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Los primeros otros vientos

Publie le Miércoles 22 de febrero de 2006 par Open-Publishing

EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL. MÉXICO.

18-19 de Febrero del 2006.

A nombre del Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica, “la única
televisión que se lee”, agradecemos este espacio para la presentación de
un programa especial, patrocinado por “Huaraches Yepa, Yepa. El único
huarache globalizado” y “El Pozol Agrio. Un deleite para el paladar”.

Aprovechamos para informar que los canales en los que transmite el SZTVI
son de acceso exclusivo y preferencial para los medios alternativos de
comunicación alternativa, y para toda persona honesta y consecuente en
cualquier parte del planeta Tierra. Como alternativa al fastidioso (e
ineficiente) sistema de PPV, el SZTVI ofrece el sistema NPPL (“No Pague
Por Leer”) como una muestra de cortesía para nuestros compañeros y
compañeras.

El siguiente programa será retransmitido por la banda de abajo a la
izquierda por medios que van desde la radio pirata, hasta el muy
sofisticado (y prácticamente imposible de interferir) chisme de lavadero.
Con ustedes, el programa...

LOS PRIMEROS OTROS VIENTOS.

Primera Parte.
(CHIAPAS, QUINTANA ROO, YUCATÁN, CAMPECHE).

“Queremos que le echen aire a nuestra palabra, que vuele bien alto y que
llegue muy lejos”.

Palabras de un indígena maya, dichas en el Otro Cancún, en el Otro
Quintana Roo, en el Otro sureste, en la Otra Campaña, en el otro México.

Caminando sobre sí misma, con el pretexto de un pasamontañas, la Otra
Campaña entra al año señalando, desde sus primeros pasos, la respuesta que
tendrá de arriba. La marcha que, en San Cristóbal de Las Casas, fuerzas
conjuntas de la “Otra Campaña” realizan el día primero de enero del 2006,
ve cómo se van apagando las luces del alumbrado público conforme avanza su
paso. Casi de manera simultánea, paulatinamente, en los medios masivos de
comunicación se van apagando los micrófonos, cámaras, grabadoras y
libretas de apuntes. Primer triunfo de la Otra: más que indiferencia, el
silencio de arriba refleja miedo, mucho miedo. El paso conjunto de la
Otra no es sólo un desafío al sistema económico y social (y a la clase
política que vive de y con él), es también otro paso, el cambio de ritmo y
dirección de quienes hasta ahora han estado a la defensiva, resistiendo,
sobreviviendo, arañando la historia para no caer. La Otra es ahora un
paso a la ofensiva. Y, así, un aún pequeño sonido nace en el México de
abajo. Y nace para hacerse luego murmullo, después grito, finalmente
movimiento. Con su paso, la Otra tiene un mensaje para los de arriba: “Ya
basta. Ya no. Ahora vamos por ustedes.” Un escalofrío recorre la espina
dorsal del sistema: en lugar de escuchar a los de arriba, los de abajo han
elegido escucharse a sí mismos.

Chiapas.- ¿Arriba?, una escenografía ambulante. ¿Abajo?, un corazón ya
incompleto y una indignación creciendo, buscando el paso, el camino, el
rumbo y el destino.

Las estaciones de la Otra Chiapas se suceden una a una, pero la voz
indignada se reitera. Desde el día primero, la Otra Campaña demuestra que
es más, mucho más que el EZLN. San Cristóbal de Las Casas, Palenque,
Chiapa de Corzo, Tuxtla Gutiérrez, la cárcel del Amate, Tonalá, Joaquín
Amaro, San Isidro, Huixtla, Ejido Nuevo Villa Flores. Indígenas, sobre
todo indígenas, y, con ell@s, quienes acompañan sus dolores y rebeldías:
organizaciones no gubernamentales, grupos, colectivos, familias, personas
individuales que trabajan en defensa de los derechos humanos, lucha de
género, proyectos productivos, educación, cultura, defensa del medio
ambiente, comunicación alternativa, análisis y debate teórico.
Mayoritariamente mujeres, mayoritariamente jóvenes. Ahí están, siempre
estuvieron ahí, aún antes de 1994.

