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Las dos vidas de José Miguel Sanfuentes

Publie le Miércoles 22 de noviembre de 2006 par Open-Publishing

Las dos vidas de José Miguel Sanfuentes

Norton Contreras Robledo

Terminó de leer algunas páginas del libro. Cada vez que releía " El Comité Clandestino Actúa " no podía evitar rememorar los tiempos pasados y los momentos en que los pasos se le quedaron perdidos en los laberintos de la vida. En esos días en cada esquina le acechaban agazapados como animales nocturnos y sanguinarios el horror y la muerte. En su caminar por la vida sus pasos avanzaban llenos de temor como una espina que se clavaba en su piel y oprimía su alma. Pero tenía un gran amor a la vida, a la Patria prisionera. Su fuerza y su valor los obtenía del mayor de sus sentimientos: su espíritu libertario. Adoptó como propia la consigna " hay que tener la mente fría y el corazón ardiente".

Se levantó de su butaca, dejó el libro en el estante mientras pensaba, — me apetece un vaso de leche-. Entró en la cocina abrió el armario donde guardaba los vasos, eligió el más grande, lo depositó en la mesa, se dirigió a la nevera y sacó la botella de leche. Se sirvió casi rebasando el vaso y se bebió la leche lentamente. Sintió deseos de fumar pero recordó la promesa que hacia 3 años se había echo a si mismo —no voy a fumar más—. Llenó nuevamente el vaso con leche, comenzó a beberla lentamente, mientras lo hacía sus recuerdos le llevaron a la primera reunión clandestina en la que había participado. Se acordaba de ella como si hubiese sido el día anterior. Una compañera de partido lo había contactado, la orden del partido era formar grupos de no más de cinco- A los pocos días la misma compañera le dio el lugar y la hora de la que sería su primera reunión clandestina. No había pasado ni una semana desde el golpe militar y el toque de queda imperaba en todo el país. El día de la reunión se lo pensó dos veces, cuando por fin se decidió a ir lo hizo con la convicción y la idea de que esa era la actitud correcta y consecuente. Su convicción ideológica no venían del estudio del marxismo ni de Leninismo, se había forjado con lecturas como: Así se templó el acero, Reportaje al pie del patíbulo, La Madre, él los llamaba "mis libros de cabecera". Cuando llegó a la reunión vio a dos compañeras y dos compañeros, de todos reconoció a uno pero hizo como si fuera la primera vez que lo veía. Cuando terminó la reunión le quedó claro que en esos momentos iniciaba otro capitulo en su vida. Pero esa es otra historia.

