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STALIN Y EL PARTIDO COMUNISTA RUSO HOY (2)
Publie le Lunes 15 de octubre de 2007 par Open-PublishingTraducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín
La herencia de Stalin
Como es lógico, a Stalin, como a cualquier otro personaje histórico no
se le puede imitar. Stalin y su tiempo son irrepetibles. Es peligroso
y perjudicial intentar simplemente copiar sus actuaciones. Es
impensable adaptar mecánicamente las propuestas de Stalin y aplicarlas
a la realidad de la vida contemporánea. Ha pasado mucho tiempo. El
mundo es otro. Nuestro país tiene ahora que hacer frente en este
cambio de milenio, a problemas desconocidos antes.
Hacer uso de la herencia de Stalin significa hoy no seguir ciegamente
letra a letra el contenido de sus trabajos, el orden de sus
actuaciones, sino comprender y utilizar aquella metodología, de la que
el mismo se valía para acercarse a la experiencia de sus antecesores.
"No podemos exigir de los clásicos del marxismo, separados de nuestro
tiempo en 45-55 años, que previesen todos y cada uno de los devaneos
de la historia en cada país concreto y en un futuro lejano. Sería
ridículo exigirles que desarrollasen para nosotros soluciones
prefabricadas para hacer frente a cualquier problema teórico que
pudiese aparecer en un país determinado dentro de 50-100 años, para
poder permitirnos a los seguidores de esos mismos clásicos del
marxismo, poder descansar tranquilos y masticar soluciones mágicas.
Pero lo que si podemos y debemos exigir de los marxistas-leninistas de
nuestro tiempo, es que aprendan a interpretar la experiencia de los
clásicos, a concretar sus fundamentos básicos, desarrollarlos y
mejorarlos".
Es así como lo veía Stalin. Es así como nosotros medio siglo después
de su desaparición, no solo podemos, sino debemos actuar.
Escoger lo mejor de su experiencia, significa ser un abnegado
patriota, un patriota práctico, defensor de las tradiciones populares,
creador de lo nuevo y más necesario para nuestro país.
A Stalin le definía su entrega a la causa de la revolución y del
socialismo. Todo su empeño estaba puesto en la construcción del estado
soviético. Destacó por su firmeza en la defensa de los intereses
nacionales en la arena internacional, por su talento militar. Poseía
una voluntad de acero y una decisión inquebrantable de ver cumplidos
sus objetivos, para lo que no dudaba en someter a todos sin compasión.
Stalin infundía el entusiasmo en los que le rodeaban, el deseo
ardiente de avanzar, de superar todas las dificultades, de vencer. Se
distinguía por su sentido de la disciplina, y la clara comprensión de
su responsabilidad personal.
No es casualidad que Lenin lo tuviese en tan alta estima. A menudo
para ocupar puestos de responsabilidad no veía capaz a ningún otro
candidato "aparte del camarada Stalin". Un ejemplo lo encontramos
cuando se discutía sobre el Comisariado Popular de las Nacionalidades,
y cuando se creó el "RABKRIN" (Inspección obrera y campesina): "Es una
tarea gigantesca-señalaba Lenin-para saber como afrontarla, al frente
debe haber una persona con autoridad, de otro modo fracasaremos,
enfangados en pequeñas intrigas".
Fue precisamente a propuesta de Lenin, que Stalin asumiese la
secretaría general del CC del partido bolchevique en 1922.
La prueba del poder
Seguir el ejemplo de Stalin significa ante todo comprender su época,
la esencia de las fuerzas sociales y políticas que interactuaban, la
naturaleza del poder.
Es así como actuamos los comunistas de hoy, de la Rusia actual, cuando
le decimos al pueblo que los órganos democrático- burgueses de poder
creados en la última década no son sino un decorado, encargados de
ocultar el férreo régimen autoritario que se ha impuesto en el país.
Cuando les explicamos, que a Rusia en la nueva distribución de fuerzas
mundial, se le ha asignado el papel de donante de materias primas, con
las que mantener el bienestar de esa pequeña parte de la población de
la Tierra, de ese "anillo dorado" habitado por mil millones de
personas, de los países desarrollados, que encabezan los EE.UU y sus
aliados de la OTAN.
Consideramos que al actual gobierno ruso, le es perfectamente
aplicable la definición de gobiernos burgueses dada por Stalin: "… La
composición del gobierno viene determinada y sus acciones controladas
por las grandes corporaciones financieras. Todo el mundo sabe, que no
hay ningún país capitalista donde se pueda formar gobierno contra la
voluntad de los peces gordos, representantes de los grupos de presión
económica: les basta con un poco de presión financiera y los ministros
salen zumbando. Este es el control real de los bancos sobre los
gobiernos, frente al control aparente de los parlamentos". ¿Acaso no
es este el retrato fiel de todos los gabinetes de ministros de la era
de Yeltsin y Putin?