Pero algo ha cambiado, su voz ya no trae sólo el apoyo solidario y la
simpatía al zapatismo, ahora habla su historia, su resistencia, su lucha.
El “esto soy” con el que arranca la Sexta Declaración de la Selva
Lacandona empieza ya a contar otras historias y a nombrar al otro, a la
otra, por voz de ell@s mism@s. Organizaciones indígenas y pueblos indios,
no son zapatistas pero tampoco anti-zapatistas, demuestran que los
pendientes no son sólo con quienes se alzaron en armas en 94, sino con la
raíz misma de la Nación mexicana.

La reaparición de los indígenas evangélicos de la periferia de San
Cristóbal de Las Casas acaba con el espejismo de que la Otra Jovel es
mestiza. En Palenque surge lo que parece un síntoma, pero que en realidad
es un movimiento que crecerá conforme avance la Otra por el sureste
mexicano: la resistencia contra los altos precios en la energía eléctrica
y contra la privatización. Las primeras voces contra los embates
gubernamentales que pretenden privatizar la industria eléctrica, tienen
color moreno y hablan lengua indígena.

En Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez aparecen nuevas voces con sonido
propio: locatarios de mercado, maestros, estudiantes, colonos, campesinos
no indígenas. La línea de tensión que une al sureste con el norte aflora
en los primeros pasos: David Meza, chiapaneco que es usado como chivo
expiatorio para esconder la ineficacia de las autoridades en el
feminicidio que asentó sus reales en Ciudad Juárez, Chihuahua. El joven
(26 años) es acusado de asesinar a su prima, Neyra Azucena Cervantes (19
años). Con torturas es obligado a firmar una confesión. Él o los
asesinos reales (sin videos o grabaciones que los descubran todavía)
siguen libres y sumando más muertas a la lista del dolor en el norte
mexicano.

Los jóvenes estudiantes señalan una verdad: la educación es mala y tiende
a privatizarse, y al salir no hay empleo. La injusticia tiene en Chiapas
rostro y nombre de indígena, campesino, maestro, periodista. Pero también
la digna rebeldía: la sección VII del SNTE y la Unión Nacional de
Trabajadores Agrícolas (UNTA), no sólo ponen presos, también
movilizaciones. En Tonalá, en Joaquín Amaro, en San Isidro y en Huixtla,
vuelve a aparecer el movimiento de resistencia civil contra el alto costo
de la energía eléctrica, pero ahora ya sabe que no está solo.

Y en toda la costa chiapaneca se aprecia la labor conjunta de autoridades
y empresas en la destrucción de la naturaleza. El trabajo es ahora un
lujo por el que hay que pagar y la pobreza un delito. Crecen las críticas
a la clase política y al PRD como un PRI renombrado, corregido y aumentado
en su corrupción. Acá escasea el agua, las escuelas no tienen ni pizarrón
y los mensajes de Fox sobre “excelencia educativa” suenan a burla
descarada. Los ancianos y ancianas protestan por el trato de producto no
reciclable que reciben. A lo largo de la costa, la sierra es una herida
que está lejos de cicatrizar. Remontándola se llega al ejido Nuevo Villa
Flores y al acto más combativo de la Otra, con la OCEZ-UNOPII como
anfitriona.

A medio camino, un golpe al corazón obliga al silencio con que dolemos a
quienes en la lucha queremos. La Comandanta Ramona se va dejando un
bordado multicolor como propuesta zapatista para la Otra en todo el país.
En las montañas del sureste mexicano l@s zapatistas nos arrancamos un
pedazo de la ropa que vestimos y, con ese jirón adolorido en el hombro
izquierdo, nombramos a quien ahora nos hace falta irremediablemente.

