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CONFEDERACION DE TRABAJADORES DEL COBRE HITO HISTORICO DEL MOVIMIENTO SINDICAL CHILENO
Publie le Viernes 10 de agosto de 2007 par Open-PublishingEspecial de Tribuna Popular: Para el equipo de edición de TP, es una gran satisfacción reproducir para ustedes la crónica de nuestro periódico hermano de Chile, Semanario EL SIGLO, sobre la conformación de la Confederación de Trabajadores del Cobre del hermano país, su proceso previo y la lucha de los trabajadores contratista del sector terciario que han logrado un Hito Histórico digno de estudiar e imitar para el movimiento sindical de América Latina.
Orgullo de clase, satisfacción por el paso dado y la conciencia de estar asistiendo al nacimiento de una organización que marcará un antes y un después para el movimiento sindical chileno post dictadura, se hizo sentir en el ánimo de miles de trabajadores contratistas que se concentraron en la Plaza Machalí para saludar la fundación de la Confederación de Trabajadores del Cobre.
“Estamos orgullosos del paso que hemos dado los trabajadores contratistas, tanto de la Empresa estatal Compañía del Cobre CODELCO-CHILE, como de las empresas privadas de la gran minería del cobre, que hemos logrado constituir la Confederación de Trabajadores del Cobre, nos reconocemos como parte fundamental de la producción del cobre, por tanto estamos recuperando el sentido histórico de los trabajadores”, señalaba el ex vocero de la Coordinadora de Trabajadores Contratistas y ahora presidente de la nueva organización sindical, Cristian Cuevas, al dar a conocer las principales conclusiones del congreso fundacional.
Al encuentro llegaron más de doscientos delegados, dirigentes sindicales venidos de las cinco divisiones de Codelco y de las minerías privadas, como La Escondida, Collahuasi, El Abra, Pelambre, Mantos Blancos, Cerro Colorado, que resolvieron entre otras cosas poner en el centro de sus objetivos la renacionalización del cobre.
Por lo mismo, sus aspiraciones van más allá de lo reivindicativo del sector minero –que por lo demás los tiene adportas de una huelga nacional- sino que dice Cuevas “se abre una posibilidad infinita para dar una nueva lucha, un reimpulso al movimiento de los trabajadores, a nivel de nuestro país y sobretodo para terminar con la precarización y avanzar en la negociación colectiva interempresas y esto lo vamos hacer, sino en el marco legal, vamos a romper los candados de la institucionalidad heredada de la dictadura y que estos gobiernos profundizaron y no han modificado en nada los derechos de los trabajadores de nuestro país”.
La advertencia no es menor cuando se trata de una organización que agrupa a 80 mil trabajadores, dos tercios de las personas que trabajan en la gran minería del cobre, cantidad que los convierte en el sindicato más grande la historia de Chile y que se propone negociar en conjunto frente a grandes compañías como Codelco, Collahuasi y Pelambres, condiciones laborales comunes para todos. Todo en un área estratégica, que por esa condición tiene por si sola la facultad de paralizar la principal producción del país.
Ejemplo a seguir
La experiencia, tuvo su primer hito con el paro que detonó en enero del 2006, poco antes de la segunda vuelta presidencial, cuando los noticieros eran sorprendidos por la combatividad y organización de estos nuevos actores que surgían desde el anonimato de empresas sin renombres y que sin embargo en conjunto tomaban una parte de la principal producción del país. Era la rebelión de los trabajadores de “segunda categoría”, montando barricadas y en pie de lucha, con la idea de alcanzar lo que siendo de evidente justicia se negaban como un principio instalado, “a igual trabajo, igual salario y derechos”.
Su audacia les valió torcer la mano a la cuprífera estatal que, urgidos por la inminencia del momento político, se vio obligada a negociar con los que no consideraba sus empleados y firmar un acta de acuerdo en que comprometió precisamente las demandas que hoy los mineros exigen y que los llevará a la huelga en los próximos días.
El logro que tuvo ese movimiento en el sentido de imponer de hecho la negociación interempresa a la cuprífera estatal, se repetiría luego en la lucha de los trabajadores forestales cuya unidad y organización logro hacer lo mismo en el sector privado, obligando a los ejecutivos de la Celulosa Arauco a negociar con todos quienes laboran para el holding.
