea centro de atracción y simpatia para cientos de miles de dominicanos y dominicanas.

De cara al proceso eleccionario del 2008, salvo que se produzca un cambio trascendente en nuestra visión acerca de la unidad y en el orden de las prioridades de los espacios de reflexión y organizativo de este litoral, se corre el riesgo de repetir una participación con resultados frustrantes o el seguir “aprovechando” tan crucial proceso político para denunciar los limites de la institucionalidad vigente, al tiempo que la tradición dominante continuará disputándose, mediante esta, el poder central de la nación dominicana.

Entre los factores alternativos, tenemos el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) que lidera Hatuey De Camps. La primera prueba de fuego para este proyecto lo fue el proceso electoral pasado, donde fueron electos los representantes al poder legislativo y al municipal. Aún con unos 60,000 votos acumulados, los resultados no llenaron las expectativas de su liderazgo.

Como recordamos, el discurso anti-reeleccionista de los fundadores del PRSD lo distanció del PRD y su candidato de entonces (Hipólito Mejía), acercándole en una especie de alianza no formal al PLD y al actual presidente de la República.

Ahora, dado los aprestos re-eleccionístas de Leonel Fernández, el PRSD ratifica su posición histórica al respecto y eleva los niveles de su crítica a la gestión peledeísta.

Consciente de las limitaciones ideológicas de los partidos sistémicos, De Camps retoma el discurso peñagomista con acento en la defensa de los sectores sociales mas vulnerables y anuncia la necesidad de enfrentar el desastre económico y social del país a través de una amplia alianza patriótica y nacional.

Si bien insistirá en sus postulados políticos primarios tras una marcada definición de su proyecto partidario, no se puede descartar la posibilidad de un reencuentro del ex presidente del PRD y su grupo con el perredeísmo y su candidato presidencial actual. Hay que recordar que a Vargas Maldonado se le asociaba al grupo, que dentro del PRD, seguía las orientaciones y el liderazgo de Hatuey.

De darse esta posibilidad, lo más probable es que la forma en que exprese sea la de una alianza electoral entre dos formaciones políticas distintas, no a partir de la disolución del PRSD y el reingreso orgánico de sus dirigentes y militantes al PRD.

Por otro lado tenemos el proyecto presidencial del ex jefe de la policía Manuel de Jesús Candelier. Convertido en partido político, este proyecto se inscribe en esta tendencia en crecimiento que cuestiona lo partidariamente existente y su liderazgo, al tiempo que aspira al surgimiento de algo nuevo que pueda marcar la diferencia con estas muestras orgánicas que responden a la elite dominante.

Pretendiendo montar su candidatura en la creciente inconformidad poblacional sobre la delincuencia social que asota a la nación, Candelier desarrolla un discurso monotemático insuficiente como para ocupar el vació de representación política que va dejando en la ciudadanía las insatisfechas expectativas que generan, cada 4 años, los partidos mayoritarios que se alternan en la conducción del Estado.

Es probable, además, que el protagonismo del ex jefe de la policía, que se caracterizó por el uso de la represión y demás procedimientos punitivos para combatir la delincuencia social, tenga como propósito estratégico la candidatura vice presidencial, ya sea en la boleta del PLD, PRD o el PRSC.

De lograr el reconocimiento electoral de su partido y mantener sus aspiraciones presidenciales, Candelier arrastrará parte del voto alternativo, afectando así cualquier otra candidatura alternativa que se sostenga en un candidato/a y en un discurso marcadamente progresista.

En esta misma tesitura se inscribe el activismo político y organizativo que viene efectuando el ex jefe de las Fuerzas Armadas Soto Jiménez. Con un discurso más sustancioso que el de Candelier y más a tono con una orientación moderna nutrida de valores democráticos, una posible candidatura de Soto Jiménez refuerza el sentimiento de repulsa a las instituciones partidarias hegemónicas. Cabe la posibilidad, en su caso, que en este periodo tenga como estrategia la candidatura vice presidencial por parte del PRD.

