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MANIFIESTO JUVENIL BOLIVARIANO

Publie le Jueves 24 de mayo de 2007 par Open-Publishing

En el marco del II Congreso Nacional de Juventudes Bolivarianas realizado en la ciudad de Maturín, ubicada en el oriente venezolano, los días 4, 5 y 6 de mayo del presente año, ciento de jóvenes en calidad de delegadas y delegados de distintas organizaciones campesinas, obreras, indígenas y estudiantiles provenientes de todas las regiones del país se congregaron con el fin de dar un debate profundo en torno a la situación nacional e internacional que atravesamos actualmente y la necesaria construcción de una sociedad socialista y de un instrumento organizativo capaz de combinar todas las formas de luchas de cara a los retos planteados en el marco de la globalización del capital.

En este orden de ideas, hemos decidido lanzar algunas líneas cardinales que arrojaron el debate antes planteado con el fin de contribuir en la defensa y en la impostergable profundización de la Revolución Bolivariana y en avanzar en la edificación de la unidad del movimiento revolucionario venezolano y continental.

Con relación a la sociedad socialista a construir consideramos:

• EN TORNO A LA PROPIEDAD:

El modelo de propiedad socialista es la propiedad social. Por ello, es imprescindible superar la propiedad privada sobre los medios de producción y en algunas actividades fundamentales del quehacer público, como por ejemplo: la salud, la educación, la alimentación, la vivienda, entre otros, así como profundizar el modelo de propiedad colectiva contenido en las cooperativas y las empresas en cogestión puesto que esta modalidad significa una especie de propiedad privada ampliada. Para esto debemos avanzar en la expropiación, nacionalización y socialización de todas las empresas estratégicas que siendo históricamente privadas o habiendo sido privatizadas por gobiernos anti-nacionales signifiquen la garantía de la soberanía nacional. Nos referimos, a las empresas petroleras trasnacionales, a SIDOR, a CANTV, a VIASA, y todas aquellas empresas que contienen el monopolio de la producción, almacenamiento y distribución de alimentos.

• EN TORNO AL ESTADO Y LA NUEVA DEMOCRACIA:

Un nuevo Estado y un modelo de democracia socialista tienen que ampararse en lo que hemos denominado el Poder Popular. Esta nueva forma de organizar el poder, el Estado, debe erigirse desde creativas fórmulas organizativas que nazcan en el seno del pueblo. Para ello, proponemos la profundización de los consejos comunales, la superación de los sindicatos por instancias de consejos de trabajadores autónomos, consejos campesinos, indígenas y estudiantiles, así como cualquier forma de organización popular que se sustente en la direccionalidad de las demandas e intereses de las comunidades y el pueblo en general. Esto significa, que en la actual transcisión la organización social debe ser profundamente autónoma del Estado actual para convertirse en la base del nuevo Estado, del Estado socialista. En este sentido, se hace de fundamental trascendencia un nuevo ordenamiento jurídico, es decir, una nueva constitución y nuevas leyes que además de parir a una estructura política distinta a la actual también legitimen a todo el andamiaje económico, social, cultural, militar e internacional que hacen de bases de la sociedad socialista. Por otra parte, la democracia socialista debe llegar al último eslabón. En este aspecto, nos referimos, a la democracia laboral o mejor dicho, a la nueva organización de la producción. El socialismo, en tanto estadío que aspira rescatar la condición humana, persigue, entre otros, un objetivo concreto que es la superación de la división social del trabajo. Esto se debe reflejar en la manera de producir y de tomar las decisiones en los núcleos de producción sean tanto urbanos como rurales. Para esto proponemos un sistema nacional confederado de consejos de trabajadoras y trabajadores, así como de consejos comunales, campesinos, indígenas, estudiantes y demás expresiones organizativas del pueblo. Se trata de que las mayorías, ahora (en el socialismo) hecho poder, defina su destino propio.

• EN TORNO AL PROBLEMA AGRARIO:

Es de vital importancia socializar la propiedad de la tierra y su usufructo. Anteriormente (en relación al tema de la propiedad) señalábamos que el modelo de propiedad en el socialismo es la propiedad social. La tierra y el campo en general no escapan de esta apreciación. Por lo tanto, para avanzar en la conformación de una nueva estructura económica debemos superar el carácter monoproductor de nuestra economía y poner la tierra en función de los intereses de las grandes mayorías nacionales y no en aras de las prebendas de una minoría terrateniente. La lucha por el socialismo es una lucha contra el latifundio como expresión auténtica de las relaciones feudales que hoy en día todavía aquejan a las trabajadoras y a los trabajadores agrícolas. En este sentido, es de imperiosa necesidad superar el atraso tecnológico-productivo y el déficit de trabajadoras y trabajadores rurales que actualmente mantiene atrofiada a la agricultura en el país de cara a garantizar la soberanía alimentaria, es decir, garantizar el derecho a la buena alimentación de los sectores populares. Socialismo es tierras, mujeres y hombres libres.

