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Crisis del Capitalismo, el ALBA TCP y la unidad de la Clase Trabajadora

Publie le Viernes 10 de julio de 2009 par Open-Publishing

Consideraciones sobre la Crisis del Capitalismo

Vivimos momentos históricos estelares, la crisis mundial del capitalismo apenas ha mostrado sus primeros síntomas en las economías de los centros del imperialismo. La crisis financiera cada vez más es acompañada por una crisis del crédito que repercutirá sin lugar a dudas a las esferas productivas del capitalismo. En este sentido, los monopolios industriales han sido golpeados de forma contundente y unos que incluso constituían modelos del capitalismo monopolista transnacionalizado han caído estrepitosamente, General Motors es el caso más dramático, porque era considerada la joya de la industria automovilística norteamericana.

Está claro para muchos que la crisis actual del capitalismo no tiene precedentes, ya que afecta de forma simultánea diversos aspectos del sistema; a la profunda crisis financiera, se le suman crisis energéticas, alimentarias y la más grave, una crisis ambiental creciente. Eso sin contar el conjunto de crisis y contradicciones políticas, sociales, humanitarias que afectan a diversos pueblos: agresiones imperialistas, los genocidios, las guerras civiles, el narcotráfico, el comercio sexual, son sólo algunos de los fenómenos degradantes inherentes al capitalismo realmente existente, el Comandante Hugo Chávez ha hablado en este sentido de una profunda crisis moral.

La crisis que el capitalismo hoy sufre, es consustancial con su lógica de acumulación y expansión, muestra las fragilidades de la etapa más avanzada de la mundialización de las relaciones de explotación capitalista, caracterizadas por un predominio del capital financiero especulativo sobre los capitales productivos, lo que se denomina como economía de casino es lo que ha provocado el descalabro financiero internacional. Hoy se expresa de forma aguda la profunda contradicción del desarrollo de las fuerzas productivas, sorprendentes en la actualidad y que servirían para satisfacer las necesidades básicas humanas en todo el planeta, con las relaciones de producción que hoy impide que la riqueza sea equitativamente repartida por que la apropiación de la producción es privada.

Sin embargo hay que ser cautos con las evaluaciones que se hagan al respecto, ya Marx hace más de 150 años nos precavía que las crisis que sufre el capitalismo sirven para sofisticarlo y reiniciar un nuevo ciclo expansivo, las crisis destruyen los capitales individuales más débiles, lo cual acentúa la concentración y la monopolización de capitales, la crisis actual no es la excepción en este sentido. En el caso de la Clase Trabajadora, es esta la que paga los platos rotos con mayor intensidad, porque las crisis económicas generan desempleo, deterioro de las condiciones de trabajo, baja abrupta del poder adquisitivo, eso sin contar que busca destruir con represión la voluntad de lucha de los trabajadores y las trabajadoras, entre otros efectos perniciosos.

Por otro lado el Estado Capitalista cumple durante las crisis un papel preponderante en el auxilio a los sectores económicos afectados, no olvidemos que el Estado junto al Mercado son instituciones históricas al servicio del buen funcionamiento sistémico. Es risible observar como algunos consideran las nacionalizaciones que se están llevando en las principales economías capitalistas del mundo como concesiones al Socialismo, nada más descabellado, el Estado capitalista con su naturaleza de clase, siempre está presto para mantener a flote a las burguesías a costa de los sectores trabajadores y pequeños burgueses, olvidar esto es considerar al Estado como una institución neutra que expresa los intereses de la sociedad en general.

