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“La Mujer Proletaria es la Explotada del Explotado”
Publie le Jueves 29 de mayo de 2008 par Open-PublishingLecciones de Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo sobre la Igualdad de Género y la Igualdad de Clases
Enrumbados a una sociedad más justa donde no existan diferencias entre mujeres y hombres, luchamos por la "Igualdad de Género". Se trata de una cosmovisión que nos impulsa a la abolición del patriarcado (hegemonía masculina) tanto como a garantizar la no existencia del matriarcado (dictadura femenina), y que en definitiva nos compromete en la construcción de un mundo de mancomunidad, democracia, solidaridad, respeto y paz con dignidad para todas y todos sus integrantes, con iguales condiciones, obligaciones y derechos. Es el caso que, en virtud de un prejuicio social ancestral, a la mujer, se le atribuye una falsa inferioridad biológica frente al varón y por ello arrastra un historial propio de explotación y discriminación fundadas en género. De allí que en los sistemas sociales posteriores al primitivismo, todos caracterizados por la explotación del “hombre por el hombre” –desde el esclavismo, pasando por el feudalismo, hasta llegar al capitalismo trasnacional actual-, la explotación contra la mujer obrera ha sido doble, pues además de ser explotada en el ámbito de la industria, también lo ha sido en el hogar.
Sin embargo, a la luz del Socialismo Científico, es necesario elaborar un categórico contraste entre la situación precaria de la mujer proletaria y la elitesca posición de la mujer burguesa, ya que la desigualdad de género está contenida dentro otra de rango mayor: la desigualdad de clases. Así nos lo indicaría la insigne defensora de las mujeres Clara Zetkin (Congreso de Gotha. 1896): “El principio-guía debe ser el siguiente: ninguna agitación específicamente feminista, sino agitación socialista entre las mujeres. No debemos poner en primer plano los intereses más mezquinos del mundo de la mujer, nuestra tarea es la conquista de la mujer proletaria para la lucha de clases”.
Desde esta perspectiva, verificamos que “la proletaria es la explotada del explotado”, pues la explotación que el patrono ejerce contra el obrero en la fábrica es severamente reproducida por el hombre trabajador hacia su mujer en el seno del hogar mediante la esclavizante imposición del "trabajo doméstico", el cual se convierte en un apoyo indispensable para la supervivencia del grupo familiar, aunque por él no se devengue salario alguno. Téngase en cuenta que esa esmerada atención y cuidado personal que la proletaria provée a sus hijas e hijos, y especialmente a su marido proletario (casa y vestimenta limpias, comida servida, etc), coadyuva a la reproducción día tras día de la vida del obrero y lo dota de condiciones físicas y síquicas para la preservación del recurso para ganarse la vida: su fuerza de trabajo.
Por su parte, ningún destacamento que verdaderamente luche por la "Igualdad de Género" puede cohonestar o ser esquivo a un análisis sensato sobre el infame papel de la mujer burguesa como plácida beneficiaria del capitalismo. Nótese que ésta no ejerce responsabilidades económicas de relevancia, a diferencia de su marido burgués, quien: “organiza, gerencia y aplica” el proceso de explotación y robo permanente contra los obreros a través de la Plusvalía; de la cual se extraen ingentes excedentes que posteriormente son transformados en deslumbrantes fetiches de lujo y confort (palacios, autos, joyas, viajes, servidumbre, etc.) con los que el empresario mima a su golosa y cosificada "Venus", quien vive enteramente exenta de la doble explotación ya comentada. En efecto, tal como lo dijera sabiamente en su momento, la gran revolucionaria feminista Rosa Luxemburgo (“La Proletaria”. 1914): “su única función (de la dama burguesa) es la de participar en el consumo de los frutos de la explotación”.
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com/
(*) Abogado Constitucionalista y Penalista. Profesor Universitario.