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Chasquis en el Capac Ñam: pimeros pasos para la Reconciliación

Publie le Viernes 27 de mayo de 2005 par Open-Publishing
1 comentario

Por Vanessa Verastegui
Arqueóloga de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos

La elaboración y la entrega de los 9 tomos del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación no significa que hayamos alcanzado la reconciliación en el país, sino que este proceso recién empieza, pues queda en agenda el PIR/Plan Integral de Reparaciones, sugerido en el informe, juzgar a muchos culpables que permanecen en la mira, y, lo más importante, la concientización de una cultura de paz y derechos en el Perú.

Ante el peligro de que persista la indiferencia reinante, como sucedió en la época del conflicto armado, diversas instituciones conscientes de la necesidad de la construcción de la memoria histórica han organizado una serie de eventos. En estos momentos, por ejemplo, un grupo de chasquis se encuentra atravesando las rutas del Inca, entre los que se encuentra Felipe Varela, miembro de la sociedad civil y dos representantes de familiares y/o afectados por la violencia política. En tiempos del Tawantisuyo estos senderos comunicaban todas las regiones del imperio de los Incas, desde Ecuador, al norte, hasta Chile, por el sur, y noroeste de Argentina. Mediante la Caminata por la Paz y la Solidaridad, se pretende representar simbólicamente la reconciliación nacional como el deseo y la tarea de todos los peruanos víctimas o no de la guerra. Los caminantes ya comenzaron su periplo el primero de mayo y continuarán su recorrido durante cuatro meses caminando 15 horas en promedio. Finalmente habrán recorrido 2200 km. desde Piura hasta Puno. Impulsa esta iniciativa el movimiento ciudadano, integrado por civiles, organizaciones y activistas de la defensa de los derechos humanos, así como también por la Defensoría del Pueblo y la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza.

Las frases como “el fin justifica los medios”, “la guerra popular”, usadas por Sendero Luminoso, y “justos pagan por pecadores” -un subversivo equivalía a la desaparición de cinco campesinos inocentes- por las fuerzas paramilitares y el Estado, nos han dejado un saldo de niños huérfanos, familias destruidas, muchos desaparecidos y caseríos y pueblos destruidos, cuántas violaciones sexuales y daños psicológicos contra mujeres y hombres peruanos, por lo que la deuda social es dantesca. La frustración, la marginación y discriminación de las mayorías ejercida por los sectores elitistas en el país desde tiempos históricos genera ideologías fundamentalistas como fue la de Sendero Luminoso y la del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Hoy nos enfrentamos al movimiento etnocacerista, una mezcla insólita de fascismo, indigenismo y nacionalismo. Estos movimientos mesiánicos en nombre del “pensamiento Gonzalo” y del retorno al “Tahuantisuyo” buscan prosélitos entre los jóvenes de la ciudad y principalmente del campo, ya que en ellos se canaliza todo el resentimiento y la violencia social.

La ideología de Sendero Luminoso nació en los claustros universitarios de la ciudad de Ayacucho. Los profesores y estudiantes por lo general descendientes de familias campesinas y desarraigados de su entorno rural y cultural pasaron a conformar un nuevo círculo social de intelectuales provincianos. En ese sentido, el antropólogo Carlos Iván Degregori refiere que es, en este ámbito, en donde el adoctrinamiento senderista encajaba con el estudiantado, acostumbrado a la figura del maestro autoritario.

Rodrigo Montoya señala que e el sistema educativo es un canal de movilización social con posibilidades de acceso económico, de poder y de estatus. Así mismo se refiere al “el mito contemporáneo de la escuela” como aquel en donde las personas sin ojos “mananawiyug” despiertan y abren los ojos “nawinkunatakichanakupaq”. De esta forma, la figura del indígena- cansado de tanto sufrimiento y exclusión- renuncia a su identidad cultural de “runa quechua” para convertirse en “misti”. Sin embargo, la realidad nos enseña que esta promesa de progreso mediante la escuela occidental esta lejos de cumplirse, por lo que ha ocasionado solo frustraciones dentro de la conciencia colectiva. Esto explicaría las decisiones de los jóvenes de ejercer la militancia dentro de estas organizaciones, anteriormente mencionadas.

Montoya al respecto refiere:

“Porque somos quechuas, porque hablamos nuestra lengua y vivimos de acuerdo a nuestras costumbres y no sabemos leer, vivimos en el mundo de la noche. No tenemos ojos y somos desvalidos como los ciegos. En cambio quienes saben leer y escribir viven en el mundo del dia, tienen ojos. No tiene sentido quedarse en el mundo del dia porque debemos progresar para ser como los que van a la escuela y tienen ojos. Yendo a la escuela abrimos los ojos, depertamos”

Añádase también que la educación en el Perú siempre ha sido ineficiente y coercitiva y su estudiantado acostumbrado al memorismo y al aprendizaje acrítico, lo que contribuyó a este resentimiento social y a una crisis identitaria. Carlos Iván Degregori escribe: “Son jóvenes que se encuentran en una tierra de nadie ubicada entre dos mundos: el tradicional andino de sus padres, cuyos mitos y ritos y costumbre, al menos parcialmente, ya no comparten; y el mundo occidental, o más precisamente urbano-criollo, que los rechaza por provincianos, mestizos, y quechuahablantes” . Es en este contexto, que el movimiento ciudadano Para que no se repita con el auspicio internacional del departamento de desarme de las Naciones Unidas, Hague Appeal for Peace, y del Ministerio de Educación organizó el Seminario Internacional Educación por la Paz, y el Desarrollo los días 28 de febrero, 1 y 2 de marzo del presente año, dirigido principalmente al sector magisterial. Acudieron representantes de diversos países con historias de guerras internas similares a la nuestra, quienes dieron a conocer sus proyectos educativos por la paz en las escuelas de sus países. Es parte de ello la renovación de la currícula educativa, implementando nuevas materias como el estudio de los derechos humanos, campañas en contra del uso de armas de fuego dentro de las propios colegios y la formación de líderes voluntarios jóvenes para promocionar acciones de paz entre otros jóvenes escolares.

El 21 de agosto los chasquis habrán llegado a la ciudad de Puno, fecha en que se conmemorará el segundo aniversario de la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad Y Reconciliación. Con el Quipu de la Memoria que se pretende elaborar se representará a cada una de las víctimas mediante los 69,280 nudos para que no quede en el olvido. Muchas de estas víctimas eran personas indocumentados sin nadie que los reclamara.

Mensajes

  • he visto tu articulo y lo llevoa casa para leerlo, luego te digo que me parece.
    Llevamos el mismo apellido, sería interesante estar en contacto
    wilfredo