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Defensa hasta morir... Oaxaca

Publie le Miércoles 8 de noviembre de 2006 par Open-Publishing

Defensa hasta morir; Por: Javier Corral
Fecha: 2006-11-07 Hora 18:40:26


Por: Javier Corral

El PRI se retrata en Oaxaca. Su fotografía actual es esa, un rostro que combina dos caras pero termina en una histórica faceta: la simulación. Mientras que en el Senado de la República la bancada priísta llama a Ulises Ruiz Ortiz a reconsiderar su renuncia al cargo de Gobernador del Estado, en la de Diputados se arropa con lenguaje de mafia al impugnado gobernante: “hoy el grupo parlamentario definió en bloque defender a morir a Ulises Ruiz”, dijo tal cual el Diputado Emilio Gamboa Patrón, coordinador de la fracción priísta en el Congreso Federal.

No habían pasado veinticuatro horas en que el propio Gamboa había llamado a “un acto de conciencia” a Ulises Ruiz para saber si podía seguir gobernando o no Oaxaca - “él sabe cómo están las condiciones de él con su pueblo, él sabe que quiere la gente de Oaxaca”-, cuando tuvo que rectificar por la presión de la corriente más autoritaria en ese partido que ve en la renuncia del Gobernador Ruiz, no una medida que contribuye a la solución del conflicto y la posibilidad de conjurar el riesgo de la violencia generalizada, sino una afrenta a la dignidad priísta a manos de revoltosos que de esta manera sentarán el precedente para derribar a otros gobernantes. Así ven los legisladores priístas el problema, así resuelve el coordinador, y actúan en consecuencia. En plena etapa de evaluación de su debacle electoral, listos para lanzar su enésima campaña del “nuevo PRI”.

La dinámica negociadora sin escrúpulos lleva a estas contradicciones. Hay que estar bien con todos los que darán un voto para sacar adelante los multimillonarios negocios que ahora se diseñan en el Congreso, no importa que se pierda cara y se pongan en peligro más vidas humanas. Y para desesperanza del cambio democratico en México, ese es el PRI que dominará la negociación política en el Congreso, coalición de autócratas con negociantes, y hacia él será conducido el Presidente Felipe Calderón en busca de acuerdos, si la izquierda perredista no rectifica su visión estrecha de las elecciones federales del 2006, y no es capaz de identificar yerros propios, pero también avances inimaginables en un país esencialmente conservador.

El PRI que ve Oaxaca como chantaje de revoltosos y acuerpa a Ulises hasta morir, es el PRI que tiene el mando hoy, incluso con sus rasgos de simulación en el Senado. El PRI que “está dispuesto a colaborar con el gobierno que eligieron los mexicanos” pero venderá caro su apoyo, impondrá sus intereses por más aberrantes que resulten, como es el caso de Oaxaca.

Está a la vista el agotamiento de la acción del Gobernador Ruiz, su patética controversia constitucional en contra del exhorto que le hizo la Cámara de Diputados para que renuncie, la temeraria declaración del dirigente estatal del PRI amenazando con responder de la forma que sea “cualquier provocación” de la APPO, la marcha priísta en defensa de las autoridades y del Gobernador Ruiz en donde se documentó la presencia de porros y gavilleros, son pruebas del nivel al que se quieren llevar las cosas en esa entidad, y que constituyen precisamente lo que el mismo dictamen senatorial, que por un lado negó declarar la desaparición de poderes, por el otro admitió un estado de ingobernabilidad.

Este acuerpamiento priísta puede resultar muy caro al país. De hecho lo ha sido, pues además de sitiada la Ciudad de Oaxaca por cerca de 4000 elementos de la Policía Federal Preventiva, el saldo de víctimas en todo lo que va del conflicto llega a 14, en el que se incluyen 3 muertos de la población que resistió el operativo de la Policia Federal Preventiva.

En un texto que dirigen al Presidente Fox, cincuenta sacerdotes católicos de distintas parroquias de Oaxaca, tanto de la Arquidiocesis de la Capital, como de la Diocesis de Puerto Escondido y de la Prelatura de Huautla de Jimenez, describen así los saldos: “ alrededor de 30 detenidos sin orden de aprehensión, un número indeterminado de desaparecidos, casas cateadas sin orden judicial, tanquetas disparando a la población agua con acida, helicópteros arrojando gases lacrimógenos frente a la indignación de un pueblo que resiste tenaz y pacíficamente prácticamente en toda la ciudad y en otros puntos del interior del estado”.

“Hay una incongruencia inadmisible entre la promesa de un operativo que supuestamente brindaría protección a la población y los hechos terribles que hemos presenciado.”

Los presbíteros, entre los que se encuentran párrocos, vicarios, coordinadores de pastoral, y un rector de seminario, advierten del riesgo mayor por el conflicto oaxaqueño: “las instituciones del Gobierno Federal están propiciando las condiciones para movimientos sociales de mayor magnitud no solo en el Estado de Oaxaca sino en otros lugares del país”.

Hasta el momento de escribir este artículo, no tuve ningún elemento informativo para vincular los recientes bombazos en la sede del PRI nacional, en el edificio del TRIFE y en una sucursal bancaria al confllicto en Oaxaca, pero la lógica indica que pueden ser esos movimientos alertados por los señores curas, los que reinvindiquen más tarde esos hechos. Por algo lo anticiparon.

La pregunta es muy simple: ¿En serio, tendremos que pagar ese costo, porque el Nuevo PRI, decidió defender al Gobernador Ulises Ruiz hasta morir?.