Si bien el caso de Candelier el elemento crítico mas frecuente lo constituye la enorme cantidad de personas ejecutadas por la policía bajo su mandato, en el de Soto Jiménez pesa mucho el cuestionamiento ético de su función al frente de la Secretaría de las Fuerzas Armadas.

Aun con las dudas que arrastran ambos proyectos seria políticamente erróneo y por demás no conveniente, asumirlo como blanco de nuestro ataque. La competencia, aun con las diferencias que nos separan, no debe de ser entre estos nuevos proyectos y las fuerzas progresistas. Una orientación política de alianza electoral que tenga como centro ganarse la mayoría de la ciudadanía, tiene que ser lo suficientemente amplia como para poder reunir a los más diversos sectores que impugnan y buscan la derrota la triada PLD, PRD y PRSC. Esto es mucho más conveniente, dado el prolongado y desastroso predominio que las elites partidarias conocidas han tenido sobre el Estado nacional.

En la franja alternativa de probada y marcada naturaleza progresista, si bien se reitera la necesidad de su coordinación y actuación común, se dan valoraciones distintas sobre la coyuntura, varias propuestas de candidatos y prioridades orgánicas que aún sin ser excluyentes, su manejo, dada la hipersensibilidad que siempre han mostrado los integrantes de esta corriente, podría obstaculizar su actuación asociada y un aprovechamiento a fondo de las posibilidades que nos presenta el actual momento histórico a que asiste la nación.

Hay que estar prevenido frente a esa arraigada actitud en nuestro sector de provocar el conflicto interno, tensar relaciones y sectarizar posiciones. Si prevalece, esta actitud, el campo estaría abierto para una actuación nuevamente dividida que reduciría nuestra efectividad y potencialidad, haciendo más previsible el fracaso que el éxito.

También hay que estar prevenido ante la tendencia, común en este litoral, a la auto marginación de los procesos electorales, argumentando, entre otras cosas, carencias técnicas, económicas y debilidades orgánicas. En la actualidad, hay algunos discursos que sin afirmar descartar la participación electoral acusan un énfasis en la auto construcción como proyectos políticos independientes, que a veces sugiere el marginarse del evento político más trascendente que marca la actual coyuntura: las presidenciales del 16 de mayo del 2008.

Subyace, en el comportamiento de estas expresiones contestatarias, un temor no manifiesto a repetir en el 2008 frustrantes resultados de participaciones electorales anteriores. Esto les puede llevar a usar como refugio el necesario proceso de construcción orgánica y de definición de una propuesta política de alcance estratégico, sin asumir el escenario electoral como un campo de batalla puntual al que se debe de irrumpir con candidato, programa y plan de campaña propios. Sin embargo, procede decir que este punto de vista se reduce cada vez más en el escenario nacional.

Desde el espacio Nueva Patria, por el contrario, la construcción de un nuevo y progresista referente orgánico pasa, establecidas sus bases primarias jurídicas, políticas, orgánicas y económicas, por una decidida intervención tanto en la lucha social como en la lucha institucional, de manera muy particular en la electoral.

Estamos convencidos que la participación a fondo en el proceso electoral del 2008, ayudará a la construcción del proyecto orgánico y a definir mejor los perfiles y alcances esenciales de la propuesta política con que buscamos sostener la actuación de una amplia franja de personas y sectores progresistas y tratar de levantar la nación en un proceso refundador.

Para nosotros, la lucha social, la lucha institucional y la organización independiente se complementan, el orden de sus prioridades es lo que siempre tenemos que tener presente.

Ahora bien, lo que sí debemos de precisar, al hablar de participación electoral, es de la base programática que le orientara, del alcance de su política de unidad y de alianza y del tipo de candidatura, visto el cuadro nacional, que promoverá.

En estas condiciones socio-económicas y dado el prolongado dominio de la derecha en la conducción del país, así como la marginalidad y dispersión del pensamiento progresista, resulta crucial que nuestra participación sea articulada por lo más representativo del campo político y social progresista, aunque nuestra aspiración es que sea obra del conjunto. Esto aumenta la posibilidad para el éxito.

