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EL PARTIDO COMUNISTA Y EL PROCESO REVOLUCIONARIO DE LIBERACION NACIONAL
Publie le Jueves 14 de junio de 2007 par Open-PublishingI.- Una caracterización necesaria de la Revolución
1. El Partido Comunista de Venezuela (PCV), en su reciente 13º Congreso consideró que transitamos en Venezuela un proceso revolucionario de liberación nacional que debe culminar con éxito las tareas de recuperación plena de la soberanía e independencia nacional, avanzar en la conquista de la justicia e igualdad social; profundización de la democracia popular revolucionaria, de contenido participativo y protagónico, de transformación y liquidación del viejo Estado oligárquico burgués y que, para lograr cumplir las tareas históricas que maduran en la sociedad, tiene que avanzar necesariamente hacia la superación del injusto modo de producción capitalista, de explotación del hombre por el hombre, principal causa de todas las desigualdades y amenazas que afectan a la humanidad para avanzar victoriosamente rumbo al socialismo.
II.- La composición, carácter y contenido de la alianza antiimperialista
2. Esta fase del proceso revolucionario, demanda la más amplia unidad nacional antiimperialista, que objetivamente viene dada por la construcción de una multifacética alianza de clases y capas sociales, que va desde la burguesía no monopólica (la que no mantiene vínculos de subordinación al gran capital transnacional imperialista), la pequeña burguesía, las capas medias, la clase obrera y demás sectores de trabajadores/ trabajadoras, el campesinado y otras capas sociales explotadas.
3. Se trata de una alianza de clases y capas sociales, en torno a un programa mínimo de transformaciones democráticas y populares, comprometidas con el desarrollo socioeconómico (desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción) y la liquidación del dominio oligárquico e imperialista. Este bloque de fuerzas nacional-patriótico-revolucionario, coincide en el objetivo antiimperialista, pero a la vez, defiende intereses diferenciados y entre los factores de la alianza se desarrolla la lucha de clases por la dirección del proceso, con el fin de establecer contenidos, límites, ritmos y profundidad del mismo, según los particulares intereses de cada factor social allí representado. Es esta una alianza de clases que presenta a lo interno, contradicciones no antagónicas, que permiten su unidad táctica, y antagónicas que se definirán en el futuro. Esta estructura la definimos como un FRENTE AMPLIO NACIONAL PATRIOTICO E ANTIIMPERIALISTA, en torno a un programa, con normas estatutarias y de funcionamiento de obligatorio cumplimiento para el conjunto de sus componentes, una estructura orgánica y la dirección colectiva, liderada por el Presidente Hugo Chávez Frías.
4. Necesario es indicar que el proceso revolucionario bolivariano cuenta entre sus conquistas con una experiencia acumulada en décadas de luchas de diverso signo, que se han potenciado en estos años de gobierno del presidente Chávez, lo cual ha producido un importante salto cualitativo en la conciencia social, en el plano político y organizativo de considerables sectores populares.
III.- Acumular fuerzas populares revolucionarias por el Socialismo
5. En nuestro propósito de acumular fuerzas para avanzar hacia el socialismo, desarrollamos simultáneamente a la más amplia unidad nacional antiimperialista señalada; una política de articulación y unidad estratégica, entre el conjunto de los factores que integran el movimiento popular revolucionario, no solo a nivel nacional sino internacional.
6. Las fuerzas de clara postura marxista y marxista-leninista, estamos convencidas -tal como lo enseña la experiencia histórica de lucha de otros pueblos y la propia nuestra- que el proceso de tránsito al socialismo exacerba las contradicciones de clase, produciendo nuevas definiciones, deslindes, reagrupamientos y recomposición de alianzas, cuyo desenlace estará en correspondencia con la correlación de fuerzas que logremos construir.
7. De allí entonces, que ese curso y desenvolvimiento previsible de los acontecimientos de la lucha de clases, nos demande superar las inmensas debilidades presentes en uno de los sujetos fundamentales de la Revolución Socialista : la Clase Obrera y demás sectores de trabajadores/trabajadoras.
