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Nueva amenaza contra Cuba
José Gregorio González Márquez
caminosaltair@hotmail.com
De nuevo el gobierno del presidente norteamericano George Bush arremete contra Cuba. Con las esperanzas cifradas en un posible levantamiento del pueblo y el ejército cubano, mister Bush ha llamado de forma tendenciosa a los cubanos a derrocar al gobierno del comandante Fidel Castro. Desde la ascensión de Castro al poder, los estadounidenses se han empeñado en señalar a Cuba como un país donde se violan los derechos humanos y está restringida la libertad. En 1962, EEUU violentando los más elementales derechos que pueda tener una nación de asumir su autodeterminación, decretó un bloqueo que buscaba ahogar no sólo la economía de la isla sino también erradicar todo rastro de socialismo que pudiera alentar posibles revoluciones en otras latitudes. Para el capitalismo, la presencia de Castro es un estorbo. La explotación económica a que han sido sometidos los pueblos del mundo, sólo beneficia a algunos grupos poderosos que manejan las actividades comerciales en el orbe; entonces no es de extrañar la acérrima oposición que hacen los capitalistas a Cuba
Los gobiernos norteamericanos han agredido sistemáticamente – durante el siglo XX y lo que va del XXI - a quienes consideran enemigos. Con el cuento del terrorismo sus fuerzas armadas han invadido cantidad de naciones por el simple hecho de no compartir su doctrina política o poseer reservas minerales necesarias para su consumo. La riqueza que ostenta EEUU es producto de la expoliación y asesinato en masa de seres humanos; las invasiones recientes a Afganistán e Irak demuestran el “respeto” que sienten por la libertad. Las mujeres, niños, ancianos, y en general, los civiles masacrados, o como son llamados con ironía, los daños colaterales, no representan barreras para las ansias de poder que carcomen las entrañas del monstruo del norte.
No creemos que el interés de Bush sea liberar de la “dictadura fidelista” a nuestra querida Cuba; su preocupación básica es alimentar a los perros de la guerra. La posible invasión a la isla cubana otorgaría grandes beneficios a la industria bélica del mundo y especialmente a la estadounidense. Las trasnacionales del terror no sienten piedad alguna por el género humano, su fin inmediato es lucrarse con el sufrimiento de sus semejantes. El anuncio de acelerar lo que Bush llama una transición política hacia la democracia, demuestra la decisión de Washington de intervenir usando la vía violenta para acabar con el gobierno del comandante Fidel Castro. El tiempo y la historia se encargarán de demostrar a los invasores – si se atreven- del enorme error que cometerán. El pueblo no de dejará vencer; la dignidad que ha demostrado desde el triunfo de la Revolución le ha permitido permanecer incólume; unido por la formación ideológica y la solidaridad vital. Inútiles no han sido los momentos difíciles y los períodos especiales vividos. Si irrumpen por la fuerza, si intentan destruir el pensamiento socialista, si pretenden exterminar a la población cometiendo un nuevo genocidio, estamos seguros que muchos hombres y mujeres del mundo se levantarán en armas para defender la soberanía y el derecho de Cuba a vivir en paz, a poseer su propio sistema político y transitar su destino como lo crea conveniente.