Mientras tanto, conforme avanza el paso de la Otra, el gobierno estatal va
moviendo la escenografía de “en Chiapas todo está en calma”, pero sólo
para consumo de quienes han aceptado la “ley mordaza”. Para la foto:
máquinas trabajando en la autopista. Para la sombra: el escándalo de la
“desaparición” de los recursos y la ayuda destinada a los damnificados por
las tormentas. El gobierno de Chiapas, cuando le da tiempo su trabajo de
consultor de bienes raíces y asesoría en imagen pública del “rey de la
mezclilla” (y emperador de la pederastia y el porno infantil), persigue y
encarcela a maestros disidentes y a periodistas, y, además, se construye
monumentos mediáticos para auto alabarse y alabar a Fox. El paso de la
Otra obliga a redoblar... los gastos en publicidad.

Demasiado tarde. No importa que allá arriba cierren los ojos y los oídos,
abajo se han escuchado y visto. Ahora un viento se levanta y, desde abajo
y a la izquierda, enrumba para...

QUINTANA ROO.- Arriba, un país de hoteleros. Abajo, vuelve a hablar Chan
Santa Cruz.

Chetumal, Carrillo Puerto, Playa del Carmen, Cancún. Nombres que remiten a
destinos turísticos, a grandes empresas hoteleras y a desastres naturales.
Pero la historia de abajo cuenta que los últimos han sido propiciados por
los gobiernos pro-empresariales. Las privatizaciones de grandes
extensiones de tierra y agua, se logran con leyes amañadas, despojos de
tierras ejidales y comunales, y con la destrucción de la naturaleza. La
voz campesina denuncia despojo de tierras y la provatizacón de las playas
con el PROCEDE como punta de lanza. En Majahual, en tiempos en que el
gobierno norteamericano levanta un muro en la frontera norte, otro es
levantado por empresas extranjeras para impedir el paso a una playa. El
campo no sufre ya la desatención del gobierno bajo estos cielos, ahora
tiene una dedicación privilegiada, pero para conquistarlo/destruirlo:
altos intereses en los créditos, bajos precios en lo que produce,
conversión del ejidatario y el comunero en pequeño propietario vía
PROCEDE. El resultado es endeudamiento, embargo o compra-venta. Y donde
antes había un campo de cultivo, ahora hay, o habrá, un centro comercial o
turístico, una zona residencial o un aeropuerto.

Llover sobre mojado: ¿no fue la prioridad del gobierno panista de Fox,
cuando el huracán Wilma, socorrer a los grandes hoteleros en lugar de a la
gente humilde? El miedo de allá arriba a la Otra reparte cobijas a los
mayas de Nicolás Bravo para que no vayan a las reuniones, mientras la
madera es saqueada por las grandes empresas con permisos gubernamentales y
la selva se destruye con aval legal.

Pero la naturaleza y la historia tienen sus guardianes. Individualmente o
en organizaciones, la defensa de la naturaleza y del patrimonio histórico
sostiene sus bastiones en todo Quintana Roo. Hombres y mujeres se reúnen,
analizan, discuten, acuerdan no quedarse callados ni inmóviles. Emprenden
así una doble lucha: la una por la defensa legal de la naturaleza y de la
historia, y la otra por crear conciencia entre la gente de abajo y a la
izquierda. De la mano de estos esfuerzos, marcha un otro quehacer
artístico y cultural, topando pared con la chabacanería de la política
cultural foxista y buscando abajo otros oídos, otras miradas.

