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No quiero escribir de política

Publie le Lunes 22 de octubre de 2007 par Open-Publishing

Hoy no quiero escribir nada relacionado con la política,

pero somos seres que respiramos esa esencia por todas partes,

desde que nacemos hacemos política,

muchas veces nuestra madre actúa como el político más audaz sobre la tierra.

No quiero escribir sobre política, pero debo hacerlo,

Decir lo que pienso,

Lo que significa vivir en Un Sistema Socialista,

inmerso en el Capitalismo más espantoso.

No estoy en contra de la Revolución,

menos de los cambios que se han debido hacer hace mucho tiempo.

Pero las revoluciones no se imponen, no existen revoluciones de suiches,

Se presiona un botón, y ya eres revolucionario,

luego se presiona otro, y eres humanista,

Ni siquiera la informática,

que representa la revolución más extraordinaria sobre el Planeta, puede adquirirse

de la noche a la mañana sin el aprendizaje y el esfuerzo, la paciencia de sus Maestros

o guías. Veo con preocupación que todo el país se está militarizando, se están creando

varios países antagónicos.

El primer país representado por una élite que está en el poder, que impone la política a

ejecutar. El Estado apoya decididamente a la clase militar, con Universidades y becas

para sus estudiantes. Se creó una actitud que sólo los militares son patriotas, honrados,

honestos obedientes, ¿pero se habrá dado cuenta el Estado que los civiles existimos

también?. Los mejores cargos, todos los de confianza, los estratégicos están en manos

del componente militar. Pero al mismo tiempo el Estado en su convicción interna

desconfía de la Fuerza Armada, por eso les da todas las prebendas para tenerlos

callados y obedientes. Y lo han logrado, ellos callan y ríen de los chistes del líder

máximo. La prueba de la desconfianza hacia los militares es la creación de la Milicia, un

componente militar formado por reservistas, con la idea posible que si algún día alguno

de los militares obedientes dejaran de serlo, que abrieran la conciencia o la ambición y

se hicieran una sola pregunta: ¿Por qué Chávez y yo no? Entonces ahí estaría la fuerza

de choque entre dos componentes armados.

El otro país somos todos los demás venezolanos descarriados, seres que pensamos, el

país que no quiere hacerle el juego al Estado en sus guerras psicológicas. Miedo, temor,

amenazas, gritos, caravanas de apoyo al candidato, escándalos que se bifurcan en el

tiempo. Un país con una nueva Constitución hecha por Chávez, ¿Qué nivel intelectual

tiene el Presidente para imponer su Carta Magna particular? ¿todos los demás

venezolanos, abogados, expertos Constitucionalistas que existen no tienen voz ni boto?

¿Por qué tenemos que votar por imposición por una Carta Magna que no salió del

pueblo, sino de la mente del Presidente? Una Carta Magna a la medida de un Sistema

Socialista incrustado en el Capitalismo más asqueroso.