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Las enseñanzas de la historia chilena

Publie le Viernes 12 de septiembre de 2008 par Open-Publishing

Hoy a 35 años del criminal Golpe de Estado militar que acabo con la vida del presidente Allende, y derribó al gobierno de la Unidad Popular en Chile, los revolucionarios del continente latinoamericano alzamos las banderas de la liberación nacional y el socialismo, por lo cual rechazamos toda manifestación de fascismo y oscurantismo de derecha que pretenda frenar los cambios sociales que actualmente se están desarrollando en Nuestra América. Y esto lo hacemos porque el enemigo contemporáneo de los pueblos es el mismo, y sus prácticas violentas permanecen inalteradas, como lo demuestran los recientes hechos de agresión que el imperialismo norteamericano ha venido realizando en el Medio Oriente. En nuestra región, prueba de ello lo constituye, la sistemática agresión a la cual se ve sometida la población explotada colombiana.

El golpe en Chile, del 11 de septiembre, es una de las páginas más oscuras de nuestra historia, es uno de esos acontecimientos, que demuestran la bestialidad que utiliza el imperialismo y las oligarquías internas para frenar cualquier intento de emancipación popular. Aquellos mismos que no reparan en juzgar a cualquier nación por su política en materia de derechos humanos, son los que en todo momento se han valido de las tácticas más sanguinarias y mezquinas, para detener cualquier avance del campo revolucionario, progresistas y democrático.

El caso chileno, nos invita a reflexionar y ha comprender que todo proceso revolucionario implica un cambio profundo de las estructuras sociales, siendo de particular y fundamental importancia, el desmontaje del viejo Estado y la construcción de un nuevo Estado Revolucionario. Entre estas instituciones, las cuales hay que transformar o abolir, se encuentran los aparatos coercitivos del Estado, y en especial sus fuerzas armadas, las cuales si no se les da una radical redefinición, terminan defendiendo los intereses por los cuales fueron creadas, los intereses de las clases oligárquicas dominantes, y pueden entonces permitir el retorno de las fuerzas reaccionarias.

En Venezuela, sufrimos la receta del golpe chileno en abril del 2002, sin embargo, logramos derrotar esa avanzada de derecha gracias al bravo pueblo y su patriota fuerza armada. Es menester, seguir profundizando esta unidad cívico-militar, crear mayor poder popular, y desarrollar una nueva doctrina militar que otorgue a nuestras fuerzas armadas un nuevo contenido de clase, un contenido revolucionario, más aun cuando el fantasma del golpe de estado esta rodando en nuestro continente nuevamente.

Hoy nos encontramos en momentos históricos estelares y de definición, que nos obligan a evitar al máximo los errores del pasado, por lo cual es imprescindible revisar en todo momento las diversas experiencias revolucionarias que se han sucedido en el último siglo, para así construir un camino más seguro que nos conduzca a la resolución de nuestros objetivos estratégicos, llevar a feliz termino el proceso de liberación nacional, y construir la sociedad comunista.