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LAS REVOLUCIONES NO SON A MEDIAS, NO BASTA LA CONQUISTA POLÍTICA, VAMOS POR LA CONQUISTA ECONÓMICA
Publie le Lunes 17 de diciembre de 2007 par Open-Publishing1 comentario
LAS REVOLUCIONES NO SON A MEDIAS, NO BASTA LA CONQUISTA POLÍTICA, VAMOS POR LA CONQUISTA ECONÓMICA
Elaborado por: María Linares
Todos aquellos que nos vemos precisados a vender nuestra fuerza de trabajo para vivir y, en particular, aquellos que pensamos que la lucha de la clase obrera, por la organización justa de la vida de la sociedad, coincide asimismo con los intereses de otras capas de trabajadores, tenemos la necesidad de unirnos y organizarnos en torno a una sola consigna: ¡Vamos por la conquista del poder económico! Esta consigna por su contenido rechaza de plano la unidad de los revolucionarios con los enemigos de la clase trabajadora y consagra la unidad de pensamiento y acción revolucionaria.
Los trabajadores no podemos seguir manteniendo a los burgueses, no debemos seguir alimentando a estos vagos, chupadores de la savia del trabajador. Sin dudar, ni por un momento, nuestra lucha debe estar dirigida siempre a sustituir el desgastado Estado Burgués por el Estado Socialista. Todos los trabajadores revolucionarios sabemos que el poder político no es suficiente. Por lo tanto, no podemos desgastar nuestra fuerza como clase social, caminando por tanto tiempo el terreno jurídico. Es el momento, de comenzar a pisar el terreno revolucionario. Desde hace tiempo, la burguesía y sus aliados renunciaron a la hipocresía del terreno jurídico. Ejemplos sobran, entre ellos, el golpe de de Estado del 2002, el sabotaje petrolero del 2002, los intentos de magnicidio contra el Comandante Hugo Chávez, los asesinatos de un alto número de camaradas, el acaparamiento de alimentos esenciales y de consumo masivo, precios especulativos en las mercancías, la inflación provocada por los burgueses para elevar la tasa de ganancias, etc.
Mientras que los revolucionarios flotamos en el difuso terreno jurídico, la burguesía se reacomoda, tan bien, que el 2D pasado perdimos una batalla política, que retardará la conquista del poder económico. Por otra parte, nuestro largo paseo por el fangoso terreno jurídico, ha ido blindando la estructura económica del Estado Burgués. Porque el gobierno ha conciliado con algunos sectores de la economía capitalista, especialmente, el de alimentos. Conciliar con la burguesía es tan peligroso como cargar una bomba atómica amarrada al cuello; en cambio, enfrentarla en todos los terrenos –en el político, en el ideológico, en el económico y en el militar- nos brindaría la posibilidad de derrotarla.
Cuando se intenta explicar el suceso político 2D como resultado de causas que son, en última instancia, causas de orden económico, encontramos dos acontecimientos: uno de ellos, la carestía de alimentos básicos, que son parte de la dieta del venezolano. Carestía que puede ser manejada por la burguesía nacional y por las empresas transnacionales instaladas en nuestro país porque conservan el control de la red de producción, almacenamiento y distribución de alimentos. El segundo gran acontecimiento tiene que ver con la distribución desigual de la riqueza nacional, que permanece casi intacta, en el modo de producción capitalista no puede ser de otra forma. En cuanto a la distribución del salario y de la riqueza encontramos que en el período –entre 1984 y 1999-, la tasa de ganancias de los empresarios fue del 60.4%. En cambio, la tasa de aumento de salarios, en el mismo período, fue del 39.4%. Ahora bien, si comparamos las cifras del período –entre 1999 y 2006- con el anterior, encontramos que la tasa de ganancias de los empresarios se ha elevado al 60.8%. Por el contrario, la tasa de aumentos de salarios ha disminuido a un 39.2%. De acuerdo con estas cifras, persiste pues la tendencia regresiva de la distribución de los ingresos de la nación hacia los capitalistas. Es decir, de la extraordinaria circulación de dinero, principalmente proveniente de la renta petrolera, un alto porcentaje regresa al capital industrial, al capital bancario y finalmente regresa al capital financiero, que no es más que la unión del capital industrial y del capital bancario.
