Portada del sitio > Anciana Muere por Derrumbe
6 de junio de 2007
La Habana.
El desplome de parte de las paredes del entre piso terminó de modo trágico la conversación de María Esther Balledor con su hija, el pasado 18 de mayo, en su apartamento cito en Infanta #652, municipio Centro Habana.
La abrupta caída de la estructura impactó a la anciana de 83 años, causándole varios traumatismos de gravedad, que provocaron su muerte días después del lamentable suceso.
Un total de 27 familias conviven en ese edificio de tres plantas, al que funcionarios de la entidad municipal de la vivienda lo declararon inhabitable desde hace más de 8 años, por presentar críticas condiciones dado el marcado deterioro constructivo.
Según cifras oficiales, en Centro Habana el coeficiente de derrumbes parciales o totales es 1, 97 por día. Los albergados, sin esperanzas de tener casa propia, y casos sociales alcanzan el 47, 3 % de la población, con más del 65 % del parque habitacional en la categoría de regular o mal estado.
Durante el 2005 en dicho municipio se contabilizaron 1667 derrumbes, con un saldo de 11 muertes y decenas de lesionados. El año pasado disminuyó el número de derrumbes a 774 gracias a que no se sufrió la embestida de ciclones.
De “estática milagrosa” califican los funcionarios de la vivienda en Centro Habana 73 edificios que constituyen las construcciones en peores condiciones de la zona. “Vivos de milagro” sería la clasificación más apropiada para referirse a los miles de pobladores de tales recintos.
Las autoridades reconocen que la vivienda, junto con el transporte y la alimentación, constituyen problemas caóticos en el país. La situación habitacional no muestra alternativas de solución por la carencia de programas viables de rehabilitación, reparación y construcción de viviendas.
Estadísticas oficiales señalan en 600 mil el déficit habitacional, mientras investigaciones de entidades foráneas, entre ellas, las del académico exiliado Carmelo Mesa Lagos, ubican por encima del millón el referido déficit.
El plan habitacional aprobado por el Estado desde el 2006 se propone anualmente la construcción de 150 mil casas y 380 mil acciones de conservación y rehabilitación. Funcionarios del Gobierno culpan al embargo y a las deficiencias, ilegalidades y hechos de corrupción de trabajadores y dirigentes como las principales razones para justificar el incumplimiento del mismo.
En su alegato “La Historia me Absolverá” el Sr. Fidel Castro denunció el problema de la vivienda en Cuba, al que calificó de tragedia por existir en aquel entonces, según sus estadísticas, 200 mil bohíos y chozas, así como 400 mil familias hacinadas en barracones, cuarterías y solares.
Actualmente se contabilizan, sólo en Ciudad Habana, 113 asentamientos ilegales –llega y pon– conformados por millares de casuchas y bohíos, además de existir centenares de albergues en pésimas condiciones. Miles de familias se encuentran autoalbergados en construcciones inhabitables con peligro de derrumbe.
Por todo el país es común el panorama de construcciones apuntaladas, otras destruidas y muchas en condiciones de franco deterioro. La venta de materiales de construcción sólo se realiza en las tiendas de divisas a precios excesivos.
La compraventa de viviendas está prohibida para los cubanos. Aunque las permutas son lícitas, están reguladas por infinidad de trámites restrictivos.
Los miembros de la nomenclatura, los militares, las obras de la “batalla de idea” y el sector del turismo tienen prioridad en la asignación de viviendas y materiales. Con frecuencia el Gobierno dona toneladas de módulos y materiales de construcción a países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
A lo largo de 50 años el régimen de Castro a invertido infinidad de recursos y millones de dólares para dotar al país de túneles y construcciones militares, con la intención de derrotar a los "invasores yanquis".
Sin haberse disparado ni un tiro aún, la anciana María Esther Balledor se suma a la enorme lista de bajas civiles, aplastados por las ruinas de las edificaciones.