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¿Apoyo crítico o colaboración con el neoliberalismo?

Publie le Jueves 7 de julio de 2005 par Open-Publishing

Por Eduardo Andrade Bone

En Chile se suele decir hoy día, que los acontecimientos políticos pueden ser de impredecibles consecuencias o devastadores para cualquier sector político, más aún cuando se trata de algunos grupos políticos que forman parte de la izquierda que se encuentra excluida de la "piñufla democracia protegida chilena".

Después de 15 años de gobiernos de la Concertación, todavía hay ilusos que siguen creyendo en el "cuento del tío", y son capaces de venderse por un "plato de lentejas", para así obtener algún cupo parlamentario o alguna responsabilidad en el "futuro gobierno continuista" de la Concertación neoliberal.

Con el transcurso del tiempo se han venido sacando la careta, después que decían que la unidad hay que forjarla desde la base social, pero hoy hablan de un "apoyo crítico" al presunto gobierno de la Bachelet, a cambio de alguna granjería y el apoyo a su candidatura.

Pero las cosas hay que decirlas por su nombre, desde que el Sr. Manuel Cabieses un seudo político trasnochado a punto de jubilar, y que siempre ha jugado un papel erosionador de la unidad de la izquierda chilena, desde el momento mismo que manifestó su deseo de alejarse de la Fuerza Social y Democrática, ha tratado de influir para que el conjunto de la izquierda y los antineoliberales no arriben a ningún tipo de acuerdo, mientras allí estén los comunistas, pues el Sr. Cabieses ha sido un enfermo de esquizofrenia anticomunista de toda la vida.

Este personaje que mueve a cierta sospecha y que en el gobierno de la Unidad Popular tacho al presidente Allende de "el bigote blanco", además de acusarlo de ser un reformista y no un revolucionario, se ha caracterizado siempre por jugar un papel negativo y antiunitario de las fuerzas de izquierda.

Cabieses lo único que representa, es ser el dueño de la revista Punto Final, pero en ello cabe destacar que una cosa es el papel que juega el medio de comunicación aludido, desde el punto de vista de su línea periodística e importantes colaboradores que escriben en él. Desde ese punto de vista valorizamos el papel que juega Punto Final como medio alternativo de izquierda ,pero otra cosa son las opiniones personales y traumáticas de Manuel Cabieses, con respecto a un sector de la izquierda.

El susodicho personaje, que nunca jugó un papel relevante dentro del MIR, sí se dedico siempre a la división de ese movimiento de izquierda. Muchos de los militantes de ayer del MIR, así me lo han ratificado. La verdad que la trayectoria política de Cabieses, jugando un papel profundamente crítico a los logros alcanzados del gobierno del presidente Allende y sus intenciones reiteradas por demoler la unidad de la izquierda después, más bien parecen a la de un agente encubierto de la CIA, que a un militante de izquierda, puesto que sus opiniones aparecen en el momento justo y preciso , cuando la izquierda se aprestaba a llegar a buen puerto del punto de vista de un acuerdo unitario amplio. La conducta del Sr. Cabieses siempre ha sido esa, siempre se la ha jugado por la división del movimiento popular, lo demás son palabras hueras.

La cosa es clara, o estamos por la unidad y contra el neoliberalismo o le dejamos todo en bandeja a la Concertación y su candidata, para que asuman un nuevo periodo de continuismo de las políticas económicas de la dictadura. Decir que la Bachelet va a ganar en diciembre, por que así lo dicen las encuestas, es renunciar a la lucha y a la construcción de la más amplia unidad de las fuerzas que se oponen al sistema.

Desconocer históricamente el papel unitario del Partido Comunista, de un sector importante de los socialistas y de otras fuerzas, es desconocer la trayectoria de lucha del movimiento popular chileno. En plena dictadura y cuando el PC se propuso impulsar todas las forma de lucha para terminar con la dictadura y se propone la creación del FPMR, los comunistas lo hacen con una amplia generosidad, no solo incorporando gente de su partido, si no que también de otras fuerzas políticas, eso se llama generosidad y buscar entendimientos unitarios reales y que sirvan a la lucha de los trabajadores.

Al Sr. Cabieses es eso lo que le falta, una gran generosidad para avanzar por el camino de la unidad, dejando de lado sus posiciones antojadizas y obstinadas con respecto al papel que juegan otras fuerzas progresistas.

A los demás, no hay que reconocerles nada, pues él es el único Dios que tiene la verdad absoluta con respecto al papel que deben jugar las fuerzas que están dispuestas a enfrentar el neoliberalismo, y menos si están los comunistas, pues esos, según Cabieses, lo hegemonizan todo.

