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Parlamento cubano y derechos de los transexuales
Publie le Lunes 16 de enero de 2006 par Open-PublishingEl Parlamento cubano estudia reconocer los derechos de los transexuales
El parlamento cubano estudia una propuesta para autorizar las
operaciones de cambio de sexo y la modificación de los documentos de
identidad a transexuales diagnosticados.
Gerardo Arreola analiza en La Jornada la problemática de la
transexualidad en Cuba
La Habana, 8 de enero de 2006. El parlamento cubano estudia una
propuesta para autorizar las operaciones de cambio de sexo y la
modificación de los documentos de identidad a transexuales
diagnosticados, como parte de una estrategia nacional para reconocer
los derechos de esas personas a vivir plenamente con el género que
decidieron asumir.
Entre los diputados de dos comisiones que empezaron a examinar el
proyecto "la acogida fue excelente", dijo a La Jornada Mariela
Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual
(Cenesex) y principal promotora de la legislación.
Pedagoga con maestría en sexología e hija de dos líderes históricos
de la revolución cubana, Raúl Castro y Vilma Espín, Mariela dirige
el Cenesex desde hace cinco años. A finales de este diciembre expuso
su propuesta ante dos comisiones de la Asamblea Nacional del Poder
Popular (ANPP): la de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente y la de Atención a la Juventud, la Niñez y la
Igualdad de Derechos de la Mujer.
El proyecto está en "consulta" entre diputados, antes de su
presentación como iniciativa de ley, pero el respaldo en esas
comisiones fue absoluto, señaló Mariela. "No solamente aceptaron lo
que propuse, hicieron muchas preguntas y recomendaciones".
El siguiente paso será presentar una documentación sobre el tema,
para que circule entre todos los integrantes de la ANPP y se amplíe
la discusión. El resultado de la consulta servirá para depurar el
proyecto y, eventualmente, presentarlo al pleno.
La clave de la ley propuesta está en que tan pronto sea
diagnosticada una persona con un trastorno de identidad de género -
como reconoce la ciencia médica a la transexualidad- se le pueda
cambiar su documentación legal, desde el acta de nacimiento hasta el
pasaporte y que además tenga derecho a la operación respectiva.
En caso de aprobarse, la ley sería la primera de su tipo en el mundo
en desarrollo. Especialistas del Cenesex analizan las experiencias
que hay en la aplicación de las legislaciones existentes, que se
concentran en Europa.
Tres décadas de trabajo
Mariela relató que la atención a la transexualidad en Cuba tiene
casi tres décadas. Una persona originaria de la provincia de
Matanzas, con identidad y cuerpo de mujer, en realidad se sentía y
quería ser varón y vino a la capital a pedir ayuda. A raíz del caso,
y por iniciativa de Vilma Espín, en 1979 se formó una comisión,
coordinada por el Grupo Nacional de Trabajo de Educación Sexual,
antecedente del Cenesex.
Según el recuento de Mariela, el primer resultado de esas acciones
fue un acuerdo con los ministerios del Interior y de Justicia, para
que los transexuales diagnosticados pudieran cambiar sus documentos
de identidad. Así ocurrió en tres casos.
Más tarde se establecieron métodos de atención como el diagnóstico,
la ayuda sicológica y hasta la garantía de tratamiento hormonal
gratuito.
En 1988 se hizo la primera y hasta ahora única operación de cambio
de sexo en Cuba, de hombre a mujer. Fue exitosa y la paciente vive
sin dificultades. El caso se presentó a una reunión de expertos,
pero su difusión en la prensa fue "más sensacionalista que
científica". Provocó rechazos, cartas de protesta y expresiones
prejuiciosas.
Las autoridades decidieron suspender las operaciones hasta que se
explicara adecuadamente el fenómeno a la población, añadió Mariela.
En la década pasada se mantuvo la atención clínica y sicológica,
aunque con bajo perfil. "No se lograba convencer de la necesidad de
hacer la operación. La misma resistencia la hacían los profesionales
del Ministerio de Salud Pública no especializados en ese tema. Por
ahí yo percibo la mayor resistencia, incluso actualmente".
