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Artículo sobre Oaxaca de un compañero de la CCIODH

Publie le Viernes 1ro de septiembre de 2006 par Open-Publishing

En Oaxaca, el movimiento magisterial, que carga tras de sí años y años de
lucha, se levantó contra el Gobierno Estatal de Ulises Ruiz Ortiz (URO).
Fue el 22 de mayo de este año, convocando manifestaciones que
conglomeraron a cientos de miles de personas. Tomaron las instalaciones
legislativas y gubernamentales del Estado de Oaxaca, estableciendo un
plantón indefinido en el zócalo de la capital del estado, Oaxaca de
Juárez. La represión no tardó en aparecer. Semanas después de los graves
hechos de Atenco (consultar http://cciodh.pangea.org), los cuerpos de
seguridad oficiales vuelven a utilizar sus armas de fuego (inclusive de
grueso calibre), sus gases lacrimógenos, sus helicópteros, contra sus
ciudadanos inconformes desarmados.

Esta vez, la represión fue apagada por la respuesta de decenas de miles de
personas, que expulsaron a los más de mil policías que trataban de
desalojar, con lujo de violencia, el plantón de los maestros. Esto ocurrió
el 14 de junio, tras una batalla que se alargó por unas cinco horas. Las
piedras y los palos lograron, esta vez, echar para atrás las armas y los
gases lacrimógenos. Hoy, más de dos meses después, el apoyo al movimiento
magisterial ha desbordado al mismo. Amplios y diversos sectores de la
sociedad civil oaxaqueña se fueron sumando al movimiento, levantando un
sistema de representación popular, la Asamblea Popular del Pueblo de
Oaxaca (APPO), que puede transformarse en una institución que ha de llamar
a una nueva constituyente.

Ya lo mencionó, días atrás, el Obispo Emérito de la Diócesis de San
Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, incansable mediador por la paz y
luchador por los Derechos Humanos, "estamos en un momento histórico en que
puede empezar una transformación profunda de la sociedad mexicana.

Durante toda esta semana se han estado produciendo ataques con armas de
fuego por parte de los escuadrones de la muerte del, ya en la práctica
aunque no de manera oficial, ex gobernador Ulises Ruiz (URO). El resultado
ha sido de, al menos, un muerto y algunos heridos. Suman 5 muertos
confirmados desde el inicio del plantón magisterial (algunas fuentes
cuentan 6), 38 muertos por el Gobierno Estatal desde la toma de poder de
URO, hace 22 meses. Además de los detenidos y desaparecidos (tres
recientemente), esta misma semana se produjo un brutal ataque, rociando
con gasolina y prendiendo fuego a dos miembros de la APPO que realizaban
su ronda de vigilancia rutinaria a bordo de un vehículo. Al menos uno de
ellos presenta quemaduras graves.

Por su parte, el movimiento avanza y agarra fuerza, clavando sus raíces en
amplias capas sociales. Así, mientras que hace mes y medio las barricadas
abarcaban el centro de la ciudad, 3 cuadras a la redonda del zócalo, hoy
pueden verse en todas y cada una de las colonias y barrios de la capital,
así como en, por lo menos, 26 municipios y distritos del estado.
Barricadas hechas con palos, somieres, maderas, muebles, mesitas, llantas
(la mayoría ardiendo), cuerdas, vallas, postes de cemento, barriles,
clavos.

Muchas son barricadas familiares, integradas por ancianas, señoras,
jovencitas y jovencitos, algunos niños, hombres. Son maestros,
transportistas, abogados, médicos, estudiantes, amas de casa, trabajadores
de las oficinas del gobierno, gente que vota al PRI, al PAN, al PRD, gente
que nunca se interesó por la política, luchadores de toda la vida,
integrantes de La Otra Campaña... Son el mismo pueblo que se defiende de las
salvajadas oficiales. La represión y la muerte son respondidas, de este
modo e inteligentemente, provocando la ingobernabilidad en todo el Estado.

Otra estrategia de este inusitado movimiento, nunca antes visto en cuanto
a fuerza y amplitud de sus apoyos, está siendo la toma de los medios
masivos de comunicación. Inclusive tomaron el Canal 9, la emisora de
televisión oficial del Estado. La toma fue producida íntegramente por
mujeres, y estuvo emitiendo por más de una semana, transmitiendo a los
ciudadanos, como nunca antes lo había hecho, la realidad del país y, más
en concreto, de Oaxaca. Los equipos de transmisión fueron saboteados con
ácidos por los escuadrones de la muerte de URO, así como atacados con
armas de fuego quienes los custodiaban (varios heridos y por lo menos uno
de los muertos se debieron a estos ataques).