En un rincón del rincón que es el sureste mexicano, aparece entonces la
voz indígena de la Unión de la Defensa de la Raza Maya y del Colectivo de
Isla Mujeres. La palabra morena de los más pequeños es la que mejor ha
resumido el propósito de la primera etapa de la Otra: darle aire a la
palabra, que vuele alto, que llegue lejos. El paso titubeante inicial de
los medios alternativos que van en la Karavana, ya tiene, a estas
distancias, ritmo propio y una definición firme: para que el oído exista y
crezca, se necesita la palabra del otro. Se reorientan entonces las
direcciones de las otras cámaras y micrófonos y, con est@s otr@s hombres y
mujeres, empieza a volar alto la voz de agricultores, pescadores,
albañiles, artesanos, ambulantes, indígenas, campesinos sin tierra,
colonos, estudiantes, maestros, obreros, investigadores, hombres, mujeres,
jóvenes, sobre todo mujeres y jóvenes.

Pero además de voces, susurros, murmullos y gritos, la Otra escucha
silencios. Aquí, en las tierras mayas de Quintana Roo, Chan Santa Cruz
retoma el mensaje de las montañas chiapanecas, se hace eco y así repite:
“Que despierten los guardianes todos de la tierra, la madre. Que
despierten los vigilantes. Que despierten de la noche del dolor. Llegó la
hora”.

El viento toma entonces nueva fuerza y, con la voz del otro como motor y
combustible, llega a...

YUCATÁN.- Arriba, una hacienda como proyecto político. Abajo, la dignidad
maya despertando al otro.

Por un lado, el de arriba: la resistencia del poderoso a perder
privilegios conquistados a sangre y fuego desde los tiempos de la
conquista. Por el otro, el de abajo: la ancestral rebeldía multiplicando
sus colores.

La hacienda postmoderna de la Yucatán panista agrega al turismo y el
petróleo, la instalación de maquiladoras. Sobre esto se construye el
débil andamiaje de la propaganda gubernamental: aunque el poder económico
local siga pensando en el siglo XVI, Yucatán explota estos suelos (y a su
gente) con métodos del siglo XXI.

Éste es el proyecto político del Partido Acción Nacional: una mentalidad
de encomendero dirigiendo una industria. Faltaba más, éste es “el gobierno
del cambio”. El resultado real rompe con la frágil escenografía panista:
despojos de tierras, privatización del patrimonio histórico, explotación
fabril, destrucción de la naturaleza, migración. En el Yucatán rural se
aprecia mejor esta verdad: la destrucción del campo mexicano no es
producto de la impericia de los gobiernos, sino que es su objetivo
principal. Se trata de un plan estratégico que consiste, en términos
simples y llanos, en una guerra, una guerra de reconquista. Pero esta
guerra no es de un solo lado, también abajo suena la resistencia.

Y aparecen entonces los guardianes que dejan claro que no en su nombre se
legislará el olvido a los originarios de estos suelos; los artesanos mayas
que resisten al desalojo de la memoria hecha piedra de sus ancestros,
Chichen Itza; los pescadores de Puerto Progreso, de la cooperativa
“Camarón Vagabundo”, que denuncian que, si trabajan, se convierten en
delincuentes por culpa de una ley, tienen que pagar porque les den permiso
para trabajar y ni así, y, además, los inspectores les roban el producto;
los ejidatarios de Oxcum que señalan que los quieren despojar de tierras
para un aeropuerto; la banda que sufre persecución por hacer y promover
otra cultura.

Y con lengua, color y modo maya, la rabia y la Indignación buscan a los
lados, y encuentran, a l@s otr@s que también repiten, aunque separados,
ese “¡ya basta!”. Aparecen aquí, junto a colonos, estudiantes, artesanos y
académicos, los homosexuales, su Oasis de San Juan de Dios y su lucha
triple contra el SIDA: contra el virus, contra la sociedad que los
discrimina y segrega, y contra el gobierno que se desentiende del
problema. Agregados que se suman a la lucha por el respeto a la diversidad
sexual.

Tod@s dicen, repiten, insisten: no nos vamos a dejar, ya no, ya basta. Y
ahora se escucha ya no sólo el dolor en las voces de abajo, también una
alegría, la de quien empieza a darse cuenta de no está solo, la de quien,
al escucharse y escuchar, encuentra al compañero, a la compañera.