La sexóloga señaló que en los últimos años el tema ganó fuerza. Un
grupo de transexuales se integró al Cenesex, que los ha formado como
promotores de salud sexual para la prevención del sida. En el centro
mantienen un foro de debate permanente y reciben atención
especializada. En el sistema de salud tienen acceso gratuito a un
tratamiento hormonal.
"De 74 personas que en todo este tiempo se han hecho estudios y
tenemos identificados como transexuales, sólo hay 25 diagnosticados,
23 de hombre a mujer y dos de mujer a hombre".
Entre los transexuales "algunos están muy bien; a otros les resulta
más difícil su situación. Esos 25 están esperando su oportunidad de
operarse. Se van poniendo viejos y quieren morir con su sexo
cambiado".
Estrategia nacional
Un nuevo impulso se produjo a principios de 2004, cuando el Cenesex
lanzó una estrategia nacional: amplió y diversificó su equipo
profesional, obtuvo el respaldo del presidente Fidel Castro y entró
en contacto directo con ministerios y organizaciones sociales para
poner en la mesa el tema de los transexuales, según el objetivo de
cada sector.
"Parece que todo el trabajo anterior ahora está dando resultado.
Ahora la gente es más sensible y también hemos logrado articular un
discurso más convincente", dijo Mariela. "Veo una flexibilidad muy
grande, incluso en los dirigentes".
Recientemente un transexual pudo salir del país con pasaporte y
apariencia femenina y regresó en las mismas condiciones. Otros
cuatro consiguieron operarse en el extranjero y al regresar
obtuvieron su cambio de identidad. "Los tribunales de justicia
simplemente se convencieron".
La especialista recordó la represión a la homosexualidad que se
practicó en Cuba. A finales de los años sesenta, personas de esa
orientación sexual fueron internadas forzosamente en granjas
colectivas controladas por el ejército, llamadas Unidades Militares
de Ayuda a la Producción (UMAP).
El Primer Congreso de Educación y Cultura (1971) dio lugar a la
política de parametración, según la cual debían cumplirse parámetros
para desempeñar empleos o cargos públicos y que resultaban
discriminatorios de la homosexualidad, conducta que en los años
setenta estaba ilegalizada y hasta principios de los noventa fue
objeto de limitaciones legales.
"Las experiencias negativas sirvieron para darse cuenta que no se
puede actuar desde los prejuicios", señaló Mariela; explicó que las
denuncias y protestas por la operación de las UMAP terminaron por
cerrar esos centros. "La realidad nos hizo ver el gran error que se
cometió con mucha gente".
En contraste, citó políticas públicas que desde el triunfo de la
revolución de 1959 han buscado en Cuba eliminar discriminaciones
relativas a las mujeres, los discapacitados o la población negra.
"¿Cómo no lo vamos a hacer también con las expresiones sexuales
diversas? Esta revolución no se puede dar el lujo de esa
incongruencia".
A pesar de los cambios, añadió Mariela, aún es necesaria una
legislación y hasta decisiones de detalle, para evitar la
discriminación. "Por ejemplo, puede haber transexuales que estén
trabajando tranquilamente sin que los rechacen, porque la ley les
permite trabajar aunque vayan disfrazados, pero siempre los
administradores buscan una artimaña para quitárselos de encima".
En relación a la hostilidad policiaca contra transexuales y
travestis hace unos dos años, Mariela explicó que el episodio surgió
a raíz de denuncias de vecinos de un sector del céntrico barrio del
Vedado, que se "sentían acosados" por homosexuales que ejercían la
prostitución callejera.
La reacción oficial fue excesiva y "todo el mundo entró en la misma
bolsa". Al detener a transexuales o travestis sólo por su aspecto
físico, algunos policías actuaron "desde la ignorancia y desde el
prejuicio".
"Su actitud no respondía a la política ni a la ley, porque ésta no
penaliza a una persona que se disfrace de otro sexo", precisó.
El Cenesex intervino y abrió un canal de comunicación con la policía
y el Ministerio del Interior. Ha logrado acuerdos, por ejemplo, para
capacitar en la materia a los efectivos del municipio Plaza de la
Revolución, el centro comercial y turístico de La Habana, que es "la
zona más conflictiva" en el caso.
A los policías "ya se les ha dicho que no pueden molestar a estas
compañeras y nos dieron elementos de procedimiento para que ellas
sepan defenderse, en caso de que un policía transgreda esa
disposición".