La inclusión y la pluralidad son fundamentales. Si nos reducimos a lo tradicionalmente catalogado y autodefinido como izquierda, a sus simbologías y candidatos tradicionales, es casi seguro que repetiremos una participación intrascendente y frustrante. Aun sin ser garantía de éxito axiomático, tenemos que ir más allá de esta tendencia, lo que se debe de reflejar en el discurso, en la oferta y demás herramientas básicas sobre las cuales se sostiene una incursión en una contienda electoral.

Al diseñar la política de participación, tenemos que pretender hacer trascender a las fuerzas progresistas y revolucionarias de la nación. Re-encantar para esta corriente ideológica a una franja ciudadana de ese sector poblacional, en crecimiento, que se siente hastiado y asqueado de la forma tradicional de hacer política y de la visión que predomina en el cómo y el para qué se ejerce la función pública en el país.

En esta dirección de connotación estrategia, resultaría importante una aproximación real y despojada de cualquier espíritu de grupo y vanguardista entre el Voluntariado Político, Patria para Todos, RESPONDEMOS, el Movimiento Restaurador Duartiano, el espacio que representa el Padre Rogelio y Nueva Patria. De darse esta aproximación y expresarse en lo inmediato en una participación electoral común, trascenderíamos más allá de nuestros espacios particulares y del ámbito orgánico de la izquierda.

Además de conciencia sobre la coyuntura histórica que vive Republica Dominicana, quienes insistimos en recomponer y hacer transcender al campo progresista tenemos que reflexionar sobre nuestras propias limitaciones. Demostrar desprendimiento. Ser humildes. Romper con la vieja y dañina visión de vanguardia que ha predominado en el movimiento que integran lo popular, lo patriótico, lo progresista y la izquierda.

Actuar ha sabiendas de que aún la sumatoria de lo que representa cada quien en termino de individualidad política, es absolutamente insuficiente para derrotar a las elites tradicionalmente dominantes. Pero hacerlo confiado en que una política justa, realista históricamente y viable puede darnos una dimensión que supere lo que matemáticamente podemos ser en la actualidad.

Una propuesta política-electoral de la diversidad de estos espacios, parte de los cuales vamos más allá de la coyuntura y buscamos la construcción de una fuerza política-social con ascendencia nacional, requiere de practicar una política de alianza electoral con los grupos establecidos de la izquierda. En nuestra perspectiva, una participación que busque el éxito e impactar favorablemente en la subjetividad popular, debe contemplar y practicar la más amplia alianza electoral y reducir al máximo el número de posibles candidatos que impugnen la hegemonía del PLD, PRD y PRSC.

Requiere, a la vez, salir juntos, los proyectos embrionarios arriba mencionados, a discutir con la Nueva Alternativa-PTD-ML sobre sí en este momento, de predominio económico del neoliberalismo y de las transnacionales, lo que ha ampliado el marco social de lo genéricamente denominado pueblo, lo conveniente y políticamente correcto es insistir en una participación electoral amplia y progresista con un candidato de comprobado compromiso histórico revolucionario y de militancia orgánica de izquierda, o si por el contrario bajo ese mismo discurso podemos articular una candidatura que penetre mas allá del reducido mercado electoral de izquierda.

Es buscar abrirnos a la reflexión sobre la relación que se da, al tratar la política de cara al poder, entre los ámbitos nacional e internacional. Es considerar si el cambio que se registra en Latino América, con el triunfo de candidatos y proyectos progresistas y de izquierda, marcará y determinará el cambio a que aspiramos y necesitamos en el marco nacional o si por el contrario, asumimos el reto de dedicarnos a un proceso de construcción, a partir de la realidad nacional, de las condiciones y potencialidades que nos permitan ser fuerza de poder, ser gestores del cambio en nuestro país y situarnos, de esta forma, al nivel del cambio que se perfila en el sub-continente.

