Portada del sitio > Valcanismo Y Guerra Oligarca en Bolivia.
Valcanismo Y Guerra Oligarca en Bolivia.
¡Evitemos las diásporas de nuestros pueblos latinoamericanos oprimidos!
Por Candelaria.
En estos actuales momentos, viendo por medios externos internacionales y latinoamericanos como en programas especiales de Tele sur y testimoniales personales entre otros, podemos apreciar todos los camarad qzn s revolucionarios, las declaraciones emitidas por miembros de la juventud “cruceña” dependiente del departamento de Santa Cruz de Bolivia, del cual observamos con “estupor” el fascismo y xenofobia incontenibles que se ha degenerado en torno a la movilización de muchos miembros del MAS de Bolivia, y nos hace recordar episodios como los que libraron “nuestros compañeros chicanos”, en Estados Unidos, o por ejemplo nuestros hermanos afro descendientes en la época de los años 60 en Estados Unidos, y en fin de todas las luchas emancipadoras de nuestros pueblos, y recordamos estas palabras emitidas por el en un discurso de Malcom X con la juventud de esta época: “No puede existir capitalismo sin racismo” y muy claro esta, si lo adaptamos al hecho actual en pleno siglo XXI, este anatema se multiplica cada vez que en nuestros pueblos oprimidos, quienes luchan por su liberación, son masacrados, ante la sonrisa complaciente de la reacción norteamericana, ahora nuestro compromiso como militantes revolucionarios, hijos de la patria de Bolívar, hermanados con Martì, liberados por nuestras luchas desde las bases en el barrio, no en las instituciones burocráticas, debemos generar “brigadas” antifascistas que promulguen, el internacionalismo proletario, la lucha militar dentro de esta guerra, nó solo con hermosas “marchas” reivindicativas hacia el ensueño , y la era de las “flores”, del cual ya sabemos los resultados de esta revolución pacifista, que no resuelve la actual crisis que pretende entronar el poder oligárquico e imponer sobre nuestros hermanos “PACHAMAMAS” todo su esplendor de oropel y muerte.
Es por ello que hoy en día, más que nunca, debemos tenderles “el arma” por la libertad, la verdadera independencia no se obtiene de manera bizantina y ensoñadora, en un discurso “apaga fuegos” del la reacción enquistada en nuestra sociedad, que pretende tanto aca en Venezuela como en el resto de Latinoamérica, ocultarnos nuestra sangre combativa histórica y libertaria, del cual descartan la posibilidad de crear “ejércitos populares” para poder así exterminar a estos héroes del “arco iris”.
La clase trabajadora Boliviana, ha combatido de manera eficiente los ataques constantes de las empresas transnacionales, con una central de trabajadores robustecida en cantidad, y en programa político, no obstante, se evidencia que no han planteado hasta la actualidad un eficaz plan de “estrategia militar independiente”, la cual debe centrarse en embestir el fascismo, mas sin embargo, estas burguesías han luchado por volver a tomar el poder al ir “privatizando” de manera sistemática, la libertad obtenida mediante la vía democrática burguesa, así como en el pasado, se vendieron todos los servicios básicos de este país. Una caterva de bandidos han desfilado como “mises” por los anteriores gobiernos de Bolivia, solo degenando muerte y miseria, y en la actualidad con el Líder sindical cocalero Evo Morales, se logra, no solo crear la gran polémica constituyentista, sino las raíces libertarias de los aborígenes de todas las estirpes en el sur.
Deben resurgir los grupos de combatientes populares internacionalistas, estudiantes, luchadores sociales, campesinos, trabajadores, deben emerger como respuesta a la inconformidad de tantos lideres indígenas, desposeídos, con el verdadero uso de la violencia revolucionaria como método de combate contra el fascismo esquizofrénico de un grupo de “marionetas” al servicio de las castas cruceñas y en general Bolivianas, que han colonizado nuestra idiosincrasia, hasta AHORA no se ha visto un apoyo absoluto de las fuerzas armadas de Bolivia, y esto obedece a su pasada formación en la “escuela de las Américas”. La dictadura en la que la burguesía pretende someter a nuestros hermanos Bolivianos, para lo cual se sostiene con organismos de represión como son la “Policía Burguesa y Fuerzas Armadas Burguesas”, además de otros estamentos que están dirigidos a callar la voz popular. Hasta hoy en día ellos tienen el poder con el que pueden reprimir, asesinar a todo el que defiende su revolución, la única forma para cambiar esta situación de injusticia es por la vía insurgente, por la vía de la lucha armada, para conseguir los cambios que Bolivia requiere, para eliminar la pobreza que día a día agobia este pueblo, la historia nos ha demostrado esto, estamos más convencidos de la necesidad del pueblo en armas.
Se evidencia que existen debilidades en la izquierda que impiden el avance, en la radicalización de la revolución Boliviana, cánceres como el burocratismo, dentro del seno de algunos dirigentes reformistas, el oportunismo de estos viejos lideres formados desde el pasado y con el pasado, y de varios seudo dirigentes populares, con tendencia a creer en los acuerdos que realiza la oligarquía con politiqueros vendidos. La lucha social requiere movilizar, educar y organizar a las masas, que exista unidad del pueblo y todas sus organizaciones para que el golpe contra la reacción sea contundente. Para el Grupo de Combatientes Populares en Bolivia, la unidad del movimiento popular es esencial para alcanzar nuestro objetivo de construir una sociedad mejor, solo dentro de la unidad podremos enfrentar la arremetida imperialista. Solo combinando los métodos revolucionarios este país lograra alcanzar la victoria final
“Dentro de la revolución del pueblo, Este es el núcleo central, no de burócratas y oportunistas escondidos en la estructura organizacional, no de conferenciantes vacíos, de escritores de resoluciones que permanecen en papel, sino de hombres que pelean. Los hombres que desde el principio han tenido la determinación y han estado listos para cualquier cosa, que personalmente participan en las acciones revolucionarias, que no tienen dudas ni engañan.” Carlos Marighela.