Los efectos que ocasionaron estos acontecimientos de orden económico, se reflejan negativamente en lo social y en lo político. En lo social, por ejemplo, el sector que emplea aun más trabajadores (50%) es el denominado trabajo informal. Como sabemos los trabajadores informales (buhoneros, en nuestro país), se encuentra fuera del sistema de Seguridad Social del Estado. Ellos se encuentran todavía en un estado lamentable de indefensión.
Por otro lado, la gran mayoría de los trabajadores tienen que hacer interminables colas –bajo sol o lluvia- para comparar alimentos económicos. Esto muestra que el pueblo venezolano sigue sufriendo para poder comer. Esta situación recuerda a la de Chile cuando el sabotaje económico se utilizó contra el gobierno de la Unidad Popular. A pesar de estas circunstancias, el pueblo revolucionario ha seguido librando jornadas gloriosas de lucha contra la burguesía y sus aliados. Asimismo, aquél ha ofrecido a la revolución grandes cuotas de sacrificio, muchos de sus hijos han muerto. Además muchos miembros del pueblo continúan esperando pacientemente la solución de sus necesidades básicas. Ya es tiempo de poner en la balanza política la paciencia y el sacrificio, para entender que, ni la paciencia, ni el sufrimiento de un pueblo tienen la cualidad de ser elementos permanentemente estables en el tiempo. Porque sí este tiempo se pierde en el espacio sideral y no se rompe de una vez por todas con las estructuras capitalistas que oprimen al pueblo, éste se cansará. No sabemos el carácter de este cansancio, si será pasivo o violento. De ser violento, arremeterá primero, contra aquellos que lo engañaron y/o contra aquellos explotadores del pueblo. Los trabajadores y los campesinos han sido extremadamente leales a la revolución. A pesar de estas circunstancias adversas, han demostrado un alto grado de madurez revolucionaria y disposición a luchar y a hacer sacrificios.
Pero si el pueblo toma el camino pasivo, no vota, no marcha, no se organiza, en una palabra, sí la marea roja revolucionaria se torna rosada, los contrarrevolucionarios lo percibirán y, entonces, ellos pasarán a la contraofensiva, y las consecuencias para el movimiento revolucionario serían extremadamente dolorosas porque estos fascistas usarán los métodos que les son propios, uno de ellos el exterminio del enemigo de clase o el enemigo político.
En lo político, por ejemplo, en las masas se observa un síntoma de cansancio. El sabotaje de los terratenientes y de los capitalistas empieza a tener un efecto desmoralizante en las masas. Se habla tanto de revolución y la burguesía aun está firmemente blindada, utiliza su poder económico para sabotear y socavar la revolución. Los golpistas de 2002 están en libertad. Se asesinan a activistas campesinos y no pasa nada. Los revolucionarios queremos menos palabras y más acción. Acción contra los terratenientes y capitalistas, acción contra los gobernadores y funcionarios corruptos. Las masas se están desilusionando porque la revolución marcha muy lenta.
Los revolucionarios sabemos que las revoluciones no se ganan con Constituciones o en elecciones parlamentarias, sino en las calles, en las fábricas, en las zonas rurales y en los barrios de las ciudades, en los centros educativos y en los cuarteles militares. El nivel de abstención de los chavistas ha sido un toque de diana. De ahí, que se deben tomar medidas decisivas para defender la revolución y desarmar la contrarrevolución.
Para arrebatarle el poder económico a la burguesía se necesita un Partido Socialista, con miembros socialistas y con un programa socialista. Hay que barrer los reformistas del PSUV. No queremos otro pacto puntofijista. ¡VAMOS A LA CONQUISTA DEL PODER ECONÓMICO! Sólo así derrumbaremos la base que sostiene a los burgueses venezolanos.
Mensajes
17 de diciembre de 2007, 18:56, por Una victima
TODAS las revoluciones han traido solo hambre y desastre economico. Ademas de la opresion.