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NUESTROS PRESOS IGNORADOS

Publie le Domingo 18 de noviembre de 2007 par Open-Publishing

Este septiembre pasado, dentro de esa extraordinaria manifestación de internacionalismo revolucionario que es la Fiesta anual del gran diario comunista francés l’Humanité, por primera vez pude saber del más que asombroso caso de Georges Ibrahim Abdallah, un militante revolucionario libanés encarcelado en Francia desde hace exactamente 23 años, y todo esto al parecer sin mayor sustentación jurídica. Hay un comité allí mismo en Francia que lucha por su liberación, y el cual se mostró muy activo repartiendo hojas al respecto en dicha ocasión, y supongo que lo hicieron con el visto bueno de nuestros camaradas del PC Francés.

Lamentablemente, en cambio, por ninguna parte llegué a encontrar el menor rastro de solidaridad con el camarada venezolano Ilich Ramírez Sánchez -preso en esa misma Francia, republicana y democrática, desde hace justamente 13 años, o sea unos diez años menos que el camarada libanés- aunque ambos son soldados de una misma causa, la de la liberación de Palestina de la dominación yanqui-sionista.

No entiendo qué diferencia podrá haber entre uno y otro caso, ya que a mí me parece que son situaciones muy similares. La acusación de terrorismo que ahora se pretende aplicar a cualquier activista de los movimientos antimperialistas, luce carente de base si tomamos en cuenta las acciones terroristas que el propio presidente de Estados Unidos comete a diario en diversas partes del mundo. Acá en Venezuela, para comenzar, todos vivimos desde hace casi una década con el temor de ser invadidos por los marines yanquis, es decir, somos un país aterrorizado desde Washington.

De todos modos, lo que me interesa poner de relieve es la actitud de negligente complicidad con las autoridades francesas que mantienen los funcionarios venezolanos más directamente llamados a ocuparse del caso de nuestro compatriota.

En un mundo donde tanto se habla de derechos humanos, al punto de haber gentes que de ello han hecho una profesión, son numerosos los presos políticos ignorados. Ya otras veces he mencionado los presos en nuestra vecina isla de Granada, Norman Coard y sus compañeros, que están encarcelados desde la trágica muerte de Maurice Bishop, en 1983, de quienes nunca se dice absolutamente nada.

Y ahora acabo de enterarme de otro caso muy significativo, de un aborigen canadiense llamado John Graham, luchador por los derechos de los llamados pueblos originarios de Norteamérica, quien ha estado por años bajo arresto domiciliario en Canadá y actualmente corre riesgo de ser extraditado a Estados Unidos. Cosa que es factible porque el gobierno del Canadá ha firmado un tratado de extradición con el de Estados Unidos que funciona a capricho de Washington. Tal como pasa en Colombia y como, por cierto, también ha ocurrido antes acá con unos cuantos casos de extradiciones apresuradas.

En cuanto a John Graham, el Partido Comunista del Canadá emitió un fuerte alegato a su favor, comparando su caso con el más divulgado de Leonard Peltier, también dirigente del Movimiento Indígena Americano, que ha pasado más de treinta años en la cárcel.

Como también está el caso de los 5 cubanos presos injustificadamente en Estados Unidos, por quienes nuestros camaradas cubanos mantienen una ejemplar campaña a escala mundial, a la cual nos hemos sumado los venezolanos con el mejor espíritu de solidaridad revolucionaria.

En fin, no sé si Hugo todavía lee La Razón como lo hacía cuando él mismo escribía en estas páginas, pero desde aquí le pido que cuando el próximo martes 20 se entreviste en París con monsieur Nicolas Sarkozy, le solicite la repatriación de Ilich Ramírez Sánchez en retribución por la gestión que a nombre de Venezuela está haciendo ante las FARC para obtener la liberación de Ingrid Betancourt, una ciudadana colombo-francesa que no sé si es de izquierda o de derecha, pero también merece quedar en libertad igual que nuestro camarada.

Fuente: http://www.tribuna-popular.org