Pero el rebelde viento peninsular no se detiene aquí, y sigue a...

CAMPECHE.- Arriba, la destrucción como plan de gobierno. Abajo, la
rebelión de los colores.

En Bekal suenan las primeras voces y ya desde ahí, empiezan a alertar
sobre lo grande de levantar un movimiento del pueblo en todo el país. Se
hace el recuento: ejidatarios acosados por líderes corruptos, por el
gobierno y por los grandes propietarios. Ahora hay que pagar por trabajar
la propia tierra, o sea, pagar por ser pobre. En el puerto de Campeche
sigue la voz, y la escucha está organizada fundamentalmente por jóvenes.
La injusticia tiene al número dos como único punto en común: 20 familias
de ricos, 200 de cortesanos y 200, 000 familias de pobres. Los
propietarios de la economía también lo son de la política: una familia
poderosa presenta candidatos por los tres partidos: PRI, PAN y PRD. Se
apropian de grandes extensiones de tierra y de playas, y los campesinos y
pescadores pasan a ser empleados de los centros turísticos o emigran a
Estados Unidos.

De la mano de los ricos locales, PEMEX contribuye en la destrucción de la
naturaleza. En Campeche se hace evidente una verdad: la naturaleza es
destruida precisamente por las autoridades encargadas de protegerla. Los
piratas y corsarios que antes asolaban las costas campechanas ahora tienen
cargos públicos y empresariales, y salen en las páginas de sociales
mientras 180,000 habitantes sobreviven en condiciones de extrema pobreza.
El dolor llega hasta Xpujil (Calakmul) y Candelaria. La vieja política
priísta (a veces con bandera del PT, Convergencia, PAN o PRD) en el campo
mexicano se repite: compra de líderes campesinos, división y
enfrentamiento entre organizaciones, represión, persecución, cárcel,
muerte. La migración a Estados Unidos es la única puerta que encuentran
abierta. La situación no dista mucho de la que había en los tiempos de
los chicleros. La injusticia en estas tierras indígenas es bautizada por
Carlos Salinas de Gortari como Calakmul (Edificios Gemelos) para remarcar
el afán de la neoconquista del capital: estas tierras, con todo y la
riqueza histórica que acumulan, serán de los nuevos señores del dinero.

Y en esta guerra, las mentiras ocupan lugar importante: los programas
gubernamentales de ayuda social no llegan completos, en algún lugar se
quedan esos dineros y, sin embargo, se anuncia con bombo y platillo el
avance gubernamental. El despojo moderno sigue caminos conocidos:
créditos bancarios, intereses crecientes, todo el trabajo se lo come el
banco y la deuda como quiera crece, el PROCEDE elimina los impedimentos
legales y se embarga. Años de trabajo y, al final, sin tierra ni nada...
sólo la rabia.

Pero en el Campeche de abajo hay rebeldes provenientes, además de acá
mismo, de la mayoría de los estados de la república. Así que la rebeldía
toma muchos colores en todo el estado. Como se multiplican las
injusticias, también se multiplican las rebeldías inteligentes y
organizadas.

El otro Campeche suma artesanos, campesinos, grupos ecologistas,
colectivos culturales y de análisis teórico, apicultores, cooperativistas,
indígenas en su mayoría. Much@s vienen de las Comunidades Eclesiales de
Base y el cristianismo comprometido. Y tod@s coinciden en el hartazgo, la
rabia, la indignación, la rebeldía. Pero no ahí se quedan, sus
organizaciones se forman y educan en la lucha, y ahí identifican al
enemigo y al compañero, al oportunista y al pasajero momentáneo.

En el otro Campeche resuena el viento y repite “¡YA NO!”, y el eco es tan
potente que alcanza a llegar al otro país que, abajo y a la izquierda,
vela la noche, para, en otra madrugada, seguir su paso a Tabasco,
Veracruz, Oaxaca y Puebla.