De la misma manera, una marcha que se encaminaba a defender este Canal 9,
fue atacada por francotiradores, con el resultado de un muerto y dos
maestras heridas. El ataque a la Radio Ley 710, en el que también se tuvo
que lamentar una muerte, fue presenciado directamente por el periodista de
Televisa Edgar Galicia. Tanto él como otros reporteros fueron encañonados
por miembros de los escuadrones de la muerte, y les fueron retiradas sus
cámaras. Cuentan los integrantes de la APPO que, tras negociaciones,
dicho periodista pudo recuperar su cámara, y en sus imágenes fue como
comprobaron que los atacantes eran policías. A esta participación directa
de las fuerzas del Estado, se le suma la complicidad con los grupos de
pistoleros que acechan al movimiento. Dos de estos pistoleros fueron
entregados a la Procuraduría General de la República (PGR), que no volvió
a dar información sobre ellos.

Las 6 radios comerciales tomadas por el movimiento informan puntualmente
de los ataques producidos. Así, a las 21:47 horas de este 25 de agosto, se
escucha la noticia en la radio. Se ha producido un ataque con armas de
fuego en el fraccionamiento de Hacienda Blanca, a 3 km del zócalo, en la
salida a México, con el resultado de un herido de bala, que es trasladado
al hospital estatal Doctor Aurelio Valdivieso, con heridas en las piernas.
Este hospital, quizás para entender el porqué de la situación social del
Estado de Oaxaca, es diminuto para tratarse de una ciudad de más de 400
mil habitantes, que atiende también a las comunidades de montaña.
Decenas, quizás centenas de personas, se amontonan en las salas de espera
e, incluso, en las rampas de acceso al edificio. Esta es la respuesta que
el Gobierno da a las demandas de salud, entre otras, de los ciudadanos.

Horas más tarde, en la madrugada del sábado 26 de agosto, se producen
quemas de vehículos cerca del zócalo en respuesta a los ataques de
Hacienda Blanca. Parece que los agresores trataron de acercarse demasiado al
plantón, o quizás solo fueron medidas preventivas para disuadir de esta
acción. El miedo y el estado de nervios aparecen sin avisar, aunque la
solidaridad y el buen humor no se quedan atrás.

Las emisoras de radio, aparte de la evidente difusión política, de la
información que dan sobre los ataques que se van produciendo, y de servir
al movimiento para coordinarse, ofrecen programas humorísticos que
levantan la moral de los ciudadanos. La burla al Gobierno se vuelve
ingeniosa: a las acusaciones de URO de los vínculos con el EZLN y con el
EPR (Ejército Popular Revolucionario), de la aparición de la guerrilla
urbana (acusaciones desmentidas por el mismo Gobierno Federal) responden
con comentarios del tipo: "[...] llegó la guerrilla urbana, 5 ancianitos en
silla de ruedas cometen un ataque suicida con bombas donadas por el
Teletón (1) [...]". Los integrantes de la APPO piensan que estas
acusaciones "son las últimas patadas de la bestia que va a morir".

Por otra parte, el terror amenaza con aparecer si se confirmara el rumor
que se están produciendo movimientos militares, en concreto del XXXVIII
Batallón de Infantería del Ejército Federal, de Minatitlán, Veracruz, para
reforzar los dos Batallones (XXVIII y XXXII) que ya hay, de por sí, en
Oaxaca. De confirmarse este rumor, estaríamos ante una grave situación y
una peor implicación por parte del Gobierno Federal, que hasta ahora no ha
querido inmiscuirse en el asunto. Esta falta de implicación, además de
mostrar la negligencia del Gobierno de Vicente Fox para solucionar los
problemas que se dan en el país, puede responder a la lógica que explican
diversos integrantes de la APPO: "el Gobierno Federal no ha querido
meterse porque, viendo la reacción del pueblo ante el intento de desalojo
del 14 de junio, tiene miedo de salir derrotado y que esto encendiera la
mecha en otros lugares de la República". No en balde, según cuentan
diversos entrevistados, el 80% de la policía ministerial y de la policía
estatal (porcentajes a confirmar) se ha rebelado. Creen también que hubo
policías muertos en el desalojo, y que estos datos fueron silenciados para
no agigantar la leyenda de la resistencia. Ese rebelarse de los policías
dicen que puede ser por estar mal pagados, mal uniformados, mal armados...
y por el miedo de salir mal parados. Esperemos que, siguiendo esta lógica,
la intervención que tarda en realizar el Gobierno Federal, no sea a través
del envío de contingentes militares a Oaxaca. Ya hemos visto las
soluciones que, tras más de doce años de conflicto en Chiapas, ha aportado
la militarización.

