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REVOLUCIÓN O REFORMISMO, DOS TENDENCIAS CONTRADICTORIAS EN EL SENO DEL PSUV

Publie le Domingo 8 de abril de 2007 par Open-Publishing

REVOLUCIÓN O REFORMISMO, DOS TENDENCIAS CONTRADICTORIAS EN EL SENO DEL PSUV

Por: Carlos Salinas*

Todos los revolucionarios venezolanos, que acompañamos el proceso bolivariano dirigido por el Comandante Chávez, estamos conscientes de la necesidad de la creación del partido revolucionario, apoyado en una teoría y práctica revolucionaria. Asimismo, estamos muy claros que existen dos tendencias opuestas dentro del movimiento bolivariano. Una de ellas, la reformista, que pretende detener el proceso de revolución socialista; la otra, la revolucionaria, por el contrario, lucha por dar un impulso a la destrucción definitiva del sistema opresor y esclavista de los trabajadores, el capitalismo. La fracción revolucionaria esta plenamente segura de cuál es el problema a resolver, es decir, la contradicción existente entre las dos clases sociales fundamentales de la sociedad capitalista: la burguesía y los trabajadores. De la victoria de estos últimos depende el socialismo. Estamos claros que la historia de la humanidad ha estado signada por la lucha entre clases sociales. También estamos conscientes, que tanto la gran mayoría de los funcionarios del gobierno –de alto y bajo rangos- como algunos sectores de las masas populares, son correligionarios de esta primera tendencia. Uno de los rasgos más peligrosos de la tendencia reformista que tiene secuestrado el movimiento bolivariano, es que sus partidarios se mantienen firmes en crear un partido, cuya única tarea está dirigida a ponerse al servicio de la sociedad burguesa y capitalista; estos traidores no sólo concilian con la burguesía, sino que buscan seguir satisfaciendo sus aspiraciones de poder que todavía sustentan. Poder que se torna en un gran obstáculo, y que tenemos, necesariamente, que arrebatárselo, para que avance la lucha revolucionaria, porque si no logramos quitarles el poder a esta fracción oportunista, se derramará la frustración y la incredulidad en nuestras masas. En consecuencia, será el reformismo el victorioso y como respuesta natural a esta victoria surgirá el reflujo de las masas, la pasividad y, por lo tanto, el afianzamiento del régimen burgués.

La tendencia revolucionaria, en cambio, tiene como cuestión básica crear el partido socialista de los trabajadores, cuya tarea prioritaria es la de organizar y dirigir la batalla que dé fin definitivamente a la sociedad burguesa, a la dictadura burguesa; y así, sobre las cenizas del sistema de producción capitalista nacerá el sistema de producción socialista. Los revolucionarios estamos claros que debemos actuar para organizar la batalla, porque toda la situación objetiva que se nos presenta ante los ojos, demanda dar el golpe final decisivo a los oportunistas y a la burguesía. No podemos esperar que la revolución socialista nos toque la puerta. Dentro de un año. ¡Un año! No valdrán lamentos porque en una situación revolucionaria, un año es un siglo, para ese entonces ante el fracaso del proceso revolucionario, no podemos argumentar que sus causas fueron: que dejamos pasar la revolución y después proclamar que aún no estaba madura. Desde ya refutamos estos argumentos. Del fracaso o del triunfo de la revolución responde mucho el partido revolucionario, es decir, de las tácticas utilizadas por éste, para llevar a las masas trabajadoras al poder. En conclusión, ante un posible fracaso de la revolución, si no enfrentamos las fuerzas destructivas de la reacción, no podemos escudarnos diciendo “que ésta no había madurado”, sino comprender que el eslabón decisivo –la vanguardia del partido y las masas- no cortaron la cadena del oportunismo, en el momento crucial.

*Miembro del Frente de Fuerzas Socialistas de Mérida