INTERMEDIO.

A su paso y con su paso, la Otra empieza a convertirse en una opción, en
otra cosa, en otra alternativa a la desesperanza. Mientras allá arriba
van y vienen los ruidos (y los dineros para simular discusión y debate,
donde sólo hay spots publicitarios), en las otras voces de abajo resuena
un eco que no termina, que comienza a definirse a sí mismo en colectivo:
la Otra está uniendo luchas y pensamientos. El “yo soy” se empieza a
transformar, paulatinamente, en “nosotros somos”.

Varios puntos en común en los primeros vientos:

 La liga descarada entre empresarios y políticos de todos los partidos.
 El despojo de tierras.
 La privatización del patrimonio histórico.
 La destrucción premeditada del medio ambiente.
 La represión, persecución y cárcel como respuesta a quien lucha
socialmente.
 El alto costo de la vida, particularmente de la energía eléctrica.
 La migración a Estados Unidos.
 La crisis de la educación en todos sus niveles y, al final, el
precipicio del desempleo.
 El hartazgo con la clase política y la crítica a los partidos políticos
institucionales.

Y así empiezan a tenderse los puentes entre los que abajo somos los que
somos. El primero de ellos, la lucha por l@s nuestr@s: la libertad de
tod@s l@s pres@s polític@s y la cancelación de todas las órdenes de
aprehensión en contra de luchador@s sociales.

Pero no sólo, empiezan a emerger también propuestas: la huelga general de
pagos a la Comisión Federal de Electricidad hasta que se acuerden tarifas
justas, según el criterio de que el rico paga más y el pobre paga menos o
no paga; el rechazo general campesino al PROCEDE; el bloqueo nacional a la
política oficial de destrucción del medio ambiente; la defensa nacional
del patrimonio histórico ante su creciente privatización; la construcción
de una nueva opción para los futuros migrantes que consiste en un grito:
¡quédense a luchar!; otro primero de mayo de los otros trabajadores; y los
primeros síntomas de otras realidades y demandas, de las que daremos
cuenta más adelante.

Video Click: La Semana Arriba y Abajo.

Hay diferencias, arriba y abajo, en ver el transcurrir de la semana. Allá
arriba siempre es lunes, incluso para aquellos que se presentan como la
alternativa electoral.

Una y otra vez nos dicen que no hay que ir de prisa, que hay que
detenerse, caminar tan lento que apenas se simule movimiento.

¡Ah! ¡Se está tan bien acá arriba! Espectáculos adecuados al bolsillo de
plástico, cultura de altura, autopistas y anchas calles para los
vehículos, segundos pisos para reafirmar que estamos arriba, la televisión
como escenografía instantánea en cada hogar mexicano. ¡Ah! Y de nuevo
estos revoltosos de abajo, haciéndose oír entre ellos, intercambiando
historias que se veían tan bien en los libros y ensayos pero así,
hablando, como que ofenden, mi buen, como que es de mal gusto esa
democracia de la palabra de abajo. ¿Para qué estamos entonces nosotros,
los representantes populares, los líderes de opinión, los articulistas,
locutores, editores? ¿De dónde sacan eso de prescindir de intermediarios
y hablar ell@s mism@s? Y luego todavía, además de hablarse y escucharse,
se atreven a ponerse de acuerdo en levantarse. ¡Mejor súbale al volumen
de la televisión, mi buen! ¡Ándele, así mero! ¿Cómo van las encuestas?
Bueno, ahí la llevamos.