Terminé de leer la carta abierta del Movimiento De Izquierda Revolucionaria (MIR) al Partido Socialista de Chile, la vi publicada en la página de Rebelión y la imprimí para leerla aquí en el salón. Cuando terminé de leerla estaba plenamente de acuerdo con el Mir. Dejé la hoja en la mesa y fui al licorero, saqué un vaso, y me serví un poco de ron, después me fui a sentar al balcón, encendí un cigarrillo y mientras fumaba pensé en mi primera reunión en la clandestinidad y que esta no fue con mis camaradas del partido, porque en la vida los hechos y las cosas se dan a veces de la forma menos prevista y el día menos pensado suceden cosas que te dejan asombrado de tu propio asombro. Recuerdo que fue un día en que yo caminaba hacia casa, pensando en que habían pasado 4 días desde que el partido me había contactado y dado la orden de formar grupos de 5 compañeros, ella no había usado la palabra célula. Era una orden y cuando la recibí no pude dejar de pensar que ya no eran "resoluciones ni orientaciones del Partido". Lo entendí porque habían pasado dos días desde que los militares habían dado el golpe de estado, así que la situación no estaba para ambigüedades. Los compañeros que conocía estaban presos o sencillamente no estaban, así que no había podido formar el grupo. En eso iba pensando cuando veo a David, venía caminado derecho hacia mí. Me detuve y lo esperé, hacía dos o tres años que no nos veíamos, desde que él y Omar dejaron la Juventudes y se integraron al MIR. Mientras se acercaba recordé que en esos tiempos no solo nos unían las ideas y convicciones sino que también una gran amistad. Recordé la militancia en la base de las Juventudes, las fiestas, las reuniones de estudio y las discusiones sobre el Estado y la Revolución. Cuando llegó a mi lado, se paró delante de mí y ni me preguntó como estaba. Lo entendí, los tiempos no estaban para esas preguntas, y si estaba ahí era porque estaba bien. Debe de ser por eso que cuando me habló lo primero y único que me dijo fue — José Miguel, hoy nos juntamos, hoy vamos a tener reunión— y sin esperar respuesta agregó; ¿te acuerdas donde vive el primo de Omar? asentí con la cabeza, mientras pensaba que a lo mejor David se había olvidado de que yo militaba en el Partido Comunista, no dije nada, los tiempos no estaban para dobles interpretaciones, había que luchar y resistir y en definitiva eso era lo único que contaba. Me informó de la hora y se fue, no sin antes preguntarme, ¿vendrás? Me acerqué más a él y mirándolo a los ojos le pregunté -¿alguna vez fallé?—, si lo hubieras hecho no estaríamos conversando ¡carajo! Me respondió al mismo tiempo que seguía su camino. Cuando llegué a la reunión además de David y Omar había una persona en silla de ruedas, no pude dejar de pensar en lo surrealista de la escena. Acordamos cual sería la acción a implementar, me dirigí a la salida, estaba a punto de abrir la puerta, me volví y le pregunté a David;— ¿cual es la consigna?, él nos miró uno por uno y después usando ese tono de voz convincente, resolutivo y seguro tantas veces escuchad en las reuniones y mítines dijo - Chile no se rinde carajo!-

José Miguel, se levantó de la silla y de la cocina fue al salón, una vez ahí comenzó a sacar del librero todos los libros que guardaban en ellos las ideas y convicciones que habían orientado su vida. Mientras lo hacía pensaba, ---esto ya es historia para mí, no forman parte de mi vida—. Estaba fumándome otro cigarrillo cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a Iván, bebí un poco de ron, y del balcón me fui directamente al teléfono. El semanario Liberación cumple 25 años de vida y hay que estar en su acto de Aniversario- pensaba mientras marcaba el número- Cuando Iván respondió le dije, hola compa, ¿como estamos para ir al acto de Liberación? Y a continuación le dije como para recalcar la importancia de estar con ellos. Tú sabes que en el siglo XXI la lucha de las ideas tiene un papel relevante y de primer orden en la lucha ideológica. Los medios de comunicación alternativo están en primera fila, escuché la risa de Iván, al mismo tiempo que me preguntaba— hasta cuando va estar predicando y dedicado a esta lucha, compadre?—. Cuando le respondí lo hice con la misma convicción y resolución de David, hacia más de treinta años, —Toda la vida ¡carajo! toda la vida.

Reseña: Norton Contreras Robledo (Canela, Chile). Es Comunicador Social, escribe artículos, culturales y politicos. Los que han sido publicados en la prensa escrita, Liberación, (Suecia), Tribuna Popular, (Venezuela), y páginas y diarios digitales. Cultiva el cuento y la poesía. Estudios inconclusos en la Facultad de Educación Y Letras de La Universidad de Chile. Realizó Cursos de Psicología de Masas, Historia y Filosofía, En La Academia de Ciencias, en Sofia, Bulgaria. Desde 1996 trabaja de asistente de fotografia y documentalistas en los archivos de la Ciudad de Malmö, perteneciente al organismo cultural de Malmö, Suecia, que incluye Museos, Bibliotecas, Archivo y Galeria de Arte.

Norton Contreras Robledo
Comunicador Social