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EL IMPERIO DE LOS EUFEMISMOS

Publie le Martes 5 de junio de 2007 par Open-Publishing

No ha habido en la historia un imperio más opresor de pueblos, agresor, guerrerista y criminal contra los más débiles. Sin embargo, él se define a sí mismo como “líder del mundo libre”.

Tiene millones de presos en sus cárceles. Transformó la base ilegal de Guantánamo en depósito de prisioneros de guerra sin derechos ni defensores. Torturas presos en Irak. Mantiene cárceles clandestinas y realiza vuelos secretos con secuestrados en Europa. Pero eso no impide que se llame a sí mismo “campeón de la libertad y de los derechos humanos”.

Construye un inmenso muro para cerrar su extensa frontera con México. Apoya y financia el muro israelí para cerrar el paso a los palestinos e incomunicarlos, pero hizo en su propaganda del “Muro de Berlín” un símbolo de la “opresión comunista” durante décadas. No obstante, guarda silencio absoluto sobre sus propias monstruosidades.

Planifica y financia golpes ultraderechistas y fascistas en todo el mundo para imponer la voluntad de sus monopolios y oligopolios en los países del Tercer Mundo. Apoya gobiernos criminales y genocidas como el de Israel, Pakistán y Filipinas. Sin embargo, pretende condenar a Venezuela “porque se inmiscuye en los asuntos de sus vecinos”, una acusación sin pruebas y sin ser juez del mundo, además de hacer lo que dice que otros hacen.

Invade y destruye países sobre la base de mentiras mediáticas. Usa la fuerza valiéndose de su supremacía militar. Tiene un arsenal nuclear suficiente como para destruir el planeta. Pero eso no impide que acuse a Venezuela de “armamentista” porque sustituye sus viejos fusiles, mejora su sistema de radares defensivos y se provea de una fuerza aérea capaz de cuidar su soberanía ante las amenazas imperiales.

En su territorio ocurren las matanzas más absurdas en centros de enseñanza; la droga invade sus calles y colegios; hay 200 millones de armas en manos de la gente, más de 40 millones de pobres, todo lo cual no impide que se autodenomine el “mejor sistema de vida del mundo”.

El Imperio de los eufemismos se inmiscuye en los asuntos internos de cuantos países y pueblos se le ocurran; se cree con derecho a calificar o descalificar gobiernos y sistemas políticos extranjeros, según su real arbitrio, como si fuera juez y policía del mundo; a quienes no les parece que cumplen con el combate al narcotráfico los ponen en lista negra, a pesar de que Estados Unidos es el mayor consumidor de drogas del mundo y carece de autoridad moral para sancionar a nadie.

En estos momentos, ese imperio amenaza de nuevo la paz y la legalidad en Venezuela con un plan terrorista y de corte desestabilizador, utilizando como siempre la mentira de la “libertad de expresión” como latiguillo hipócrita de sus marionetas y aliados oligarcas, quienes nunca le han permitido al pueblo expresarse con libertad.

Pero el imperialismo norteamericano encontró en Venezuela la horma de sus zapatos, tal como le ha ocurrido en Cuba revolucionaria y socialista hasta ahora: El pueblo en la calle defendiendo su soberanía, su libertad y su derecho a tener medios de comunicación social a su servicio y no al servicio de la codicia, la mentira y el fascismo golpista.