Esto lo manifestamos, pues el Sr. Cabieses ha venido logrando su objetivo de influir en la FSD y en la Surda, para llevarlos por el camino de la conciliación y la colaboración con el continuismo neoliberal, representado por la Bachelet y Ricardo Lagos, que después que la candidata sea ungida presidente de la nación, el Sr. Lagos podrá seguir gobernando desde las sombras, pues ya ha manifestado que en el 2009 no se presentará como candidato a la presidencia, pues su misión es manejar desde las bambalinas el presunto gobierno de Michelle Bachelet.

El movimiento "Nueva Mayoría", representado por la Fuerza Social y Democrática además de la Surda y otros "grupos de base" según señala la prensa chilena, han decidido reunirse con la candidata Bachelet, para "establecer un apoyo crítico" a su candidatura sobre la base de determinadas "condiciones".

La FSD y la Surda, siguen soñando despiertos y creyendo que la plutocracia chilena va a permitir "cambios cosméticos" al modelo económico y político de la dictadura. Durante 15 años los gobiernos de la Concertación nada han hecho por crear una Asamblea Constituyente, que permita la elaboración de una nueva Constitución, y tampoco están dispuestos a negociar el sistema electoral antidemocrático, pues los mayores beneficiarios de éste, son los socialistas, el PPD y la ultraderecha chilena, sin la nueva "ley maldita" no son nada.

Un gobierno que es incapaz de tocar los intereses del capital y las trasnacionales, no se puede llamar de centro izquierda, eso es cualquier cosa, pero menos un gobierno que represente los intereses reales de todo un pueblo. Una candidata que hable de cambios, sin tocar los intereses de los empresarios, no se puede llamar socialista, eso se llama colaboración y conciliación con el capital.

Ahora, es muy diferente que existan ambiciones personales, como para obtener un cupo parlamentario, eso es otra cosa , a la base social y al pueblo hay que decírselo derechamente. Lo claro y real es que la FSD representa a un sector del profesorado y la Surda a un sector de la dirigencia estudiantil universitaria, pero en términos reales, carecen de una base social de apoyo, como para "roncar" en la Mesa de Convergencia o cualquiera otra instancia que exista o que se cree posteriormente. La base social de apoyo o el papel de vanguardia de la lucha de nuestro pueblo por mejores condiciones de vida, hay que ganárselo día a día, con lucha, perseverancia y forjando la unidad, no "tirando la toalla", ni asumiendo apoyos críticos a la candidata.

El Sr. Cabieses, la FSD y la Surda, quieren jugar a ganador, de allí la necesidad de establecer un mentado apoyo crítico a la candidatura de Bachelet a cambio de algunas migajas, en vez de privilegiar la unidad de todas las fuerzas que se oponen a las políticas antipopulares, desatada por la clase política en el poder, que además se encuentra involucrada en el tráfico de influencias y la corrupción después de treinta años de políticas económicas que han perjudicado a quienes viven de un sueldo o un salario. Pareciera que los únicos que se encuentran recluidos en su propio laberinto son los Sres. Cabieses y Pávez.

Pero no solo eso, también se han metido cuñas de menor gravitación, de un cierto grupo de ecologistas, que ya se han reunido en dos oportunidades con la Bachelet y se aprestarían a formar un partido , los cuales también creen "en Santa Claus" y según indica la prensa local, ellos le habrían propuesto a la candidata un documento de diez puntos, que expresa la necesidad de "profundizar en la democracia", lograr mayor "participación" y el término o cambio del sistema electoral binominal, algo que no se ha logrado bajo ningun gobierno de la Concertación, pues no hay voluntad política para ello.

Cabe agregar que todos estos pasos que se han venido dando últimamente con el objeto de destruir el Pacto Juntos Podemos Más, la Mesa de Convergencia Democrática y el apoyo de más 53 organizaciones de diversos tipo a este conglomerado político, siempre ha estado monitoreado desde el órgano órgano oficial de la CIA en Chile, el diario El Mercurio, el diario oficialista La Nación y el desprestigiado equipo político de Ricardo Lagos y de afiebrados anticomunistas, que suelen hacer "gárgaras con la revolución", pero que finalmente deciden conciliar o colaborar con aquellos que durante 15 años son responsables directos de las grandes desigualdades sociales que existen en el país.

Incluso algunos desde la izquierda que ha sido excluida de la “democracia protegida, para argumentar su apoyo o voto a la Concertación, han llegado a decir que la Bachelet, se “guarda algo bajo la manga”, y que ese algo es retomar el legado de Salvador Allende y lo mejor de la UP, para producir el cambio que necesita el país, o sea nuevos cantos de sirena, para así justificar el colaboracionismo con la Concertación.

Pareciera que el Sr. Cabieses, Jorge Pávez y algunos otros personajes, hubieran perdido de vista cual es su enemigo principal, a todas vistas pareciera que para ellos el enemigo principal es el Partido Comunista y el Pacto Juntos Podemos Más, y no los que han desatado las políticas neoliberales desde la época de la dictadura.

