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Educación y asistencia sanitaria gratuitas son derechos humanos fundamentales en

Publie le Lunes 22 de diciembre de 2008 par Open-Publishing

“Educación y asistencia sanitaria gratuitas son derechos humanos fundamentales en Cuba”-Entrevista al embajador cubano en Ginebra Juan Antonio Fernández Palacios

Desde la Revolución Cubana de 1959 se solía ver el país como un apéndice de la Unión Soviética. Tras el colapso de ésta, algunos predijeron también en Occidente el fin del socialismo cubano. Pero 18 años después el sistema cubano persiste, más fuerte que nunca.

Tras la revolución de 1959, los Estados Unidos establecieron un bloqueo económico contra Cuba que debía poner de rodillas al pequeño país. No lo han logrado porque en Cuba existía la firme voluntad de no someterse al dictado de los EEUU. Hace años que la ONU exige el fin de este embargo. En octubre de este año, 185 países votaron en la Asamblea General de la ONU una resolución cubana que exigía el levantamiento del bloqueo comercial usamericano, vigente desde hace casi 50 años. La UE ha levantado este año su embargo, los EEUU lo mantienen hasta hoy.

Con tal motivo, Zeit-Fragen ha realizado en noviembre de 2008 la siguiente entrevista al embajador de la Representación Permanente cubana ante la ONU en Ginebra, Juan Antonio Fernández Palacios.

Zeit-Fragen: Cuba sufre sanciones desde hace casi 50 años. Las sanciones fueron establecidas por los EEUU desde que cambió el sistema y se expulsó al dictador. ¿Cómo es posible que Cuba haya sobrevivido en estas condiciones tan difíciles?

Embajador Fernández Palacios. Halamos de un bloqueo de casi 50 años. Es importante decir que se inició inmediatamente después de que la Revolución tomase el poder e introdujéramos el proceso de nacionalización y recuperación de los recursos naturales de nuestro país. Durante la primera mitad del siglo XX Cuba estuvo totalmente controlada por los EEUU, en particular durante la dictadura de Batista. También es importante recordar un documento especial, un pequeño pasaje de un memorando del Ministerio de Asuntos Exteriores de principios de 1961 (1). En simples términos se dice allí que la única manera de terminar con Cuba consiste en imponerle sanciones para crear miseria en la población, producir hambre y descontento e inducir a la población a que se rebele contra Castro. Está escrito. Tenemos los documentos que lo demuestran y que se han desclasificado hace poco. Es decir, la guerra económica contra Cuba no se inició por nadie más que por el Gobierno usamericano ya en 1961. El bloqueo y las sanciones fueron una pieza fundamental de la legislación y las normas nacionales que debían crear una situación, cuyo objetivo era agarrotar la economía cubana y motivar la caída del Gobierno. Por la historia conocemos casos de bloqueos entre superpotencias y otras. Pero este bloqueo se ha mantenido casi 50 años, una especie de guerra muda de la mayor superpotencia conocida contra una isla pequeña, pero valiente.

Se trata de una política de guerra que, de acuerdo con la Convención de Ginebra, se califica también de genocidio, en particular si confirmamos que es una política que tiene por objetivo destruir a todo un pueblo y ocasionar dolor y hambre colectivos.

“La mayoría de los cubanos apoya a Castro. Non existe ninguna oposición política real... el único medio reconocible de eliminar el apoyo interno consiste en crear desengaño y desánimo mediante el descontento y las dificultades económicas... Debiéramos aplicar inmediatamente todas las medidas posibles para .... provocar el hambre, la desesperación y la caída del gobierno.”

Estas sanciones se iniciaron en 1961 y todavía están en vigor. Creo que hay dos elementos importantes que debemos destacar en el marco de esta política. En 1992 el Congreso de los EEUU aprobó el “Acta Torricelli”. No fue casual. En la década de los 90 Cuba sufrió una agudización del bloqueo por una razón sencilla: Cuba se consideraba parte del círculo oriental de dominó, como el final del bloque oriental. Creían que con la agudización de las sanciones se hundiría la revolución. La “Ley Torricelli” reforzaba la aplicabilidad extraterritorial del bloqueo, sobre todo mediante la prohibición a los barcos de otros países de atracar en los EEUU si antes habían estado en Cuba. Esta ha sido una de las peores medidas.

La Ley Torricelli no les bastó y en 1996 crearon la “Ley Helms.