Es encontrarnos en un ambiente reflexivo y democrático con la Fuerza de la Revolución y el Polo MIUCA-PCT, así como los otros componentes de la Unidad del Pueblo, y discutir la línea gruesa programática, el perfil y las potencialidades de los posibles candidatos/as, como también el método de selección de quien pueda encabezar la boleta unitaria del campo progresista para la presidencia de la República.

Señalamos tan solo estas condiciones para no repetir lo reiterado en parte de este documento sobre naturaleza del gobiernos montar, la política de alianza, el discurso y el plan de campaña electorales.

Sin pretender que la participación electoral se corporice mediante un frente de izquierda, somos partidarios de darle curso a un intenso y respetuoso proceso de discusión y reflexión con los grupos señalados y demás organizaciones posible de integrar una gran alianza progresista y patriótica. Hay que hacerlo, además, para evitar una disgregación del voto progresista y para captar parte del voto de castigo que siempre se expresa en procesos electorales dominado por serias dificultades nacionales económicas, como las actuales. Usar dicho voto para ampliar y tratar de ocupar el espacio existente en la sociedad favorable a una nueva formulación política y expresión orgánica, así como hacia un liderazgo con acento más colectivo y con conexión a las aspiraciones sustantivas del pueblo y la nación dominicana.

De ser posible, y con conciencia de que el tiempo se acorta de cara al evento electoral de mayo del 2008, con todas estas organizaciones y otros proyectos en gestación e individualidades progresistas, estamos abiertos a la materialización de un evento donde podamos discutir la actual situación, fijar posición lo mas común posible sobre la misma y ver si logramos aproximarnos en una política y estrategia electoral sobre las cuales podamos operar sino el conjunto, por lo menos su parte mas significativa.

Esta elevada aspiración que tenemos como Nueva Patria, no nos impide, en el ahora, focalizar mejor los asuntos en discusión de naturaleza electoral con el Voluntariado, buscando ampliar y consolidar las coincidencias fundamentales existentes entre su discurso y el nuestro. Abrir, con el Voluntariado, la discusión sobre la candidatura presidencial para el 2008 y en tal sentido detenernos a valorar la potencialidad que reúne el compañero Guillermo Moreno como un eventual candidato presidencial de lo progresista.

Es generar confianza con los demás espacios, ejemplo, Patria para Todos y Restaurador Duartiano, sobre la viabilidad y lo beneficioso que podría resultar para el conjunto esta propuesta de candidatura, que asumida como conjunto ayudará a la proyección de un liderazgo colectivo nacional y de múltiples liderazgos municipales y provinciales fundamentales para el proyecto nacional, la lucha social, la organización local y las futuras participaciones en torneos electorales congresionales y municipales.

Es afirmar en el liderazgo progresista, como primer paso para su proyección nacional, la imagen positiva que tiene Guillermo Moreno en parte de la sociedad urbana. Esa imagen de intelectual sobrio y profesional capaz y serio. De un ciudadano que en su paso por la administración publica NO fue permeado por la corrupción y que por el contrario el poder lo castigó por su oposición y decisión de combatir y penalizar este grave flagelo que asota a la sociedad dominicana.

Esa imagen se traduce en una baja tasa de rechazo entre los sectores que le conocen y que bien puede servir para propagar y asentar en grupos ciudadanos y sociales diversos, la misión de unir a la mayoría poblacional para rescatar la Patria.

Como contribuir, a la vez, a darle curso a un proceso de proyección, contacto y discusión políticas de Guillermo Moreno con amplios sectores sociales (no partidistas) de la nación dominicana y su diáspora, que sirva a la “construcción de una candidatura” sostenida “en una convergencia de fuerzas inédita en el país desde 1965”.

En su aspiración mas reducida y particular, Nueva Patria está obligada a usar esta coyuntura para desplegar su fisonomía y pensamiento, potencializar sus recursos humanos, establecer un nivel primario de organización en varios puntos del país y profundizar la discusión de unidad con los proyectos mas coincidentes en perspectiva a ayudar a construir un nuevo referente político nacional.

