Portada del sitio > Pan y circo.
Una paralización se siente en el ambiente social y político en Venezuela, de que vale que la gente tenga más dinero para comprar, si cada vez las “cosas comprables” están más caras, inalcanzables para la clase media. De todas maneras sabemos que no todo es comprar y vender. Es también un estilo que se ha impuesto: nada socialista por cierto: El Estado tiene quebrado a más de uno, metida sus narices en todo negocio habido y por haber, en el sector militar, sector agrícola, se estimulan las cooperativas socialistas y no sirven para nada, se les otorga crédito a pequeños empresario que no pagarán nunca. El Estado entregará el petróleo que le costó a la naturaleza colocarlo en este lugar privilegiado llamado Venezuela, a los países latinoamericanos, pero casi regalado, esa es la manera de derrochar lo que no es de ellos. Esa actitud la hemos visto cuando alguien trabaja con un bien que no es de él sino del Estado, no lo cuida. Las cosas que nos ha costado mucho alcanzar las cuidamos y luchamos por mantenerlas, en cambio las cosas que son de un Ente abstracto como el Estado no se cuidan. El petróleo se utiliza, mejor dicho se “mal utiliza” de esta manera, una forma grosera de actuar en contra de nuestros recursos estratégicos. Exagerar esa política es terriblemente dañino, el petróleo es de toda la Nación, no es del gobierno para que continué con su fiesta Caribeña y tercermundista como país nuevo rico, entregando nuestros recursos. Convirtiendo a nuestro país en una cuerda de pedigüeños, dependientes, sin estimular el aparato industrial, lo que hace, y muy bien, es entorpecer, crear trabas de todo tipo cuando vamos a desarrollar un proyecto independiente. Al Estado no le gusta los proyectos independientes, no le gustan los dineros que vienen de empresas particulares, por eso torpedea toda acción que sirva para independizarnos, por eso quiere empresas socialista fantasmas. Un país puede ayudar a sus vecinos solamente cuando ha cumplido el sagrado deber de darle seguridad a su gente. ¿El presidente busca más poder?, creo que no, es una manera de no dar la cara, esas visitas a Europa. Con una inflación terrible que se come nuestras ganancias, un Estado vigilante de capitales Nacionales, que se preocupa más de dar la apariencia que somos una potencia económica, que de serlo. Si la política estratégica de quitarle las “tierras productivas” a los latifundistas fuera exitosa, estarían productivas en la mayor parte, en manos de campesinos, ayudados por el gobierno. ¿Qué pasó con estas tierras productivas? Quedaron más improductivas, ¿qué campesino va a trabajar la tierra, con tanta inseguridad? Prefiere venirse a la ciudad y meterse a buhonero o pedir limosna.
El presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), Genaro Méndez, aseguró en la jornada anual de Fedecámaras que de 2 millones de hectáreas productivas que había en los hatos intervenidos, hoy sólo quedan 50 mil hectáreas (2,5%) aptas para adelantar procesos de producción.Señaló que la intervención de tierras ejecutada por el Instituto Nacional de Tierras (INTI), como política de Estado, es la causante de la caída en la producción de la agroindustria local. "El hostigamiento al productor, el terrorismo agroalimentario y el secuestro" son elementos que inciden en la desolación del campo venezolano.
El Estado debe tener un dialogo con el sector del agro, con todos los sectores, incluso se debe reunir con Fedecamaras, esa es su función, buscar acuerdos que nos potencien como un poderoso sector agrícola. El Estado debe reconocer sus fallas, si esta política de “recuperar tierras que estaban en manos de latifundistas para entregárselas a campesinos”, es un fracaso reconózcalo entonces el Estado. Qué lo que hizo fue un show barato socialistoide, un dar la apariencia de ser socialista sin serlo. La verdad verdadera es que todas esas tierras quedaron ocupadas por el Estado, y como es completamente improductivo, desorganizado, improvisador, violento, no funcionó antes y menos ahora. Lo más probable que partes de estas tierras pasen a manos particulares, militares o civiles que están con el proceso revolucionario, mal entendido, pero que se realiza a la vista de todo el mundo. Esto tiene que quedar muy claro, si el Estado no es capaz de poner a producir estas tierras, que las devuelva a quienes las estaban utilizando. Ya el Estado está acostumbrado a darle a Venezuela lo que si sabe hacer a la perfección otorgar: pan y circo