8. Estamos, en consecuencia proponiendo la creación de los Consejos de Trabajadores, como expresión política unitaria de éstos, por encima de su condición gremial o sindical, a fin de que sus intereses se encuentren legítimamente representados y puedan actuar de manera revolucionaria en el control de los centros de trabajo, el diseño, ejecución y seguimiento de sus políticas y procesos laborales, de producción y distribución social de sus ganancias, y como expresión del poder popular que incluso trascienda el ámbito de los lugares de trabajo para que influya en los de vivienda y en los territorios de los consejos comunales para imprimirles a éstos el sello de la conducción proletaria y los cambios de conciencia necesarios para la construcción del socialismo.
IV.- El Partido de la Revolución
9. Básicamente, se trata de que desde un Estado burgués como el que aun pervive en Venezuela, no se puede dirigir la revolución. Históricamente este Estado no es capaz de negarse a sí mismo, y además de su carácter y esencia, se encuentra en una situación de creciente descomposición. Éste, por tanto, es un Estado que aun no es revolucionario, por cuanto mantiene su naturaleza y valores burgueses.
10. Lo anterior demanda la existencia y acción de una vanguardia revolucionaria, que dirija organizada, colectiva y cohesionadamente el esfuerzo creador de las masas. Que propugne valores, principios y conductas dirigidas a superar la hegemonía cultural burguesa dominante. Que coadyuve en conjunción con el colectivo popular organizado en el ejercicio del control social y político del proceso entendido como totalidad.
11. Es en este contexto, en que además se ejercita predominantemente, en forma casi exclusiva, una dirección individual del proceso revolucionario desde instancias gubernamentales, en que el presidente Chávez presenta la propuesta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
12. Ciertamente, la revolución, en tanto hecho esencialmente político, demanda un órgano de dirección revolucionaria capaz no sólo de arrebatarle ese liderazgo al Estado burgués, sino de destruirlo y construir un Estado democrático popular revolucionario.
13. Ese órgano político es necesariamente un Partido, integrado por cuadros revolucionarios y revolucionarias, que visualice, conceptualice y establezca determinaciones integrales, totalizadoras y de conjunto con respecto a la sociedad y no sectoriales como acontece con las visiones que, en general, aprecian desde una posición de grupo (un ministerio o instituto) las tareas que deben acometerse, a la vez que, lógicamente, justifican acríticamente su propia actuación.
14. El Partido que pueda asumir este rol debe ser capaz, como vanguardia política de la revolución, de generar un enfoque global del proceso sociopolítico, que le permita articular a las masas y facilitarles no solo el control del Estado sino el ejercicio del poder directo sobre y desde las esferas estatales.
V.- Lo que hemos venido planteando desde el PCV
15. El Partido Comunista de Venezuela (PCV), en cumplimiento de sus principios y normas de vida interna, heredero de una cultura comunista que privilegia el debate y las decisiones colectivas, decidió en sus organismos de dirección nacional, desde un primer momento, adelantar la más profunda discusión interna en el marco de un proceso congresual que defina la postura oficial de la organización.
16. En lo que respecta a la construcción del instrumento ideológico, político y orgánico de la revolución, nos hemos pronunciado en diversas oportunidades en el Partido Comunista de Venezuela (PCV), afirmando que es oportuno, pertinente y necesario avanzar en la construcción de la vanguardia colectiva y unificada de la revolución.
17. Demanda en tal sentido presentamos ya para el año 1998-99, cuando planteamos que el "Polo Patriótico" se transformase en un frente político y social, con normas precisas de funcionamiento y una instancia colectiva de dirección, que permitiese transitar desde la unidad de acción el camino de la unidad orgánica. Igual planteamiento levantamos con los llamados Comando Ayacucho y Comando de la Revolución. En todas las oportunidades no recibimos respuesta del liderazgo del proceso, ni mucho menos acciones concretas en la dirección planteada.
18. Partimos de la convicción de que un proceso revolucionario sin la existencia de un Estado Mayor, de una dirección colectiva y unificada, pese a las inmensas cualidades del líder, no está en condiciones de cohesionar las fuerzas, alinearlas en la dirección principal de la acción, dirigir y controlar el plan concreto de acción política y, en consecuencia, adelantar las tareas que demanda dicho proceso.