¿Qué? ¿La Otra Campaña? Un murmullo, no hay de qué preocuparse... ¿O si?
No sé por qué se desesperan y nos prometen una cárcel. ¿Pero, quién les
aconseja de que prueben a prescindir de nosotros? ¿Ell@s mism@s? ¿Por
qué mejor no se esperan? Nosotros podemos ir dirigiéndolos, enseñarles la
cautela y la prudencia que aprendimos y que, viera usted, ¡es tan cómoda!
¿Fin de semana rojinegro? Péreme, no mi buen, ese color no tiene
registro, no vale. ¿Cómo de que no quieren registro? ¿A poco es posible
otra política? ¿Y nosotros, los sepulcros blanqueados del cambio pausado,
lentísimo, que no se note, mi buen, porque luego se nos espantan los
inversionistas? ¿Cómo de que no quieren inversionistas? ¿Ni políticos?
Ya ve, mi buen, son taaaan premodernos. Ojalá no afecten las encuestas,
¿qué sería entonces de nuestra democracia?

Sí, se veían tan bonitos callados, detenidos, atentos a nuestra palabra, a
nuestra dirección. Sí, unos desagradecidos. No saben que no se puede
hacer nada tan de prisa, tan abajo, tan a la izquierda. Sí, poco a poco.
Ahora, con el proyecto para el Istmo... ¿Qué? ¿Lo mismo que el Plan Puebla
Panamá? No, mi buen, si esto es de izquierda. ¡Bah! Serán unos cuantos
pueblos indígenas desaparecidos y unas pocas afectaciones de tierra. Pero
habrá empleo, maquiladoras, y de refilón, el auge de las industrias de
servicios y turística. Sí, la modernidad, pero con rostro humano, nuestro
rostro.

Es que esa izquierda, ¿cómo le diré?, ¿a poco no es una izquierda fea,
maleducada, grosera? ¿Dónde queda el alto nivel en el debate, nuestra
habilidad para quitarle el filo a la palabra y que todos quedemos como
amigos, contentos, inmóviles? Sí, nosotros decimos qué es debate y que
no, por ejemplo, toda discusión que derive en compromisos consecuentes no
es un debate de nivel, es para ultras, desesperados, resentidos. ¡Bah!
No aguantan nada, unos cuántos indígenas baleados, secuestrados,
torturados, despojados. No mi buen, no mire para allá abajo, ¿para qué?
Acá está el camino maduro, sereno, prudente. ¿Ve cómo casi ni nos
movemos? No mi buen, no se distraiga, míreme, escúcheme, siéntese,
espere, no se mueva, así quietecito. Mire, lo que usted tiene que hacer
es dejarme hacer a mí. Lo demás, es eso, lo “demás”, lo “otro”.

Oiga mi buen, ¿y son much@s? ¿Y dice usted que vienen por nosotros? ¿Por
todos? ¿También por la izquierda fiel y leal al sistema? ¿Y van a tardar
mucho? Es que sabe usted, la academia, el café, el auto, el puesto, el
coloquio, la caricia que nos damos y recibimos, la invitación a comer con
ese político/empresario/líder taaan importante.

¿Otra comunicación? A ver, dígame usted para qué, si ésta que tenemos es
la que manda, la que cotiza en las encuestas, la democrática y moderna.
¿Otra información? ¿A poco hay algo más importante qué informar que no sea
lo que a mí me preocupa? ¿Otro arte? ¡Cómo! ¿Y la exquisita selección de
nuestros gustos? ¿Otra cultura? Eso sí, los charrapastrosos necesitan sus
propias cosas. Se ven tan lindos con todas esas cosas, ¿cómo se dice? Sí,
eso, con su idiosincrasia, sus artesanías, sus piercings, sus tatuajes,
sus pelos parados y pintados de colores escandalosos, sus cosas ésas de
chido-guey-varo-rola, sus músicas. No, mi buen, ése no es rock. El
verdadero rock es pulcro, nice, es de “tu rock es votar”, es de “mejor
cállate”, es de ese inmovilismo que se mueve, brinca y aplaude, pero de
pensar... a ver, mi buen, ¿para qué? Si como quiera van a crecer y van a
madurar y van a ser como nosotr@s... ¿O no?

