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Chavez quiere coca boliviana, y la compra con los riales “del pueblo”
Publie le Martes 15 de julio de 2008 par Open-PublishingEvo Morales confía en que la comercialización a gran escala de productos derivados de la coca va a resolver el problema de la elaboración de cocaína en su país
Al respecto, el mandatario anunció recientemente que –con la colaboración del gobierno venezolano– comenzará el proceso de industrialización.
La primera fábrica estará instalada en dos hectáreas de suelos en el poblado de Lauca “N” de la provincia del Chapare. Allí se prevé la fabricación de mate, harina, vino, dulces y medicamentos, entre otros, todos basados en la hoja de coca.
Asimismo, Hugo Chávez confirmó que planea adquirir la producción total de derivados de la hoja.
Por lo pronto, Naciones Unidas considera a la hoja de coca como un producto nocivo para la salud humana y la ha clasificado de “sustancia controlada”.
De acuerdo con las estimaciones de ese organismo, en las regiones andinas se ha cultivado coca de forma sostenida por más de diez mil años, y en estos momentos hay entre 27.000 y 30.000 hectáreas cultivadas de coca en Bolivia.
Gran parte de la producción cocalera boliviana se desvía hacia la producción de cocaína, que es ilegal en ese país.
El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, cultivador de coca antes de que Morales asumiera en el poder, admitió hace poco que casi la mitad de la coca que se siembra en los catos legales del Chapare se desvía a la elaboración ilícita de cocaína. A su vez, reconoció que hay más de 6.500 hectáreas de coca sembradas en el país.
A lo largo del año pasado, la erradicación de coca en el Trópico de Cochabamba ha logrado reducir el número de hectáreas sembradas de coca en un 35 por ciento. Sin embargo, la producción podría detenerse o marchar a un ritmo más lento.
Evo Morales aspira a que todo cocalero boliviano pueda sembrar un cato de coca por familia.
En una reunión con los campesinos cocaleros de Cochabamba, en Shinahota, el mandatario aseguró: “Yo diría cato de coca o muerte. Aquí vamos a defender (el cato) juntos, unidos”.
Posteriormente, Morales y Antonio María Costas, director ejecutivo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se reunieron con más de 600 cocaleros del Chapare para analizar la despenalización de la hoja de coca.
Morales explicó que la coca no era cocaína y posteriormente, representantes cocaleros, uno para cada federación, expusieron sus demandas, centradas fundamentalmente en la despenalización de la hoja.
Costas fue cauteloso y prudente, y se limitó a decir que el proceso de despenalización es algo “bastante complicado”.
En realidad, la despenalización y la industrialización de la coca enfrentan un número de problemas de envergadura. De entrada, la Asamblea Constituyente de Bolivia desplegó una resistencia significativa a los planes del Ejecutivo de reformar o alterar la ley 1.008 y otras disposiciones relacionadas con los narcóticos.
A ello hay que agregar la capacidad real del gobierno venezolano de apoyar la industrialización de la coca y absorber sostenidamente la producción de los derivados.
Chávez ya invirtió medio millón de dólares en esa tarea. En efecto, el embajador venezolano Julio Montes dio garantías de que la producción íntegra de los productos derivados de la hoja de coca sería adquirida por Venezuela.
Pero hay que recordar que Bolivia ya tiene serios problemas con otra generosa oferta venezolana, relacionada en este caso con el petróleo y los hidrocarburos.
Algunos meses atrás, el gobierno boliviano emitió un decreto nacionalizando las reservas de gas del país, pero poco después tuvo que anunciar la suspensión “temporal” porque la estatal “Petróleos de Venezuela” no había podido cumplir con sus promesas de ayuda.
http://papeltuale.wordpress.com/2007/01/30/chavez-quiere-coca-boliviana-y-la-com