Portada del sitio > OTRO HITLER EN PRAGA

OTRO HITLER EN PRAGA

Publie le Miércoles 13 de junio de 2007 par Open-Publishing

Las informaciones recibidas acá en relación con la “visita” que el Baby Bush se ha permitido hacerle a la capital checa, según era de esperar, no nos dijeron mucho sobre el repudio popular que rodeó allí la presencia de tan connotado guerrerista. Esto me ha hecho rememorar el caso de otro visitante que estuvo en esa bella ciudad con propósitos bastante similares hace unos setenta años.

Me refiero, como ya lo habrá pensado seguramente el lector, a aquel personaje siniestro llamado Adolf Hitler, quien después de haber logrado que las potencias occidentales le firmaran el funesto Pacto de Munich, o sea la sentencia de muerte para la república checoslovaca de entonces, se dio el lujo de ir a desfilar con sus soldados nazis por la monumental plaza que es emblema de Praga: Vaclavské Namesti.

Bien recuerdo haber visto fotografías de ese desfile hitleriano, con unos espectadores checos derramando lágrimas silenciosas, denotando en sus caras el más profundo dolor ante su evidente impotencia frente al poderoso invasor. Por cierto, una de las características de los checos es la de ser un pueblo muy pacífico, poco propenso a la violencia, y al mismo tiempo de sentimientos nacionales profundos, con un gran amor por la libertad y las prácticas democráticas. Con lo cual han sobrevivido en el centro de Europa, rodeados de potencias agresoras que durante siglos han puesto sus ojos ambiciosos en las ricas tierras de Bohemia y Moravia.

Se ha dicho que este viaje del presidente yanqui tiene que ver con su anunciado proyecto del “escudo anti-misiles”, es decir, como siempre es el armamentismo, los preparativos bélicos, lo que está en la mente suya y la de sus asesores. Ya es sabido, estas gentes son verdaderos incendiarios de guerras, grandes y pequeñas, en todas partes del mundo. El capitalismo porta en sí la guerra como la tempestad porta el trueno, dijo en célebre frase Jules Guesde, dirigente socialista francés del siglo XIX.

Lo más preocupante de todo esto es lo poco que se habla actualmente de una política de desarme, como era lo usual en los mismos tiempos de la llamada “guerra fría”. Parecería que hay un consenso general a este respecto, para evadir el tema tanto en las relaciones internacionales como en sus repercusiones internas en cada país.

Incluso, las guerras ahora en curso, como las de Afganistán, Somalia, Sudán, Sri Lanka, Iraq y Colombia, para citar sólo unas pocas, son tratadas como “asuntos internos” pese a que evidentemente están alimentadas desde el exterior. Y el Consejo de Seguridad de la ONU, dejando de lado lo establecido en su propia Carta, “se hace de la vista gorda” y prácticamente no hace nada por solucionar esos conflictos bélicos.

Como tampoco hace absolutamente nada la ONU para mediar, en alguna forma acorde con la Carta, respecto a la continua injerencia de Estados Unidos en la vida política interna de Venezuela. El gobierno de nuestro país ha venido denunciando de manera directa los manejos subversivos de las agencias del imperialismo, y la “comunidad internacional” prefiere ver para otra parte, quizás con la idea de terminar haciéndonos lo mismo que le han hecho a Haití. Mientras tanto, aquí hay todavía personas influyentes en la opinión pública que se hacen ilusiones de niños con la celestina OEA....

Esta reciente reunión en Alemania de las grandes potencias, dejando fuera a China, por supuesto, no presagia nada bueno, a mi juicio. Los imperialistas han hablado de nuevo de una posible “guerra fría”, para tratar de asustar a los rusos y llevarlos a que se unan a la cruzada contra los “infieles” de países “forajidos”.

Considero yo que para el pueblo checo la “visita” de un bandolero de la calaña del Baby Bush no significa nada positivo. En fin, ciertamente es otro Hitler que se ha paseado por las calles de Praga.