El ejemplo no pasa inadvertido para otros grandes sectores de trabajadores, como salmoneros, forestales, bancarios y del retail (supermercados), que miran atentos el itinerario de estas luchas y se preparan para armar sus “megasindicatos”. Como un reguero de pólvora se ha extendido en las últimas semanas los contactos y coordinaciones entre quienes laboran para un mismo mandante o holding, así como por ramas de producción, en vista de forzar una negociación colectiva de hecho con la fuerza de la unidad.
El proceso viene a revertir el proceso de atomización que ha sufrido el movimiento sindical en los últimos años, precisamente por el debilitamiento de la capacidad de negociar exitosamente de los sindicatos y se proyecta en directa relación con la capacidad de los trabajadores de unir sus demandas reivindicativas a temas de fondo que inciden en la respuesta a sus demandas y que apuntan directamente al modelo económico con el cual necesariamente terminaran chocando sus aspiraciones.
Negociación interempresa
Aunque formalmente la actual legislación contempla la negociación interempresa, ésta solo puede llevarse adelante con el acuerdo de las partes, lo que hace inviable el ejercicio de este derecho a la inmensa mayoría de los trabajadores.
De hecho de los más de 4 millones de trabajadores contratistas, sólo el 10% tiene derecho a negociación colectiva.
Esta realidad ha impactado fuertemente en el sindicalismo, por la vía de que al no tener capacidad negociadora se desincentiva la afiliación, debilitándola al punto que actualmente llega a poco más del 11% de la masa laboral.
Con ello los trabajadores pierden fuerza para negociar mejores condiciones salariales y de trabajo, lo que estimula la acumulación de riquezas en manos del empresariado y se refleja finalmente en la escandalosa distribución que exhibe nuestro país hoy.
De ahí que el propio Gobierno y recogiendo los avances que en la realidad han impuesto los trabajadores, este evaluando el envío de un proyecto legislativo que modifique la actual ley de negociación colectiva.
Para la CUT, la idea es que haya negociación sectorial que fije las condiciones mínimas de trabajo y remuneraciones y que sobre ello, si existen condiciones, los trabajadores de cada empresa en particular puedan postular a elevar ese piso, según explicó Arturo Martínez, presidente de la Central, que estuvo presente en los actos de Machalí.
Sin embargo y como era esperable, la iniciativa ha sido rechazada de plano por el empresariado y la derecha política que a través de El Mercurio ha dedicado varias planas a advertir sobre los “peligros” de los megasindicatos.
Para Fernando Alvear, de la Asociación de Supermercados, la negociación por rama “no existe en el país, por lo tanto me parece que es ilegal. En Chile existe la ley y está para cumplirla. Creo que el país tiene que avanzar, pero con ideas como ésta retrocede. Para establecer un piso de condiciones mínimas ya está la ley, y si no se cumplen, la Dirección del Trabajo tiene que hacerlas cumplir. Por eso ésta propuesta me parece mala, y lo que pasó en Celco sienta un mal precedente”, señala.
En tanto para César Barro, de Salmón Chile, “todas las empresas tienen condiciones distintas, algunas son intensivas en producción, otras no, hay algunas que exportan pescados congelados, otras que exportan pescados frescos. Pero este es un país libre y todos pueden presentar propuestas, sin embargo rechazo la idea de plano”.
Pleno respaldo a los dirigentes
La constitución de la Confederación de Trabajadores del Cobre significó para los dirigentes de la hasta entonces Coordinadora Nacional de Contratistas del Cobre, someterse a la democrática evaluación de sus representados.
Sin embargo las elecciones no hicieron más que ratificar el apoyo de los trabajadores a quienes han sabido conducir con éxito el proceso de crecimiento de la organización hasta este momento en que se ponen “pantalones largos”, aspirando a representar a todos los trabajadores del cobre y a tomar el rol protagónico en el movimiento sindical y social chileno.
Además de la consolidación de Cristian Cuevas como cabeza de la organización, resultaron elegidos en el ejecutivo Manuel Ahumada, Vicepresidente; Julio Araya, Secretario General; Luciano Huerta, Tesorero; Roberto Arraigada, Organización; Javier Rowe, Relaciones Nacionales e Internacionales y Andrés Leal, Jorge Peña, Emilio Zárate, Ricardo Brugueño, Luis Garrido, Carlos Esquivel, Jadriz Véliz, Fernando Ramírez y Miguel Santana, Directores.
Fuente: Semanario El Siglo/Tribuna Popular