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MANIFIESTO JUVENIL BOLIVARIANO (II)

Publie le Jueves 24 de mayo de 2007 par Open-Publishing

• EN TORNO A LA DEFENSA DEL SOCIALISMO:

Para defender el socialismo se hace imprescindible conformar una nueva doctrina militar que conciba al pueblo en armas y que se sustente en la guerra popular. Se trata de convertir esta responsabilidad en un interés colectivo y no sólo de un grupo profesional que se ocupe de este tema. La reserva nacional y las fuerzas armadas en general, en el marco del socialismo, deben pasar a ser comandadas por las miembras y los miembros de los consejos comunales, de los consejos de trabajadoras y trabajadores, de los consejos indígenas, de los consejos de campesinas y campesinos, de los consejos estudiantiles y de todas las expresiones organizativas del pueblo. La defensa integral de la sociedad socialista no puede ser uso exclusivo de unos sino de la clase trabajadora, de los sectores populares y del pueblo en general. Reiteramos que la fuerza armada que requiere la sociedad socialista debe ser el pueblo organizado en las armas. De igual forma, la defensa del socialismo es de carácter ideológica. Para esto se requiere de una organización política (un Partido Revolucionario) que amparada en un programa sea capaz de organizar a la clase trabajadora, a los sectores populares y al pueblo en general en la ideas para darle continuidad en el desarrollo de la historia al proceso de transformaciones revolucionarias que constituye el socialismo.

• EN TORNO A UN BLOQUE DE PODER ALTERNATIVO FRENTE AL IMPERIALISMO:

En Venezuela, según hemos definido, el sujeto histórico llamado a subvertir el modelo actual se compone por la clase trabajadora, los sectores populares y el pueblo en general. A pesar de los matices y las distintas formaciones económico-sociales que caracterizan a otras sociedades de Nuestra América, creemos que esta impresión se adapta generalmente a éstas. Por ello, partimos del hecho de que las revoluciones las hacen los pueblos, las hacen los que históricamente han sido explotados, oprimidos y excluidos por las clases dominantes. Por lo tanto, si queremos avanzar en la construcción de una sociedad socialista, que necesariamente es de carácter internacional, pues se hace impostergable constituir un Bloque de Poder Alternativo que sea capaz de frenar las pretensiones del imperialismo. Sin embargo, hay dos consideraciones muy importantes que hacer sobre este tema. En relación a la primera, se trata de configurar una alianza táctica con los gobiernos reformistas o nacionalistas y con las organizaciones reivindicativistas (como sindicatos o centrales sindicales, movimientos sociales de base, etc.), es decir, se trata de tejer un núcleo de apoyo que si bien no cree en la construcción del socialismo servirían de apoyo para configurar nuevas correlaciones de fuerzas en el ámbito de la geopolítica actual. Con respecto a la segunda, nos referimos a una alianza estratégica que debe priorizar las relaciones con los pueblos y sus organizaciones revolucionarias y ésta relación orgánica debe ser complementada por los gobiernos anti-imperialistas y que perfilen la posibilidad de construir el socialismo como por ejemplo: Cuba, Bolivia, Ecuador, Nicaragua.

• EN TORNO A LA PRESERVACIÓN DEL MEDIO AMBIENTE:

El socialismo es dialécticamente antagónico al capitalismo, por lo tanto, es una sociedad insurgente que batalla incansablemente contra la voracidad del mercado. El yugo del capital así como enajena la condición humana también tortura sistemáticamente al medio ambiente. En este sentido, se hace impensable e inconcebible una sociedad socialista que a la par del rescate de la condición humana no se platee la preservación del ecosistema. Esto nos impone una reflexión profunda sobre el modelo energético que debe funcionar en el marco del socialismo y a su vez, sobre las modalidades de producción de alimentos así como de la producción industrial. Preservar el medio ambiente significa reformular el tema agrícola (de acuerdo a como se concibe en el capitalismo, es decir, pasar de un modelo extensivo y agrotóxico a un modelo que no contamine los suelos y que se plantee la vía orgánica para la producción que creemos es la agro-ecología) y plantearse un redimensionamiento de las formas de transporte y las tecnologías industriales. Para esto, es necesario poner los avances de las ciencias en disposición de generar las alternativas necesarias en los casos que no se tengan actualmente.

• EN TORNO DE LAS CONTRADICCIONES DE GENÉRO, ÉTNICAS, RACIALES Y ETARIAS:

La sociedad socialista así como se propone superar la explotación salvaje sobre el ser humano también supone extirpar la opresión sobre sectores de la sociedad, a saber: las mujeres, las minorías sexuales, los pueblos originarios, los afrodescedientes, la juventud, las ancianas y los ancianos. No puede concebirse el socialismo con un sistema patriarcal (machista), ni mucho menos excluyente de los pobladores originarios de estas tierras: los mal llamados indígenas. Por otra parte, tampoco puede haber socialismo con discriminación racial y de edad. Por ello, proponemos que estos sectores así como deben tener sus mecanismos organizativos de propia identidad también en el marco de la nueva sociedad que queremos construir deben colocarse en las principales filas de la revolución a fin de que contribuyan más activamente en el proceso de transformación que se viene adelantando.
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