 Burton”. Esta ley es muy conocida en todo el mundo por su ámbito de aplicación extraterritorial; pretende reforzar el carácter de la Ley Torricelli. Pero la “Ley Hems-Burton” era una nueva creación, no sólo para agudizar el embargo, sino para recolonizar Cuba de manera distinta. A la comunidad internacional le preocupa sobre todo el tercer apartado, que se refiere a la aplicación extraterritorial. Pero los aparados más peligrosos son en realidad el 1 y el 2, porque supone el intento del ala ultraconservadora de los EEUU por organizar Cuba tras la era de Castro. Planean renovar todas nuestras instituciones, derogar la Constitución, cambiarlo todo.

Como consecuencia de la “Ley Torricelli”, la Asamblea General de la ONU de 1992 aparobó una resolución presentada por Cuba que afirmaba la necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero de los EEUU contra Cuba. Desde 1992 hasta hoy, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado esa resolución con una mayoría cada vez mayor de sus miembros. En 2007, 184 miembros de la ONU votaron en la Asamblea General por el fin el embargo contra Cuba. Tan sólo votaron en contra 3 Estados: Estados Unidos, Israel y las Islas Marshall. Las razones de estos tres casos son evidentes. Pero 184 Estados apoyaron nuestra resolución. Es una señal clara de que la comunidad internacional no aprueba este tipo de política ni la aplicación extraterritorial de las leyes usamericanas en el resto del mundo.

Naturalmente, el bloqueo creó muchas dificultades para nuestro pueblo, especialmente en la vida cotidiana. Podemos mostrarles todos nuestros informes presentados a la ONU. Podemos decir, por ejemplo, que durante estos 49 años el embargo ha costado a la economía cubana más de 93 mil millones de dólares, en una estimación conservadora.

Podemos demostrar con cifras en la mano cómo ha afectado esto a todos los sectores de la economía. Incluso podemos mostrar cómo afecta claramente a la vida cotidiana de los cubanos. Cuando hablo de la vida cotidiana me refiero a la posibilidad de adquirir medicamentos especiales que sólo se producen en los EEUU, o disponer de mejor comida, etc. Creo que esto es lo principal. Son muchos ejemplos, así tenemos grandes dificultades para importar, para comprar instrumentos y herramientas imprescindibles para nuestros hospitales y el tratamiento de las personas con cáncer. Como todos sabemos, muchos de estos aparatos y medicamentos modernos los producen exclusivamente empresas norteamericanas y el Gobierno usamericano prohibe su comercio con Cuba.

Es una verdadera tragedia. Es totalmente ilegal, tanto en relación con el derecho internacional como con los principios de la Carta de la ONU. Es también una cuestión ética. Esto es lo que tengo que decir sobre estas sanciones.

Usted ha hablado de dificultades. Por lo que sabemos, el servicio de sanidad cubano es uno de los mejores, Es un milagro que su país sobreviva bajo toda esta presión externa. ¿Puede decirnos algo sobre su sistema de salud?

Tiene toda la razón. La situación es como usted dice. ¿Cómo es que podemos presentar logros tan enormes en el sector de la salud y en educación? Es verdad, y la respuesta es bien sencilla. La calidad se deriva de la voluntad política del Gobierno. Se trata de principios básicos que se establecieron durante todos estos años y anclaron la asistencia sanitaria y la educación como derechos humanos fundamentales de todos los cubanos.

Procuramos hacerlo todo en estos dos ámbitos. Luchamos y vamos a todas partes, e intentamos garantizar los instrumentos esenciales para nuestros hospitales. Compramos instrumentos y aparatos que necesitamos y nos cuestan el doble. Como le he dicho antes, esto forma parte de la voluntad política y de la concepción de una política que considera la educación y la asistencia sanitaria en Cuba gratis y universal para todos y como un derecho humano fundamental. Son dos ámbitos de nuestro sistema de los que estamos orgullosos.

Me gustaría destacar aquí la cuestión siguiente: ¿Cómo estaríamos en nuestra sanidad y educación sin estas restricciones contra Cuba?

Una posibilidad es adquirir catéteres para niños. Otro ejemplo podrían ser los esfuerzos que hacemos en relación con la disposición de condones para la lucha contra el VIH. Una empresa que nos abastecía fue multada con medio millón de dólares por comerciar con Cuba y vender condones para fomentar sexo más sano y evitar el VIH. Pero hay muchos más ejemplos de cómo repercute en el sistema de salud. Es realmente demencial y cruel.

Otro punto es la cooperación con Venezuela. ¿Puede decirnos algo sobre esto? ¿Cómo colaboran, de qué manera? He leído algo sobre los problemas sanitarios. Conozco la Misión Milagro, ¿puede explicarnos algo de ella?