¿Cómo dice usted? ¿Un alzamiento? ¿Nacional? ¿O sea que no sólo es un
buzón nacional de quejas? ¿También se están uniendo, organizando? Pero eso
es acelere, deben ser sólo unos cuantos. ¿Qué? ¿Están creciendo? Oiga,
pero ¿verdad que van a tardar todavía un buen rato? Es que mi beca, mi
puesto, mi editorial, mi ensayo, mi cátedra, mi candidatura...

Interferencia no autorizada:

Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Veracruz, Oaxaca,
Puebla. 8 estados y un solo reto: la comunicación, otra comunicación.
Entre las conclusiones de este primer tercio del recorrido por el país,
está la de que eso de que “Todo México es territorio Telcel” es una
mentira. A Slim hay que meterlo a la cárcel, además de por explotador, por
mentiroso.

Uno de los retos es el de la comunicación con tod@s aquell@s con los que
se batalla para esto. La tecnología debe buscar también el camino de abajo
para el tejido de esta red que se hace visible en la “otra campaña”. Ahí
está una chamba para ahora, para ya. Los medios alternativos de
comunicación alternativa no debieran conformarse con mantener al día la
palabra de la “otra” con sus canales actuales. Deberían, pensamos
nosotros, buscar a l@s otr@s que no tienen los medios ni los modos para
enterarse de esto “otro” que crece abajo y a la izquierda.

Poco a poco, los medios alternativos de comunicación alternativa entienden
que la Comisión Sexta del EZLN es sólo su “Back Stage”, un equipo de apoyo
(narizón y malhumorado en esta etapa) que algo ayuda a lo principal de
esta parte de la “otra”: hacer crecer la palabra de abajo y construir el
oído colectivo para ella. Pero faltan todavía la ciencia y la técnica para
enlazar a l@s compas más lejanos.

Final Provisional (sólo para amplios criterios).

Ya casi se va la madrugada. La luz del sol empieza a asomarse por las
rendijas y debemos volver a las oscuras sombras que nos visten. En las
manos sigue faltando la piel del deseo y la tormenta de su pelo. Un
suspiro queda pendiente en los labios. La mirada, y la nube que la
envuelve, echan de menos la luz que les hace falta. ¡Ah!, las trampas de
la imaginación: en el sueño de la duermevela, sus muslos eran bufanda en
las mejillas y prisión para la cintura; de pie, la cabalgata del ansia
terminaba, después de un breve precipicio, en una caída húmeda y común. Y
al final no había más deudas que las que se tienen con uno mismo. ¡Ah!,
las ganas de mojarse en esa su lluvia. En ella saciarse y hacer crecer la
sed de ella.

Amanece con la certeza de que no habrá mejor foto que la que le tome con
mis manos y labios, ni mejor audio o video que el del nacimiento de sus
jadeos y gemidos, ni mejor tocada o pintura que la de las pieles unidas,
ni mejor entrevista que la de nuestros cuerpos...

¿Otra comunicación? ¿Otra información? ¿Otro arte? ¿Otra cultura?
¿Otra campaña? ¿Quién diablos abraza estos despropósitos?

Tocan a la puerta del día. La sombra se amarra las botas y las ganas.
Hay que seguir caminando, escuchando...

Desde la Otra Tlaxcala.

SupMarcos.

México, Febrero del 2006.

P.D.- Al 15 de febrero de este año, la Sexta Declaración y la Otra Campaña
llegaron a 1036 organizaciones políticas, indígenas, sociales, no
gubernamentales, grupos y colectivos adherentes, tod@s de abajo y a la
izquierda. Sin más desplegados que sus voces, ni más firmas al calce que
las que sus pasos por todo el país rubrican con firmeza. Aquí estamos,
somos la Otra, la dignidad rebelde, el corazón hasta ahora olvidado de la
Patria.