En Nueva York, New Jersey, el área de Massachussets y Florida, y otros lugares en Estados Unidos de alta concentración de dominicanos y que tienen derecho a votar, estamos obligados a efectuar una discusión de estrategia electoral para ir perfilando nuestros propósitos y aportes que haremos en las presidenciales del 2008. La experiencia acumulada en las luchas electorales a nivel local, será de mucha utilidad en la búsqueda del voto progresista de la diáspora.

Así vemos la coyuntura y tras los propósitos que del análisis se desprenden, intervendremos en ella con la pasión y la dedicación propias de quienes están convencidos en la posibilidad de otra nación mucho mas prospera y justa y otro mundo mucho mas humanos y solidario.

20 de Febrero del 2007

DECLARACIÓN FINAL DE LA ASAMBLEA DEL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO NUEVA PATRIA

En su reunión general del 25 de febrero del 2007, el Movimiento Revolucionario Nueva Patria (MRNP) dio un paso adelante en la definición de su orientación política y línea de actuación de cara al momento político nacional y la coyuntura electoral del 2008, la cual está supuesta a cerrarse con la elección de las nuevas autoridades nacionales.

Teniendo como materiales de referencias tanto nuestro documento, titulado Análisis de la Coyuntura Electoral del 2008 y la Posición del MRNP, como varios otros elaborados por el Voluntariado Político Ciudadano, Patria para Todos, el MIUCA, Fuerza de la Revolución, así como por individualidades progresistas y estudiosos de los asuntos electorales, la reunión votó un conjunto de políticas y resoluciones que afinan mejor nuestra orientación general y nos colocan en un ámbito mas especifico en la aplicación de la formulación táctica que nos guía y la posición de participación a fondo en las presidenciales del 16 de mayo del 2008.

A partir de los resultados de este evento, expresamos nuestra determinación de salir públicamente a contribuir a abrir una brecha en la conciencia ciudadana favorable al pensamiento y a las posiciones progresistas y liberadoras; a proyectar un nuevo, alternativo y mas ético liderazgo local y nacional y a que se genere un proceso de acumulación de fuerzas en una perspectiva política de construcción de un poder al servicio del pueblo, negador y superador, por tanto, del actual que victimiza y oprime al pueblo.

Salimos a promover una candidatura presidencial, unas banderas programáticas y una propuesta de nación que sirvan para potenciar el movimiento social y la organización política independiente de los amplios sectores poblacionales, económicos y sociales perjudicados por el modelo económico que nos han impuesto y que somete todo a la dinámica y voluntad del mercado, despojando al Estado de su responsabilidad y compromiso sociales y robándole a los ciudadanos los derechos propios de la condición de ciudadanía, para ser asumidos como un conglomerado humano útil para el consumo, jamás para dirigir los destinos nacionales.

Nos esforzaremos para que los resultados de esta participación superen la coyuntura. Trabajaremos, juntos a otros proyectos en gestación, para ir sentado la base en perspectiva a construir un nuevo referente político marcadamente progresista, que a partir de su visión y misión se diferencie con lo establecido en el sistema partidario nacional y que al sostenerse en una practica integradora y liberadora contrapese, mediante su continuo desarrollo, la influencia y el poder político de las elites dominantes.

Nos identificamos con la idea de propulsar un proceso de consulta y debate, desde los municipios, sobre el desenvolvimiento económico y social de la nación bajo la larga noche de predominio del modelo neoliberal, así como sobre la naturaleza y base programática del gobierno a que aspiramos montar en la presente coyuntura histórica de predominio de los factores económicos y políticos externos, en contubernio con un reducido pero poderoso sector de la elite cultural, económica y política de la nación.

Este proceso ha de concluir con un gran encuentro nacional de personas, sectores y grupos compromisarios con el ideal de refundar la nación, rescatar la patria y liberar la democracia y el ejercicio de la política de las garras corruptas de la tradición partidaria dominante.