• EN TORNO AL SISTEMA ECONÓMICO-FINANCIERO:

En la transición es ineludible subordinar el Banco Central de Venezuela (BCV) a las políticas emanadas por el Ejecutivo Nacional y abonar el terreno hacia la configuración de un sistema económico-financiero que sea direccionado por el Estado socialista cuya planificación apuntale a la abolición de las relaciones mercantiles entre los seres humanos, es decir, que diseñe una metodología para intercambiar los productos a través de un valor objetivo y no del precio impuesto por la ley de la oferta y la demanda. Para ello, se hace impostergable la necesaria nacionalización de la banca privada y trasnacional para avanzar hacia el planteamiento antes esbozado.

• EN TORNO A LA EDUCACIÓN Y UNA NUEVA CULTURA:

El socialismo no es tan sólo un nuevo modelo económico ni tampoco es únicamente un Estado direccionado por la clase trabajadora, los sectores populares y el pueblo en general. El socialismo es una sociedad transitoria hacia el comunismo, es decir, un período de preparación subjetiva y objetiva para alcanzar la redención de los seres humanos, una sociedad sin clases sociales y sin Estado. Por ello, la batalla ideológica y la revolución cultural debe ser uno de los ejes de mayor atención en el proceso de la construcción del socialismo. En este sentido, se hace imperioso forjar un modelo educativo acorde a una nueva racionalidad cimentada en una escala de valores radicalmente distintos a los capitalistas, a saber: valores como la solidaridad, la corresponsabilidad, la abnegación, la honestidad, la complementariedad, la equidad, la justicia y la paz. La educación debe ser el reflejo de las nuevas relaciones sociales de producción y de la manera de relacionarse los seres humanos en el contexto del socialismo. El socialismo implica una nueva cultura. Nos referimos a un nuevo ser humano, a una nueva subjetividad. Por esto, el socialismo se orienta estratégicamente hacia el rescate de la condición humana, y para ello, inexorablemente, se necesita reconstruir la memoria histórica de nuestros pueblos y redimensionarla para colocarla acorde a los retos del presente y del futuro. En ese orden de ideas, se debe democratizar el acceso a la educación y a las artes y hacer de ellas una expresión cotidiana del pueblo. La estética del capitalismo será superada por la impresión de insurgentes visiones de las artes y la creación.

• EN TORNO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN:

Anteriormente, señalábamos algunas consideraciones sobre el tema de la cultura y la educación. Lo medios de comunicación son motor importante de la sociedad actual. La imagen y las voces se multiplican millones de veces a nivel de los países, continentes y del mundo entero. El imperialismo diariamente aliena a nuestros pueblos en función de maximizar las ganancias. Sin embargo, existe la posibilidad de transformar esta realidad. Construir el socialismo pasa inexorablemente por la constitución de una nueva simbología y de una manera distinta de comunicarnos los seres humanos. No se trata de copiar los argumentos de las potencias hegemónicas del mundo. Se trata de rescatar nuestros valores ancestrales y recrearlos en la cotidianidad permanentemente a través de simbologías y expresiones comunicacionales acordes con la cultura del socialismo. Para ello, debe ser democratizado el espectro radioeléctrico (entendiendo tanto señales que están en manos del Estado como de la privatización) para ponerlo a tono con las demandas del pueblo y en disposición de la creación artística y la recreación de las grandes mayorías. En este sentido, es importante convocar a un referéndum revocatorio a nivel nacional e internacional para que se les revoque masiva y democráticamente las concesiones a los medios de comunicación capitalistas. Aunadoa esto debe forjarse un sólido sistema de comunicación alternativa y comunitaria que permita hacer las veces de dique de contención frente a la ofensiva mediática orquestada desde las grandes corporaciones de desinformación.

• EN TORNO A LA DEFENSA DEL SOCIALISMO:

Para defender el socialismo se hace imprescindible conformar una nueva doctrina militar que conciba al pueblo en armas y que se sustente en la guerra popular. Se trata de convertir esta responsabilidad en un interés colectivo y no sólo de un grupo profesional que se ocupe de este tema. La reserva nacional y las fuerzas armadas en general, en el marco del socialismo, deben pasar a ser comandadas por las miembras y los miembros de los consejos comunales, de los consejos de trabajadoras y trabajadores, de los consejos indígenas, de los consejos de campesinas y campesinos, de los consejos estudiantiles y de todas las expresiones organizativas del pueblo. La defensa integral de la sociedad soci!