Portada del sitio > SOBRE PRESOS POLITICOS
Como oyente cotidiano de Radio Habana que soy, afición o adicción que contraje para siempre en un calabozo de la policía política adeca que llamaban Digepol, en tiempos del dictador Rómulo Betancourt, allá por 1962, he venido prestando atención al desarrollo que a escala internacional ha tomado la ejemplar campaña que libra Cuba por la libertad de los cinco compañeros cubanos que se encuentran arbitrariamente presos en cárceles de Estados Unidos.
Dejando de lado los aspectos específicos de tal caso, inscrito sin duda en el anómalo cuadro de las tirantes relaciones existentes desde hace ya casi medio siglo entre esos dos países tan vecinos, ahora lo que quiero poner de relieve es la actitud tan diferente que han tenido los gobernantes venezolanos ante el caso de nuestro compatriota Ilich Ramírez Sánchez, secuestrado en Jartum, Sudán, en 1994, y llevado de inmediato a Francia de manera ilegal para ser sometido a un juicio muy irregular, mediante el cual se le mantiene preso hasta hoy.
Mientras que en Cuba la defensa de esos cinco ciudadanos suyos se ha convertido verdaderamente en una causa nacional, haciendo toda clase de esfuerzos por lograr su regreso a la patria, y podríamos decir que con similar intensidad a la desplegada antes- con resonante éxito- en el caso del niño cubano Elián González, acá en Venezuela respecto a Ilich –quien en estos días de agosto acaba de cumplir 13 años de muy duro encarcelamiento- ha habido y sigue habiendo una vergonzosa frialdad de parte no solamente del mundo oficial y sus funcionarios más directamente obligados por sus cargos a prestarle toda asistencia necesaria a ese ciudadano venezolano.
También los órganos informativos se han mostrado, en general, en nada solidarios con un compatriota cuyos derechos humanos están siendo desde hace trece años violados de manera sistemática en un país supuestamente amigo de Venezuela. Con raras excepciones, como son estos donde aparece nuestra Óptica Mundial, sólo mencionan a Ilich cuando reciben noticias de agencias extranjeras tildándolo de “terrorista”.
Asimismo, quiero decir que me parece triste, francamente criticable, la indiferencia que en este asunto han demostrado los países árabes. Se trata de un preso político, encarcelado precisamente por haberse enrolado en las filas de la resistencia palestina, en demostración de internacionalismo revolucionario, y eso es lo que exactamente le hacen pagar los imperialistas y sus aliados sionistas, para que el ejemplo de este camarada venezolano no tenga seguidores en nuestros países.
Todo esto me lleva a reflexionar sobre la importancia que para las luchas revolucionarias de todos los pueblos tienen las campañas por la liberación de los presos que están ahora en manos de los gobiernos lacayos de Washington.
No debemos dejar de luchar por los patriotas de Puerto Rico presos en Estados Unidos, quienes siguiendo el ejemplo histórico del insigne luchador Pedro Albizu Campos, continúan la lucha independentista con igual coraje y empeño. Pero tampoco podemos dejar permanecer en el olvido en el cual llevan casi 24 años presos en Granada -desde octubre de 1983, a raíz del doloroso episodio que puso fin a la joven revolución granadina y costó la vida al gran revolucionario caribeño Maurice Bishop- una docena de camaradas inculpados y encarcelados por esa tragedia, un grupo encabezado por el otro dirigente de esa revolución, Bernard Coard.
Igualmente resulta imperativo para todo revolucionario luchar con el mayor denuedo por el cierre del campo de concentración –con centenares de prisioneros de diversas nacionalidades- que tiene el gobierno de Estados Unidos en Guantánamo, o sea en territorio de Cuba ilegalmente ocupado por los imperialistas yanquis.
En fin, nosotros los revolucionarios venezolanos hemos vivido durante prácticamente el entero siglo XX como presos o perseguidos políticos, y hoy que tenemos libertades como nunca antes estamos en el deber de movilizarnos cada día más a favor de nuestros camaradas presos en otras partes del mundo.
(*) Presidente del Partido Comunista de Venezuela
Fuente: Tribuna Popular