Pero con todo, la lucha por la unidad de todas las fuerzas antineoliberales debe continuar, la lucha por un movimiento sindical fuerte, debe seguir su curso normal, la lucha por elevar la alternativa del Pacto Juntos Podemos Más y las diversas fuerzas sociales que lo apoyan, deben desplegarse con más ahínco que nunca, pues descansa sobre la base del casi 10% obtenido en las elecciones municipales últimas, sin cobertura en los medios de comunicación y con precarias condiciones materiales, ese es gran valor y sentido que tiene el avance logrado en las elecciones municipales de octubre pasado. El espíritu unitario del presidente Allende debe ser el faro que alumbre nuestro camino por la construcción de un Chile distinto, diferente, y en beneficio de las grandes mayorías y no colaborando “críticamente” con los que han desarrollado políticas antipopulares.

La unidad de todas las fuerzas que se oponen a la dictadura neoliberal es de vital importancia, pues en nuestro país debemos aprender de lo que ha sucedido a nuestro alrededor cuando nos encontramos fragmentados. Es cuestión de ver lo que ha ocurrido en la Argentina, Ecuador y Bolivia, cuando se tiene un movimiento sindical dividido, cuando la izquierda y las fuerzas progresistas son incapaces de arribar a un acuerdo unitario, los únicos que ganan, son los sostenedores del modelo económico de la dictadura, mientras que nuestros pueblos siguen padeciendo todas las lacras de un sistema económico injusto y desigual. Por lo demás, de que no sirven una izquierda o un movimiento antineolberal fragmentado ?

Avanzar por el camino de la unidad sin transar, sin acuerdos y componendas electorales con los enemigo del pueblo chileno, y poniendo lo más alto posible la alternativa única y antineoliberal, hay que avanzar con los que quieren avanzar, es la tarea de las tareas, de todos los que sueñan y creen que se puede construir un Chile distinto, rescatando lo mejor de los entendimientos unitarios producido con el Frente Popular ,el Frente de Acción Popular (FRAP) y de la propia Unidad Popular, es allí donde se encuentra el legado unitario de Salvador Allende y de todas la fuerzas que están por el cambio.

El ascenso de la unidad el año 1958 y 1964 de las fuerzas de izquierda, con la trascendental figura de Salvador Allende a la cabeza, habría permitido que el candidato de las fuerzas progresistas hubiese sido presidente antes de 1970.

Ello no ocurrió, puesto que la derecha, la reacción y el fascismo, saben muy bien lo que tienen que hacer, cuando se trata de sus intereses políticos y económicos. Mientras que en la izquierda muchas veces nos estamos masturbando con teorizaciones políticas que no nos llevan a ningún lado.

En 1970, la Unidad Popular logra alcanzar el gobierno, con el 36,3% de los votos. Ello ocurre debido a que un sector de la Democracia Cristiana decide votar por el candidato de la derecha, Jorge Alessandri. Mientras que los sectores más progresistas de la DC, deciden mantenerse fiel a su candidato, Radomiro Tomic, que tenía en muchos aspectos un programa de gobierno, con muchas afinidades con el programa de la UP. Tomic obtiene un 27,8%. Lo que significa que en ese entonces las fuerzas progresistas que estaban por un cambio más radical y en beneficio de las grandes mayorías, constituían en términos reales un 64,1%, independientemente que en esa oportunidad hayan existido tres candidatos. La derecha con su candidato Jorge Alessandri, obtuvo un 34,9% de los votos.

Más de alguien va a decir que esta nota no contribuye a la unidad, es probable, sin embargo la historia del movimiento obrero y popular, y en la propia izquierda, siempre han existido personalistas, egocéntricos, trásfugas y traidores. El padre del movimiento obrero, Luis Emilio Recabarren siempre los denuncio con suma claridad. Jorge Dimitrov, destacado comunista búlgaro en su discurso a la VII Internacional Comunista, también los denuncio sin ningún tipo de tapujos.

Hoy día, dos líderes de la izquierda mundial y latinoamericana, Fidel Castro y Hugo Chávez, enfrentan y denuncian abiertamente las maniobras del neofascismo en el mundo y América Latina. También son capaces de denunciar a bobitos como José Miguel Insulza, el nuevo administrador de los intereses yanquis en la región (OEA). Con esa claridad y disposición de lucha, hoy debemos enfrentar a los enemigos del pueblo y transitar con consistencia por el camino de la unidad más amplia.

Finalmente la lucha por mejores condiciones de vida, es entre neoliberalismo y proletariado, es entre los que quieren la guerra y los que luchan por la paz, es entre los que promueven la carrera armamentista, la destrucción del planeta y los que despliegan las banderas del equilibrio ecológico. La lucha es entre los que buscan la unidad de todas las fuerzas que se oponen que al neoliberalismo y los que juegan a su división, para alejarse o colaborar con los enemigos del pueblo y los trabajadores.