Un elemento actual que pudiese resaltarse, es que las nacionalizaciones e intervenciones estatales llevadas a cabo en los últimos tiempos tanto en EEUU como en Europa, desmontan de forma estrepitosa el mito neoliberal de la no intervención del Estado en cuestiones económicas. Sin embargo, hay que aclarar que dicho dogma de la cartilla neoliberal nunca se aplicó hasta sus últimas consecuencias en los países metropolitanos (cosa distinta ocurrió en algunos países dependientes donde el neoliberalismo se aplico de forma ortodoxa, con las conocidas consecuencias patéticas), tan sólo recordar los subsidios que los Estados de los países desarrollados dan a sus productores agropecuarios o la importancia de mecanismos extraeconómicos como las guerras de invasión, para asegurar los mercados de materias primas, fuentes de energía, entre otros.

Otro elemento que llama la atención, es la discusión sobre el alcance de la Crisis, para la mayoría no hay duda que la presente crisis tendrá un impacto global, pero lo que se discute es el grado de intensidad del impacto en las economías periféricas, para algunos será catastrófico y para otros será leve, sobre todo para aquellos que hablan del “desenganche” o “desacople” de las economías emergentes del sistema financiero internacional. Ciertamente aquellos países que hayan ganado mayores niveles de independencia económica serán los menos afectados por la crisis, sin embargo no dejaran de ser afectados, porque hoy la economía capitalista global se encuentra interconectada de forma profunda, tan solo basta recordar el impacto que tuvo a nivel mundial en los años precedentes las crisis que afectaron las economías del Sudeste Asiático, Rusia o Brasil, si estas economías afectaron el desenvolvimiento económico internacional, es obvio que un descalabro de la principal economía del Sistema Capitalista Mundial, tendrá unos efectos impredecibles.

Frente a la Crisis del Capitalismo, el ALBA-TCP muestra un camino

Pero lo que deseamos resaltar, es que el Capitalismo histórico o realmente existente no lo van a destruir las crisis económicas, o energéticas o financieras, solo lo puede derribar revoluciones socialistas profundas, estructurales, políticas, económicas, culturales que afecten las relaciones de explotación, de propiedad, que rompa toda forma de fetichismo y enajenación, entre otros elementos.

Estas revoluciones sin embargo, no pueden circunscribirse solamente a los espacios nacionales, ya el Comandante Raúl Castro ha insistido que si bien es cierto un pueblo aislado no puede cambiar todo un sistema económico de carácter internacional, la unidad de muchos pueblos como en el caso del ALBA TCP pueden abrir perspectivas para profundizar cambios estructurales.

En este sentido el ALBA TCP tiene por objetivo la transformación de las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y por tanto está concebida como un proceso integral destinado a asegurar la eliminación de las desigualdades sociales y fomentar la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino.

Para alcanzar estos objetivos, el Alba se guía por los siguientes principios y bases cardinales de acuerdo a sus documentos programáticos (http://www.pdvsa.com):

1.- El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados externos o estimular el comercio. Para lograrlo, se requiere una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad económica

2.- Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven del proceso de integración.

3.-La complementariedad económica y la cooperación entre los países participantes y no la competencia entre países y producciones, de tal modo que se promueva una especialización productiva, eficiente y competitiva que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado de cada país, con las estrategias de lucha contra la pobreza y con la preservación de la identidad cultural de los pueblos.

4.- Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la región, que incluya un Plan Continental contra el Analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de carácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social.

5.- Creación del Fondo de Emergencia Social y el Banco del ALBA.

6.- Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y aéreas, telecomunicaciones y otras.

7.- Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo mediante normas que protejan el medio ambiente, estimulen un uso racional de los recursos e impidan la proliferación de patrones de consumo derrochador y ajeno a las realidades de nuestros pueblos.

8.- Integración energética entre los países de la región, que asegure el suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, como promueve la República Bolivariana de Venezuela con la creación de Petrocaribe.

9.- Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los países de la región de los inversionistas foráneos. Para ello se crearían, entre otros, un Fondo Latinoamericano de Inversiones, un Banco de Desarrollo del Sur, y la Sociedad de Garantías Recíprocas Latinoamericanas.

10.- Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la identidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fomento de las culturas autóctonas e indígenas. Creación de la Televisora del Sur (TELESUR) como instrumento alternativo al servicio de la difusión de nuestras realidades.

