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Dar Gracias

Publie le Domingo 7 de mayo de 2006 par Open-Publishing

 En el Centro Memorial Martin Luther King Jr., cubanos y cubanas agradecen la solidaridad zapatista.

Boris Leonardo Caro (http://lazezta.blogspot.com)

Voz que cabalga en el viento, desde antes que las naves de velas blancas profanaran el horizonte americano, por sobre la mar promisoria de la Serpiente Emplumada.
Oro nacido de las manos que desgranan juntas el fruto de la Madre Tierra.
Tamálli.
Tamal.

Y queremos decirle al pueblo de Cuba, que ya lleva muchos años resistiendo en su camino, que no está solo y que no estamos de acuerdo con el bloqueo que les hacen y que vamos a ver el modo de mandarles algo, aunque sea maíz, para su resistencia.

Si la mano del Este umbrío fue la del puñal, del Poniente nos ha venido siempre la luz. Travesía redentora cuya estela abrió los puentes a otra era de infinita posibilidad. Y ahora, en época de codicia, otra senda dorada por la pobreza irradiante devuelve a la mar su sentido libertario.
Ofrenda de las que agrada a Dios, dice el pastor Raúl Suárez, y evoca las palabras de Jesús: “Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos ellos. Pues todos han echado dinero que les sobraba; ella, en cambio, ha dado lo que había reunido con sus privaciones, eso mismo que necesitaba para vivir.”
Hermanos y hermanas de Chiapas, que cultivaron sus días con el maíz que luego enviarían a Cuba. Hermanos y hermanas de Cuba, unidos para hacer juntos del grano sagrado, pan de amor.
De la masa tejida por tus manos, compañera, comeré yo, y de las mías comerá aquel antes desconocido, pero ahora compañero. Porque estos tamales nuestros siembran luz en el alma, semillas de resistencia y esperanza.
Y así alimentó sus jornadas Lili Suárez en Chiapas, cuando era una zapatista más. De tortillas y frijoles hizo la dicha, y nació de nuevo también por el milagro del maíz.
Tal vez por eso no entienda por qué la prensa aquí ignora la palabra de los hombres y las mujeres sin rostro, que se han quitado su propio sustento para ofrecerlo en gesto de apoyo al pueblo de la isla.
Testimonios de júbilo e incertidumbre, pues ahora mismo allá están en Alerta Roja y nadie sabe lo que pueda ocurrir.
Aquí en La Habana, en un lugar bendito por la humildad cristiana. Territorio zapatista. El 5 de mayo de 2006.