Portada del sitio > Revolución Bolivariana: fundamentos para la victoria siempre (III).

Revolución Bolivariana: fundamentos para la victoria siempre (III).

Publie le Viernes 17 de octubre de 2008 par Open-Publishing

" Un gran revolucionario debe ser necesariamente un gran autocrítico"
Hugo Rafael Chávez Frías

La organización

Sin una nueva organización más elaborada a todos los niveles de la vida nacional no hay proyecto posible de progreso para el país. Gran parte de nuestras ineficiencias son producto de la carencia organizativa de nuestro estructura del Estado en general y por añadidura por los fallos en nuestro sistema de educación cívica revolucionaria a niveles de escuelas, institutos, universidades, radio, televisión, medios impreso y digitales, etc., manifestándose sus resultados a simple vista en todos los ámbitos de nuestra esencia social y cultural como pueblo en general. No obstante hay que resaltar que nuestra revolución ha llevado a cabo programas de todo tipo para combatir esa “herencia cultural del desorden” que lleva siglos operando sin apenas factores que le hagan oposición en nuestras tierras. Si nos remontamos en la historia podemos encontrar que en nuestra "tierra precolombina" sus comunidades poseían un avanzado grado de organización que les permitía gestionar con creces su sistema integral de vida: recolectores, cazadores, autoridades de la sabiduría, métodos de pesca, conocimientos naturales de la medicina, expresiones artísticas, artesanía, tradición oral en mitos y leyendas, estructura económica funcional, etcétera. Todo un compendio de características sociales que demostraban su orden social de acuerdo a su grado de desarrollo y sus necesidades sociales en ese contexto histórico. Sin embargo dicha riqueza organizativa “macerada” sabiamente en lo social, en lo cultural y en lo económico, con el tiempo se desvirtúo y se destruyó con la llegada de los “invasores feudales” de Europa. Desde entonces se produjo una grave ruptura con nuestro sistema organizativo primigenio y se nos impuso un supuesto y nuevo sistema de orden, que para nosotros fue un desorden, dado que cada componente foráneo era contrario a nuestra idiosincrasia organizativa como pueblo de esa época, esto podría llegar explicar muy resumidamente el origen del desorden en nuestra tierras bolivarianas contemporáneas, sin dejar a un lado y resaltando por supuesto nuestra historia más reciente de las nefastas administraciones de los gobiernos cuarto-republicanos con su legado abominable que todos conocemos y vivimos: corrupción, vicios, delincuencia, pobreza, analfabetismo, caos sanitario, carencia educativa, atraso industrial y agrícola, egoísmo, dejadez, transculturación, impunidad y un largo etcétera digna de una película de terror. Dicha herencia de desorganización y perdición histórica en la que todavía vivimos nos exige un cambio de rumbo hacia el orden más acelerado y más orgánico, haciéndonos ver que la Venezuela del siglo XXI insertada en ese mundo caótico para la mayoría y ordenado para la minoría rica, poderosa y privilegiada, necesita mucho más “revolucionarse en su todo”, mejorando las infraestructuras en el ámbito urbano de sus calles, de sus barrios, en su señalización vial de carreteras y autopistas, en los sistemas de recogida de basura, en el funcionamiento de los cuerpos policiales, en las redes de servicio de transporte público, en las gobernaciones, en las alcaldías, en las empresas del Estado o de propiedad social, en nuestras escuelas, en nuestros municipios, en nuestro sistema sanitario, en nuestros sindicatos, en las redes de vías rurales, en la distribución y producción de alimentos, en nuestro sistema de universidades, en el funcionamiento más eficaz y ordenado de las misiones, en nuestras instituciones para el turismo interno y externo, etc. No quiero decir con esto que no se esté haciendo. El gobierno bolivariano trabaja en ello incansablemente no cabe la menor duda, pero no al ritmo, al nivel y la aceleración que se necesita. En esto cabe recordar también que todos debemos ayudar como pueblo solidario al gobierno para fabricar con fórmulas socio-políticas mancomunadas, un esquema de organización que se adapte