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Politiqueros Show Jo

Publie le Sábado 22 de noviembre de 2008 par Open-Publishing

“Por medio de hábiles mentiras, repetidas hasta la saciedad, es posible hacer creer a la gente que el cielo es el infierno… y el infierno el cielo… Cuando más grande es la mentira, más la creen.” Adolfo Hitler (en Mein Kampf).

En la lucrativa farsa electoral que se desarrolla en Panamá, la partidocracia y sus candidatos hacen lo imposible para sacar pecho y aparentar ser gente de pueblo. Como en los mismísimos tiempos de Hitler, la mentira y la demagogia son su carta de presentación. La farsa no se limita a los cándidos candidatos y candidatas. La farsa va más allá de los atrincados partidos políticos controlados por la rancia y la nueva oligarquía panameña.

El show-espectáculo promovido por RPC Canal 4 la noche del 20 de noviembre con la participación de los candidatos a la presidencia, podría estar, casi al mismo nivel de Poveda Show Jo, de no ser por lo deprimente y ofensivo -en la forma y en el contenido- de este triste y lamentable espectáculo de la politiquería panameña.

Indigna el papel de los medios de comunicación que se atragantan tratando de hacernos ver su interés por que el país conozca las “propuestas” de los candidatos a la presidencia. Cuando en realidad, se trata de un pingue negocio. Por un lado, está la facturación publicitaria con las cuñas emitidas durante la transmisión del espectáculo; por el otro, la facturación de las empresas y consorcios de medios de comunicación por el tiempo de emisión del espectáculo. Podría alguien -de los abundantes analistas o periodistas al servicio de la politiquería- decirnos ¿cuánto facturaron los medios y las publicitarias la noche del 20 de noviembre durante la transmisión del “Politiqueros Show Jo”.?

Inicia el programa: las mentiras y las burlas de los panelistas inundan las pantallas. Entra en acción el maquillaje de los supuestos expertos en seguridad y economía. Las estupideces se suceden vertiginosamente. El moderador, sometido al guión, no puede aguar la “fiesta”, y tiene que limitarse a las conocidas “preguntas boyas” que jamás tocan fondo. Se trata de la técnica periodística en donde se habla o se escribe mucho para no decir nada. La primera y última palabra la tiene el dueño del medio. Aquí, la verdad es “chicha de piña” y está prohibido decirla. Nada que vaya en contra de intereses económicos de los poderes establecidos en Panamá puede ser tocado a fondo.

Esta es la triste y dramática realidad de la politiquería panameña, una auténtica tragedia que castiga y oprime a las mayorías nacionales que está siendo desangrada por la violencia de las armas y su economía neoliberal. Frente a tanta podredumbre, ensalzada por tantos poderes, el voto en blanco representa una respuesta contundente de desprecio a la politiquería que sólo ofrece empobrecimiento y más violencia a los panameños.

El verdadero castigo jamás puede ser “votar por el menos malo o el mal menor”, sobre todo, cuando hemos visto que, en el espiral de corrupción y ladronería que practica la partidocracia panameña, cada vez más, sin importar quien suba al poder, el robo y la corrupción aumenta vertiginosamente. Como dice un martillado slogan publicitario en Panamá: “saca la cuenta y date cuenta”. Los millones que los politiqueros concentran y acumulan, son los millones que le arrebatan al bienestar de la población.

Más mercado, más hidroeléctricas, más TLC, más seguridad tipo Uribe (sangre y masacre), han sido algunas de las promesas-amenazas que plantearon los candidatos en “Politiqueros Show Jo”.

El guión maestro: mantener el sistema de la falsa democracia y la farsa electoral. Lo que se practica en Panamá, ni siquiera es panameño, se trata de un sistema internacional en donde todo se vende y todo se compra. La economía de mercado, compra y vende todo tipo de productos sin ningún remordimiento. Cebollas con dioxina, dietilem glicol, buses de la muerte, armas, presidentes, magistrados, diputados, ministros, curas y obispos forman parte de la oferta en el mercado internacional de la impunidad.

Héctor Endara Hill
Colectivo Panamá Profundo

21.11.2008