Portada del sitio > “Semana Santa” en Panamá
Abundantes ritos y abundantes farsantes ocultan el ejemplo, el testimonio y el mensaje Pascual. Los Católicos siguen adorando y celebrando la muerte. La Pascua de resurrección sigue postergada. La realidad, partera de la historia, muestra el crecimiento de la miseria y del empobrecimiento en el mundo y en Panamá. La muerte en barriadas urbanas y comunidades campesinas, ronda en las calles, casas y veredas. Se mata la gente y se mata los ecosistemas.
La muerte no es solamente la desaparición física, también es muerte, la falta de seguridad; de vivienda; de alimentación y de trabajo. La desnutrición infantil en las poblaciones indígenas sigue siendo causa “importante” de muerte. “¿Cómo es posible que en los albores del 2009, en el Panamá del crecimiento económico y del “desarrollo” turístico, existan corregimientos indígenas con 94.55 de sus niños hundidos en el abismo del retraso en TALLA ?”
Esta muerte lenta, que a todos nos acaba a pedazos, es la que reina. La Pascua de resurrección sigue siendo “historia” incomprendida y remota. Aquí, por encima de los compungidos e hipócritas llamados a la “paz”, desencarnada y desenraizada, prevalece la muerte lenta que se concentra sobre las poblaciones empobrecidas del campo y la ciudad.
Al creciente aumento de víctimas por la violencia criminal a causa de robos, atracos y ajusticiamientos, hay que sumarle las víctimas por la muerte lenta que causa el sistema y su politiquería. ¿Pedirle a los políticos que acaben insultos y agresiones? ¿A caso no pueden ver que son los mismos politiqueros los mayores insultos y agresiones que están reventando este pueblo? En Panamá, todos los poderes comparten la responsabilidad, aportando, cada uno desde su carisma, para mantener la opresión, la dominación y la explotación de una sociedad que se mantiene lejos de los valores y principios de paz, hermandad, solidaridad y amor al prójimo.
A las palabras del Arzobispo de Panamá durante la Misa Crismal : “…hay que orar mucho para que haya un ambiente de paz.” Debemos recordar las palabras en el canto de Alí Primera: “No, no, no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz” . De nada sirven los llamados de paz y de amor a la patria cuando el testimonio camina al lado de los violentos del sistema que odian y destruyen la patria. La patria es el ser humano, son los ecosistemas, es el pueblo Naso, perseguido y DESPOJADO de sus propias tierras.
La opción por los pobres y el enfrentamiento a los poderes que inspira toda la vida de “un tal Jesús” están al margen de una semana “santa” que, por sus contenidos y expresiones, traiciona a Cristo y su mensaje. La presencia y resurrección de Cristo entre las personas más empobrecidos sigue siendo crucificada durante “semana santa” y durante todas las semanas, para nada santas, de cada año en Panamá.
Los poderes religiosos -como en aquellos tiempos- siguen haciéndolo el jueguito a los poderes económicos y políticos. Pero, debemos reconocer que han habido cambios, antes se adoraba y veneraba al Cesar, al imperialismo romano. Como los tiempos cambian, hoy se venera y se adora la política neoliberal, aunque nunca han perdido el amor por el imperialismo del dinero.
Héctor Endara Hill
Colectivo Panamá Profundo
10.04.2009