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Elecciones en Panamá

Publie le Jueves 22 de enero de 2009 par Open-Publishing

Como fieles clientes de las políticas y del gobierno de los Estados Unidos, el 20 de enero 2009, una nutrida representación de la partidocracia panameña se presentó a la residencia de la embajadora del imperio en Panamá para participar, desde allí, de la toma de posesión de Barak Obama.

Los tres magistrados del Tribunal Electoral de Panamá dijeron presente. Un sin numero de funcionarios del gobierno, varios diputados y, por supuesto, los candidatos a la presidencia de Panamá. El sistema político y económico panameño está al servicio de los vaivenes del imperio. Ya varios de los candidatos han estado haciendo lobby en los pasillos de allá y de acá para dejar claro su reverencia ante el imperio.

¿Qué podemos esperar los panameños de la partidocracia que vive atenta y servicial a los mandatos del imperio? Los intereses de la partidocracia y su sistema tienen un orden de prioridades. Lo primero es el servicio a los amos del norte, lo segundo hacer negocio, acumular y acrecentar sus riquezas. En este camino, las prioridades y los intereses de lo nacional pasan a segundo y tercer plano. Lo primero es lo de ellos y sus socios internacionales. Lo popular no entra más que en la agenda electoral en el rublo de compra y venta de votos.

En la televisión, pude ver y escuchar a la candida del oficialismo gritar sin rubor “VIVA OBAMA”. A Varela y Martinelli conversando en una sala de la casa de la embajadora de los Estados Unidos en Panamá. Los medios han dicho que allí se ha forjado la alianza de la “oposición” panameña.

¿Ustedes se imaginan al gobierno panameño y sus poderes, magistrados, ministros y diputados incluidos metidos en la casa del embajador cubano para celebrar la toma de posesión del presidente de ese país?

Que bajo ha caído el fervor patriótico a la patria panameña. Los que juran y perjuran ser los que van a salvar la Nación panameña viven mirando las instrucciones del norte con las manos extendidas pidiendo favores y permisos para ser “autoridades” panameñas en su propia patria. Los panameños de a pie, los del pueblo bajo municipal y espeso, no sólo les toca sufrir las vulgaridades de la politiquería nacional, si no que, además, sufren las arremetidas del imperio que es quien impone, avala y bendice candidatos en el oficialismo y en la “oposición”.

Vaya la clase de democracia y de elecciones que tenemos en Panamá. Mucha agua tiene que correr para que el pueblo asuma su mayoría de edad, mientras tanto, parece que la desgastada farsa electoral panameña seguirá dilapidando (invirtiendo según ellos) millones de dólares en humo publicitario para hacer imágenes falsas y hacer verdades de mentiras. Todo esto en el mismo escenario en donde más del 40 por ciento de los panameños se debaten en la miseria. El voto en blanco es, más que nunca, una alternativa válida ante el desprecio de la partidocracia por la Nación y el pueblo de Panamá.

Héctor Endara Hill
Colectivo Panamá Profundo

21.01.2009