Ha sabiendas de que estos elevados propósitos pasan, en su realización, por la acción consciente de una voluntad ciudadana mayoritaria, defenderemos una orientación política general que solo excluya a los responsables y beneficiarios del modelo económico prevaleciente, y, por el contrario, buscaremos una aproximación sustantiva sino del conjunto, por lo menos de la parte mas representativa de los espacios de reflexión, sectores inorgánicos e instituciones establecidas del campo progresista que a conciencia buscan superar el indicado modelo económico.

Aspiramos a que se concrete una alianza electoral amplia, por tanto que vaya más allá de los más coincidentes sobre el análisis de coyuntura y propósito estratégico. Una alianza que ayude a reducir al máximo el número de posibles candidatos/as provenientes del sector que desafía la triada partidaria hegemónica, evitando así una disgregación en la votación de este sector y sobre todo de la tendencia alternativa claramente progresista y de izquierda.

La necesidad de superar el modelo neoliberal que en sus efectos y consecuencias negativas ha impactado a sectores sociales mas allá de la clase trabajadora y media y el pretender montar un gobierno de amplia base social y ciudadana que tenga como meta inmediata una distribución mas equitativa de las riquezas que se producen colectivamente, lo que se debe de traducir en un incremento en el nivel de bienestar de la mayoría poblacional, deja implícito tanto un discurso de campaña como el perfil de un eventual candidato del sector anti-neoliberal y progresista.

En tal sentido, y sin pretender desmeritar a meritorios seres humanos con derecho legitimo a aspirar a la presidencia del país, encontramos en la figura de Guillermo Moreno un potencial candidato que podría ayudar a poner en movimiento a viejos y nuevos sectores sociales identificados con la aspiración de edificar una nueva patria. Podría contribuir a re-encantar para la corriente política progresista a un número creciente de ciudadanos/as que perdió la fe en los políticos y en la política a partir del ejercicio gubernamental del PLD y el PRD.

Junto al trabajo de miles de personas, una candidatura como la de él sería una vía muy probable para alcanzar un respetable porcentaje electoral suficiente como para producir un giro histórico en el desempeño de la corriente de izquierda en ese ámbito, quedar establecida como una importante referencia electoral y así sentar la base política-matemática primaria que nos permita construir un plural proyecto orgánico que trascienda nacionalmente y represente la esperanza del cambio progresista en el país.

Como persona conocida por su capacidad profesional, su nivel intelectual, su ejercicio con sujeción a la ética de la función pública y privada y sobre todo como un ser humano identificado con los más elevados intereses de la nación y de probada sensibilidad social, el compañero Guillermo Moreno, como candidato, resultará ser un factor que ayude a este litoral insertarse en el debate nacional y presentar en materia programática, ideológica y política una opción distinta al mundo monocromático que integran el PLD, PRD y PRSC.

Esta orientación y las propuestas que les acompañan, las asumimos como justas y oportunas y las daremos a conoces al país mediante diversos medios de comunicación y propaganda, a la vez que las compartiremos de manera formal con los demás espacios reflexivos y grupos establecidos, preferiblemente a través de reuniones y comunicaciones escritas.

Como Movimiento Revolucionario Nueva Patria solo aspiramos ocupar el espacio que se corresponda con lo que podamos aportar en la definición de la política que conduzca al conjunto y en el trabajo diario que requiera su implementación. No aspiramos mas nada.

De cara al 2008, e inmediatamente posterior a dicho año, sólo buscamos ser un factor de aproximación y unidad del vasto sector político, económico y social con posibilidad y con voluntad de quebrar el prolongado dominio conservador y de falsos liberales padecido, y tener un desempeño electoral decente que rescate la esperanza hacia el litoral progresista, siempre en perspectiva de generar el cambio histórico que se requiere para restablecer y potenciar el proyecto de nación ideado por Duarte y los forjadores de la Republica Dominicana.

27 de febrero del 2007