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EL CUADRO COLUMNA VERTEBRAL DE LA REVOLUCION
Publie le Domingo 1ro de julio de 2007 par Open-PublishingEl desarrollo de un cuadro se logra en el quehacer diario; pero debe acometerse la tarea, además, de un modo sistemático en escuelas especiales, donde profesores competentes, ejemplos a la vez del alumnado, favorezcan el más rápido ascenso ideológico.
En un régimen que inicia la construcción del socialismo, no pude suponerse un cuadro que no tenga un alto desarrollo político, pero por desarrollo político no debe considerarse sólo el aprendizaje de la teoría marxista; debe también exigirse la responsabilidad del individuo por sus actos, la disciplina que coarte cualquier debilidad transitoria y que no está reñida con una alta dosis de iniciativa, la preocupación constante por todos los problemas de la Revolución. Para desarrollar hay que empezar, por establecer el principio selectivo en la masa, es ahí donde hay que buscar las personalidades nacientes, probadas en el sacrificio o que empiezan ahora a mostrar sus inquietudes, y llevarlas a las escuelas especiales, o, en su defecto, a cargos de mayor responsabilidad que lo prueben en el trabajo práctico.
Así hemos ido encontrando multitud de nuevos cuadros que se han desarrollado en estos años; pero su desarrollo no ha sido parejo, puesto que los jóvenes compañeros se han visto frente a la realidad de la creación revolucionaria sin una adecuada orientación del Partido. Algunos han triunfado plenamente, pero hay muchos que no pudieron hacerlo completamente y quedaron a la mitad de camino, o que, simplemente, se perdieron en el laberinto burocrático o en las tentaciones que da el poder.
Para asegurar el triunfo y la consolidación total de la Revolución necesitamos desarrollar cuadros de distintos tipos; el cuadro político que sea la base de nuestras organizaciones de masas, el orienta a estas a través de la acción del Partido Unido de la Revolución Socialista (ya se están empezando a sentar estas bases con las escuelas nacionales y provinciales de instrucción revolucionaria y con los círculos de estudios a todos los niveles); también se necesitan cuadros militares para lograrlo, para lo cual se puede utilizar la selección que hizo la guerra en nuestros jóvenes combatientes, ya que quedó con vida una buena cantidad sin grandes conocimientos teóricos pero probados en el fuego, probados en las condiciones mas duras de la lucha y de la fidelidad a toda prueba hacia el régimen revolucionario, a cuyo nacimiento y desarrollo están íntimamente unidos desde las primeras guerrillas de la sierra. Debemos promover también cuadros económicos que se dediquen específicamente a las tareas difíciles de la planeación, de la organización del Estado socialista en estos momentos de creación. Es necesario trabajar con los profesionales, impulsando a los jóvenes a seguir alguna de las carreras técnicas mas importantes, para tratar de darle a la ciencia el tono de entusiasmo ideológico que garantice un desarrollo acelerado. Y es imperativo crear el equipo administrativo que sepa aprovechar y acoplar los conocimientos técnicos específicos de los demás y orientar a las empresas y a otras organizaciones del estado para acoplarlas al fuerte ritmo de la Revolución.
Para todos ellos, el denominador común es la claridad política, esta no consiste en el apoyo incondicional a los postulados de la Revolución, sino en un apoyo razonado, en una gran capacidad de sacrificio y en una capacidad dialéctica de análisis que le permita hacer continuos aportes, a todos los niveles a la rica teoría y práctica de la Revolución. Estos compañeros deben seleccionarse de las masas.
En todos estos lugares, la función del cuadro, a pesar de ocupar frentes distintos, es la misma. El cuadro es la pieza maestra del motor ideológico que es el Partido Unido de la Revolución.
Es lo que pudiéramos llamar un tornillo dinámico de eses motor, tornillo en cuanto pieza funcional que asegura su correcto funcionamiento, dinámico en cuanto que no es un simple transmisor hacia arriba y hacia debajo de lemas o demandas, sino un creador que ayudará al desarrollo de las masas y a la información de los dirigentes, sirviendo de punto de contacto con aquellas. Tienen una importante misión de vigilancia para que no se liquide el gran espíritu de la Revolución, para que esta no duerma, no disminuya su ritmo. Es un lugar sensible; transmite lo que viene de las masas y le infunde lo que orienta el Partido.
Desarrollar los cuadros, es, pues, una tarea inaplazable del momento. El desarrollo de los cuadros ha sido tomado con gran empeño por el Gobierno Revolucionario; con sus programas de becas siguiendo principios selectivos, con los programas de estudio de los obreros, dando distintas oportunidades de desarrollo tecnológico, con el desarrollo de las escuelas técnicas especiales, con el desarrollo de las escuelas secundarias y la universidades abriendo nuevas carreras, con el desarrollo, en fin del estudio, el trabajo y la vigilancia revolucionaria como lemas de toda nuestra patria, basadas fundamentalmente en la Unión de Jóvenes Comunistas desde donde deben salir los cuadros de todo tipo y aún los cuadros dirigentes de la revolución en el futuro.
Íntimamente ligado al concepto del cuadro, esta el de la capacidad de sacrificio, de demostrar con el propio ejemplo las verdades y consignas de la Revolución.
El cuadro, como dirigente político debe ganarse el respeto de los trabajadores con su acción. Es imprescindible que cuente con la consideración y el cariño de los compañeros a quienes debe guiar por los caminos de la vanguardia.
Por todo ello, no hay mejor cuadro que aquel cuya elección efectúa la masa en las asambleas que designan los obreros ejemplares, los que serán integrados al PURS junto con los antiguos miembros de la ORI que pasen todas las pruebas selectivas exigidas. Al principio constituirán un Partido pequeño, pero su influencia entre los trabajadores será inmensa; luego éste se agrandará cuando el avance de la conciencia socialista vaya convirtiendo en una necesidad el trabajo y la entrega total a la causa del pueblo. Con dirigentes medios detesta categoría, las difíciles tareas que tenemos delante se cumplirán con menos contratiempos. Luego de un período de desconcierto y de malos métodos se ha llegado a la política justa, la que no será abandonada jamás. Con el impulso siempre renovado de la clase obrera, nutriendo con sus fuentes inagotables las filas del Partido Unido de la Revolución Socialista, y con la rectoría de nuestro Partido, entramos de lleno en la tarea de formación de cuadros que garanticen el desarrollo impetuoso de nuestra Revolución.
Hay que triunfar en el empeño.
Fuente Original: Tribuna Popular