11.- Medidas para que las normas de propiedad intelectual, al tiempo que protejan el patrimonio de los países latinoamericanos y caribeños frente a la voracidad de las empresas transnacionales, no se conviertan en un freno a la necesaria cooperación en todos los terrenos entre nuestros países.

12.- Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida la lucha por la democratización y la transparencia en los organismos internacionales, particularmente en las Naciones Unidas y sus órganos.

En este sentido resaltamos la importancia estratégica de la incorporación de Ecuador y los países caribeños de San Vicente Islas Granadinas, y de Antigua y Barbuda, al ALBA TCP, que pasa de ser Alternativa para convertirse en Alianza Bolivariana para las Américas. Esta incorporación de nuevos países eleva la cifra de gobiernos alineados a 9 y le da mayor profundidad al accionar de este espacio de integración, con la creación de una coordinación política, una coordinación social y una coordinación económica. Por otro lado el Sucre, un sistema de compensación monetaria alternativo, cada día está más cerca de entrar en acción, a lo cual debemos agregar el arranque del Banco del ALBA.

El ALBA TCP y la necesaria unidad internacional de la clase trabajadora

Con lo anterior queda claro que el ALBA TCP se constituye en la principal arma organizativa que se han dado los gobiernos populares y revolucionarios para superar la crisis del capitalismo, El ALBA TCP pasó de ser en poco tiempo de una retórica alternativa al neoliberalismo a una alianza política sobre principios revolucionarios. Sin embargo, faltan por avanzar los espacios de integración de los distintos movimientos sociales, porque a pesar de que es importante la unidad de gobiernos de avanzada, también es cierto que sin una sólida unidad nacional e internacional orgánica y programática de los trabajadores y las trabajadoras, superar la crisis del capitalismo, y más aun quebrar el metabolismo del capital se torna una tarea imposible.

Ciertamente existe un Consejos de Movimientos Sociales del ALBA TCP, pero consideramos que le hace falta mayor organicidad, mayor capacidad de coordinación de acciones que den respuestas a los retos que se le plantean a los pueblos, a los trabajadores y trabajadoras del continente. Este consejo no debería ir a la cola de los gobiernos, por el contrario debería orientar las acciones de dichos gobiernos si realmente estamos convencidos de eso que los pueblos trabajadores son el sujeto histórico.

Apostamos entonces por la más amplia unidad que agrupe a los trabajadores y las trabajadoras a nivel nacional, continental y mundial, realmente es lamentable que en el momento histórico en el cual el capitalismo se ha mundializado como nunca antes, hoy en esta coyuntura de profunda crisis estructural del status quo, no exista una potente internacional de los trabajadores y las trabajadoras, que tuvieron un papel importante en la segundad mitad del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX.

En este sentido insistimos, al capitalismo no lo va a liquidar las crisis financieras, bancarias, industriales, o de cualquier tipo, estas crisis sólo abren las posibilidades concretas para iniciar una potente movilización de las masas explotadas y oprimidas descontentas, que pueden desencadenar revoluciones. El capitalismo no se morirá de un infarto, al capitalismo hay que liquidarlo de forma consciente para sustituirlo por la nueva sociedad socialista.

Para llevar a feliz término esta lucha, es imprescindible la construcción de espacios de integración internacional como el ALBA TCP y otras iniciativas que agrupen de manera efectiva a los trabajadores y trabajadoras de los diversos pueblos del mundo, que consolide la unidad del pueblo trabajador en el continente, organizado en partido para el socialismo, en poder para los trabajadores.

No perdamos de vista que a un sistema de carácter internacional, debemos oponerle un nuevo sistema de relaciones sociales, de producción que trasciendan las fronteras nacionales, lo otro es condenarnos al aislamiento, a la derrota y al retroceso. Si la consigna del imperio es divide para vencer, la consigna de los pueblos debe ser unidad para la victoria, para la liberación.