Por desgracia a la par de gobiernos como esos, podemos poner al
parlamento ruso (Duma), que en su aspecto actual compone un todo
orgánico con el gabinete de ministros. Solo podemos darle la razón a
Stalin cuando escribía: "La Duma es un parlamento bastardo. De palabra
podrá tener un peso decisivo, pero en realidad no es sino un órgano
consultivo…" Es precisamente ese tipo de Duma el que el actual
gobierno ruso pretende moldear, durante toda la etapa postsoviética.
Es precisamente a esta degeneración de parlamentarismo, a la que
tozudamente nos oponemos.
Vemos una de nuestras tareas en hacer todo lo posible para convertir
el parlamento en un órgano de resistencia al actual régimen
antipopular.
Especial importancia en relación con esto tiene la elección de
candidatos a diputados. La asunción de una responsabilidad real del
diputado ante sus electores. El derecho de los ciudadanos a poder
revocar a los parlamentarios que no cumplan sus promesas y el mandato
de los electores.
Pensamos que es imprescindible luchar contra ese tipo de legislador, a
los que furiosamente criticaba Stalin y que en nuestros días ya han
tenido tiempo de provocar el desprecio del pueblo. Stalin decía:
"Mientras están en campaña electoral los diputados juegan con los
electores, les hacen carantoñas, les juran fidelidad, les hacen un
montón de promesas… una vez que han pasado las elecciones y los
candidatos ya son diputados, las relaciones cambian de raíz…Hasta la
nueva convocatoria de elecciones, el diputado se siente completamente
libre, independiente del pueblo, de sus electores. Se puede convertir
en un tránsfuga, puede pasar del camino correcto al incorrecto, puede
tomar parte en todo tipo de maquinaciones innecesarias, puede dar
todas las volteretas que quiera, porque es independiente ¿Podemos
considerar estas relaciones normales? En ningún caso camaradas." Como
nos resulta esto familiar, a los que ejercemos como firme oposición a
la actual élite del partido del poder.
De esta variedad de enfermedad parlamentaria, se contagian algunos de
nuestros camaradas. Algunos de ellos no han soportado la presión que
ejercen los poderosos. No resistieron la tentación de una vida
tranquila y cubierta en un país moribundo y arruinado y se pasaron el
bando de los destructores. En situaciones parecidas intentamos
hacerles ver la realidad, explicándoles, criticándoles. A algunos los
tuvimos que expulsar del Partido y de nuestro grupo parlamentario.
Seamos realistas: Este tipo de comunista "laqueado" como los
denominaba Stalin, seguirá apareciendo en nuestras filas. Tenía razón
cuando aseguraba: "Aquí en Rusia también está teniendo lugar el
proceso de decadencia de cierto tipo de literato y antiguo"jefe". El
proceso de agudiza en los periodos de crisis revolucionarias, y se
ralentiza en los momentos de reunión de fuerzas, pero es algo que se
ha dado siempre."
Hoy la sociedad rusa se encamina hacia una nueva etapa de agudización
de la crisis. Y tenemos que estar preparados para ver todos estos
fenómenos y pérdidas, para asistir a cambios radicales en la vida del
país.
Gente como esa una vez si y otra también, van a "refunfuñar, eludiendo
la autocrítica. De nuevo esa maldita autocrítica, ese sacar afuera
nuestros defectos. ¿Acaso no podemos vivir tranquilos?"
No, ni ellos pueden, ni nosotros podemos tener una vida tranquila.
El Partido debe luchar por cada comunista, por cada parlamentario,
impidiendo que se dejen recubrir por ese barniz del que hablaba
Stalin.
Haremos todo lo posible para no permitir en nuestras filas el espíritu
del trotskismo, o lo que es lo mismo, los intentos de determinados
activistas engreídos, que se sienten superiores, "superhombres, por
encima del CC, de sus leyes, de sus decisiones, dando de este modo la
excusa a determinada parte del partido de hacer un trabajo de desgaste
que haga perder la confianza en ese mismo CC". Este es el trabajo que
están haciendo, con la bendición de las altas esferas del Kremlin, y
cada vez más activamente. El poder hará todo lo que esté en su mano
para crear, en el lenguaje de Stalin, una situación, "cuando un grupo
de miembros del partido espera a lo órganos centrales del partido en
un callejón, para sacar partido de las dificultades, para luego
aparecer de repente de una esquina, tendernos una emboscada y
golpearnos en la cabeza".
No se le puede negar a Yosif Vissarionovich el talento para describir
gráficamente una situación y caracterizar las acciones del contrario.
Los comunistas rusos harán todo lo posible para no llegar a
situaciones como las descritas. Ya hemos aprendido desde las primeras
etapas a reconocer los síntomas de semejante "enfermedad" y adoptar
las medidas necesarias.