a nuestras necesidades, huellas socio-culturales y al “momento histórico actual”, desarrollando con estos esfuerzos en conjunto un modelo de organización en que prime el factor humano sobre la economía y que resuelva ese desorden que por ser cotidiano y “casi cultural”, no lo vemos en su verdadera dimensión, porque la herencia transculturizante recibida de “las reglas del caos” sembrada por el capitalismo a través de la historia nos sigue afectando considerablemente en todos los aspectos de nuestras vidas. Unos simples ejemplos lo podemos encontrar en nuestra producción territorial de productos agrícolas y otros con respecto a su distribución en el país: no es un secreto para nadie el desplazamiento considerable para que dichos productos recorran enormes distancias para llegar a los centros para el consumo masivo, haciendo que los fletes de transporte eleven de forma considerable el precio final de los alimentos para el consumidor, por otro lado tenemos el alto costo medioambiental, por no nombrar algunos efectos más. Debemos crear un nuevo orden que enmarque la cercanía de los centros de producción a los centros urbanos donde se consumen los productos, para ser más explicito no podemos seguir comiendo “papas” en Caracas producidas en Mérida, cuando podemos incentivar la producción de dicho rubro en los estados cercanos a la capital donde las condiciones se presten para dicho cultivo, no podemos seguir consumiendo leche pasteurizada en la isla de Margarita manufacturada en Maracay-Valencia, no podemos seguir consumiendo huevos en Barinas producidos en granjas en las cercanías de Barquisimeto, no podemos seguir permitiendo que en el Estado Bolívar se siga consumiendo la producción de azúcar de centrales tan distantes. Estos son sólo algunos ejemplos que se pueden reproducir en todos los ámbitos de nuestra vida nacional, en lo político, en lo económico, en lo social. Venezuela es victima de esa enfermedad maldita llamada tercermundismo, “donde el desorden es la regla y orden la excepción”. No podemos seguir permitiendo el atraso de nuestro país producto de la falta de organización, siendo la misma un arma autodestructiva en todos los sentidos, utilizada y aprovechada sin escrúpulos por esa contrarrevolución interna y externa ultra-reaccionaria al progreso humano de las mayorías y que son precursoras como bien sabemos del bienestar de las minorías ricas y del poder fáctico que domina al mundo entero. Dicho poder contrarrevolucionario nacional e internacional ve a todo tipo de reordenamiento como una agresión directa a sus intereses, sobretodo y más, si este es de carácter revolucionario, porque su desorden ventajista y de dominio sólo puede ser posibles en el caos y el desorden de los países. Esto podría explicar un poco la fuerte oposición de la oligarquía nacional e internacional a los cambios surgidos en un proceso revolucionario como el vivido en Venezuela y en el continente, aplicándoles un férreo combate a todas las naciones que buscan esos nuevos caminos que los conducen al orden, a la independencia y al funcionamiento más orgánico de sus sociedades, llevándoles progresivamente esos grandes esfuerzos de organización y orden al progreso prohibido para la mayoría. Es por ello, entre otras cosas, que el sistema de dominación de las minorías nacionales e internacionales evita e intenta destruir a sus futuras competidoras, a sus “lanzas destructivas” de su estatus quo de dominación hacia la gran mayoría de las naciones que luchan organizando sus economías, su composición general del Estado y las de sus pueblos para ser “emergentes”, multiplicando ese mundo multipolar que tanto necesita este mundo de caos y ventajismos, hijos legítimos del padre-capitalismo neoliberal que domina mayoritariamente a las naciones a nivel planetario.
La organización patriótica concluiremos, que es progreso para la gran mayoría y perdida de poder para las minorías privilegiadas y ricas, por lo tanto es combatido por la oligarquía nacional e internacional con todo su maquinaria de poder. A mayor y mejor organización, mayor poder y avance revolucionario para el bienestar del pueblo y el país en general.

soldadomediatico@yahoo.es
http://embv.blogspot.com