A pesar de todo, están convencidos (esperemos que no demasiado) que no les
agarrarán como en Atenco, pues son decenas de miles, y evitan el
enfrentamiento frontal -aunque se defienden-, y si hace falta abandonan el
lugar y luego regresan con más gente y lo retoman. Como está siendo
preocupantemente frecuente en las últimas fechas, los noticieros de la
televisión nacional Televisa, parecen extrañados por que no se produzca la
temida intervención militar. Los vínculos entre esta cadena, así como TV
Azteca, con el Gobierno, y su incitación a la violencia son inmorales y,
si se diera una verdadera democracia en el país, deberían tener
implicaciones legales.

En la colonia Yalalag, visitada por diversos internacionalistas
preocupados por la violencia que se vive en el Estado, las familias
afrontan con humor las guardias que duran desde las 8 de la tarde hasta
las 6 de la mañana. Un estudiante de medicina narra cómo fueron atacados
esta misma semana por los escuadrones de la muerte, a bordo de unos 30
vehículos. Según esta narración, iban montados en ellos gente uniformada y
gente de civil. Es ampliamente sabido que muchos policías andan vestidos
de civil, pero empieza a comentarse que están sacando a delincuentes de
las prisiones para reforzar los escuadrones de la muerte, así como se
están reclutando miembros de los maras salvatruchas (también conocidos
como pandilleros) para este "trabajo" de Ulises Ruiz.

No se produjeron heridos de milagro. Empezaron agrediendo, un pequeño
grupo, a un reportero, que fue socorrido por un grupo de 8 mujeres.
Seguidamente llegaron los citados vehículos disparando a todos los
habitantes que empezaban a congregarse en el lugar, emprendiendo la huída
seguidamente. Este es el motivo por el que las gentes de esta colonia, que
nunca antes habían participado en acciones políticas, han tomado
conciencia de la verdadera voluntad criminal del Gobierno Estatal, de la
nula voluntad intermediadora del Gobierno Federal, y han decidido sumarse
al movimiento popular.

Todas las calles están cortadas en la noche, la ciudad permanece bloqueada
en la oscuridad y el frío, amenizados por hogueras y risas ­a pesar
del miedo y los nervios- de los vecinos y las vecinas que protegen sus
calles. Esta estrategia dificulta la huída de los escuadrones de la
muerte, así como limita sus acciones. Son barricadas vulnerables en lo
individual, pero muestran la tremenda fuerza que tiene este movimiento, ya
muy arraigado en la población. Estas barricadas se comunican entre sí
mediante petardos y campanas. Un petardo significa alerta (por un ataque o
rumor de ataque en algún punto de la ciudad), dos petardos seguidos
conllevan alerta máxima, y tres petardos seguidos confirman que se ha
producido un ataque en un lugar cercano.

Sobre el proceso organizativo, más allá de las marchas y los plantones,
informan que hay 33 organizaciones sociales integrando la APPO, así
comopequeños colectivos de estudiantes, médicos, abogados, transportistas.
Cada una de las 7 regiones de Oaxaca aporta 3 miembros a la Comisión
Provisional Directiva, que obedece a la asamblea plenaria, integrada por
personas que están en la lucha. Paralelamente, se están tratando de crear
APPO’s regionales, por colonias, por barrios, municipios, distritos... De
momento, han tomado 26 presidencias municipales y se han ganado el apoyo y
participación de todas las colonias de Oaxaca de Juárez.

Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Ciudad Juárez... El fraude electoral, la
militarización, el PROCEDE y la usurpación de tierras, la impunidad de
funcionarios, policías y paramilitares, las ligas entre altos cargos del
Gobierno Federal con el narcotráfico, el Plan Puebla Panamá, la migración
y el infierno de la frontera con los Estados Unidos, el conflicto por la
electricidad, el incumplimiento de los Acuerdos de San Andrés, la
encarcelación de presos políticos, la represión más descarada, los
asesinatos de estado... Existen ya demasiados focos rojos, demasiados
caldos de cultivo para esperar una gobernabilidad que no venga dada,
precisamente, por los movimientos sociales de resistencia y de
construcción de una nueva sociedad. La paz no vendrá impuesta por el
Gobierno Federal, ni por su Ejército, ni por sus políticas neoliberales.
La paz solo es posible si los movimientos civiles logran construirla sobre
las bases de la democracia, la justicia y el desarrollo. Oaxaca puede ser
un primer capítulo y la punta de lanza de estos movimientos.

1. El Teletón es un conocido programa caritativo
que recaba dinero para realizar donativos a los niños más desfavorecidos.