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VENEZUELA : CONTROL OBRERO UN PROCESO DE TRANSICION AL MODO DE PRODUCCION SOCIALISTA

Publie le Domingo 8 de julio de 2007 par Open-Publishing

Los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras

"Control obrero" un proceso de transición al modo de producción socialista

La profundización de la Revolución Democrática Bolivariana planteada por el Presidente Hugo Chávez y la exigencia de avanzar a la construcción de la “vía venezolana hacia el socialismo” expresada por el pueblo el pasado 3 de diciembre, requiere que los trabajadores, la clase más avanzada eleve su papel protagónico como clase dirigente del proceso revolucionario venezolano.

De esta manera aseguraremos el transito exitoso al socialismo, “De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Las demás perecen y desaparecen con la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto genuino y peculiar” (del Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels).

La transformación revolucionaria de la sociedad es obra de la clase obrera, que actúa estrechamente unida al resto del pueblo, particularmente el campesinado pobre y demás sectores sociales tradicionalmente oprimidos por el sistema capitalista, para poder vencer en la lucha de clases contra sus enemigos históricos se requiere que juegue un papel protagónico en su histórico rol dirigente del proceso y en ese marco, el PCV viene proponiendo la creación de los Consejos Socialistas de Trabajadores y Trabajadoras, proyecto entregado recientemente a la AN, como factor clave en la transformación de la sociedad.

Oscar Figuera, secretario general y jefe del grupo de opinión del PCV en el Parlamento, explica que, a través de esta nueva figura, "introduciremos en los centros de trabajo, tanto públicos como privados, el componente de la democracia participativa y protagónica".

Es así como existen los Consejos Comunales cuya tarea se precisa como órganos territoriales de participación y protagonismo de pueblo, es necesario impulsar en las áreas clave de la economía y en el proceso de socialización de los medios de producción la constitución del Poder de los Trabajadores, Figuera enfatiza que: "El proceso de construcción del poder popular no avanzará sustantivamente si sólo se da en un área de la vida del pueblo. Es necesario desarrollar un conjunto de iniciativas de empoderamiento en los diversos escenarios de la actividad humana, como la comunidad donde se vive (consejos comunales), la comunidad donde se estudia (universidades, liceos y escuelas) y la comunidad donde se trabaja".

La propuesta legislativa PCV plantea el concepto de "control obrero" como un proceso de transición del modo de producción capitalista a la propiedad socialista y busca que los trabajadores ejerzan "procesos de control sobre la producción, la planificación y el uso eficiente de los recursos".

Figuera destaca, entre otros beneficios que puede traer en esta etapa de transición es que "de esta manera podemos impedir que los propios patronos intenten acciones desestabilizadoras desde los centros productivos, pues la conciencia de los trabajadores habrá avanzado, al igual que su organización".

Este mecanismo, aspiran los comunistas, servirá para luchar contra los monopolios y oligopolios; al tiempo que revertirá los valores capitalistas en el sector productivo. "Los trabajadores podrán administrar, opinar y formular políticas", acotan.

En las empresas de cogestión o nacionalizadas en manos del Estado. Los Consejos de Trabajadores desarrollaran la administración completa de las empresas y de manera conjunto con los empresarios en las empresas cogestionadas con el sector privado, hasta su paso total del monopolio a manos de la administración de los trabajadores.

Del control obrero a la administración de la economía

En este sentido, la reivindicación del control obrero es sólo una medida de transición adoptada por los trabajadores en el transcurso de la lucha, como parte del programa por la total transformación socialista de la sociedad.

Mientras que el control obrero se desarrolla desde abajo, desde el taller hacia las plantas de arriba, la administración obrera se desarrolla desde arriba, y sólo tiene sentido en términos de una economía socialista planificada, con unos monopolios nacionalizados.

Eso significaría que los trabajadores dirigirían el plan global de la economía, tomarían las decisiones generales sobre inversión y los planes de crecimiento para satisfacer las necesidades de la población.

La nueva economía socialista define que la propiedad de la industria no puede seguir en manos de los capitalistas. Sólo la propiedad pública de los monopolios garantizaría la administración y el control de los trabajadores de las fábricas y de toda la cadena productiva. Los trabajadores desarrollarían nuevas formas de organización para la gestión de la economía, probablemente similares a los consejos obreros o soviets que se extendieron por Rusia en 1917.

En un paso superior del desarrollo de la sociedad socialista, estos Consejos de Trabajadores englobarían a todos los sectores de la clase obrera, incluidos inquilinos, amas de casa, estudiantes, pensionistas, así como organizaciones sindicales e industriales de los trabajadores, Consejos Comunales, etc.. Se celebrarían elecciones regulares de delegados, sujetos a la revocación inmediata, los funcionarios no cobrarían más del salario de un trabajador cualificado, así se salvaguardaría a los trabajadores del crecimiento de una burocracia que pueda usurpar el poder.

La idea del PCV trasciende los límites de la cogestión y de la contraloría social. "No hablamos de cogestión sino de control. Los consejos de trabajadores son parte de la sociedad y propietarios de ese bien (el lugar donde laboran) y, en consecuencia, tienen la obligación de garantizarle al conjunto de la población que ese bien produzca de manera eficiente, oportuna y suficiente en interés de todos", apunta Figuera, vicepresidente de la Comisión de Desarrollo Social Integral de la AN.
El legislador detalla que en los consejos de trabajadores tendrán cabida todos aquellos que formen parte de una institución pública o privada. La idea del PCV es que sean "instancias democráticas de ejercicio de control sobre los procesos complejos productivos y las estructuras orgánicas que existen en el seno de los centros de trabajo", incluidos los sindicatos.

Figuera resalta que uno de los principios que se incorporó al proyecto de ley se refiere a la estabilidad laboral. "Para que se pueda ejercer la democracia interna en las instituciones, hay que tener estabilidad con el objetivo de garantizar que la opinión del trabajador no sea reprimida con el despido".