Sí, es cierto, tenemos unas relaciones especiales con Venezuela, relaciones informales que resultan extrañas en este mundo que gira principalmente en torno a la economía de mercado. Por desgracia éste es el mundo en que vivimos.

Entre paréntesis: recuerdo que en el pasado teníamos este tipo de relación con la Unión Soviética. Los medios occidentales decían que Cuba estaba sostenida por la Unión Soviética, por el Comecon. Recuerdo que se consideraba a Cuba como satélite. El mundo estaba equivocado: el bloque oriental cayó y Cuba sigue existiendo 18 años después, todavía estamos ahí. Por lo que se refiere a la relación con la Unión Soviética y el Comecon, se trataba de una relación sencilla, diferente a la habitual a nivel internacional. Era la relación de una superpotencia con un pequeño país en desarrollo, basada en un comercio justo. Era una relación distinta, una relación sobre la base de la solidaridad.

En el caso de Venezuela se trata de este tipo de relación, una relación humana entre dos países libres. La cooperación que usted mencionaba comprende miles de médicos cubanos y de personal sanitario de Cuba que trabajan en Venezuela. Seguimos desarrollando esta relación. Prestamos un servicio extraordinario. Mencionó la Misión Milagro. Es un gran proyecto para operar de cataratas a miles de personas.

No recuerdo bien el precio. Pero usted sabe que las cataratas son muy fáciles de operar. Los costes reales no ascienden a más de 100 francos. Pero en el sistema de salud basado en la economía privada se pagan 500 o 700 francos, lo que es un abuso. La diferencia es enorme. Pero pueden recuperar su visión con una simple operación. Miles de personas, especialmente en América Latina, nacen sin visión y mueren sin la visión que una sencilla operación de 100 francos podría restituir. Lo hemos hecho en Venezuela, Bolivia y otras partes de América Latina, incluso en Ecuador, en Perú, con un éxito enorme. Es importante subrayar que la diferencia que existe en salir de las tinieblas a la luz es posible mediante una sencilla operación. Por eso le ofrecimos a Venezuela este tipo de servicio, y no sólo en el sistema de salud sino también en la educación. Tenemos una especie de convenio, y la manera en que intercambiamos servicios con Venezuela es muy sencilla.

También mantenemos relaciones económicas y comerciales. Ellos nos suministran una cantidad determinada de toneladas de petróleo. Nosotros pagamos por ellas, claro está, pero en mejores condiciones de pago. No es ningún regalo, es otro tipo de relación. Naturalmente no pagamos el precio del petróleo que rige hoy en el mercado internacional. Sería imposible para nosotros. El acuerdo nos ofrece la posibilidad de pagar una parte considerable. Tenemos la posibilidad de proseguir así cinco, siete o incluso diez años y pagar un precio que podemos permitirnos. En lo esencial tenemos con Venezuela una cooperación excelente en todos los ámbitos.

He leído que entre Venezuela y Cuba existe un tipo especial de relación comercial: ustedes reciben petróleo y algunas personas pueden pasar gratis vacaciones en Cuba. ¿Se trata de un rumor?

No, una persona o un miembro de la familia puede venir y recibir una operación gratuita de cataratas. Si tienen problemas con la catarata pueden venir con su madre, su padre o su mujer, y no les cuesta nada, todo es gratuito: la operación, el viaje y el alojamiento de la persona que los acompaña. Llegan al hospital, un lugar muy hermoso y reciben una habitación durante tres o cuatro días. Se realiza la operación y al fina de la semana pueden volver. Y todo esto es gratuito.

Le he preguntado esto porque lo considero una especie de relación comercial o cooperación sobre la que debemos reflexionar si contemplamos los problemas en el contexto de la crisis de los mercados financieros. Quería aclarar cómo funciona porque podía ser un modelo para otros países a fin de ayudarse recíprocamente. Uno pone recursos a disposición y el otro ofrece ayuda médica u otra cosa. Así creamos un nuevo tipo de comercio justo.

Sí, es cierto, es un nuevo tipo de relación. Cuando empezamos con este programa en Cuba realizábamos casi todas las operaciones en Cuba, en nuestros hospitales. Pero visto a largo plazo, también es importante crear capacidades en otros lugares. Ahora hablamos de un proyecto con el que creamos las premisas – proporcionamos y suministramos todo el equipo para diversos hospitales en Bolivia, en Venezuela y en otros países – para que en el futuro también allí lo puedan hacer. Enviamos a nuestros médicos para formar a otros porque esto es importante. No es justo decir que lo tenemos todo y vosotros tenéis que venir a nosotros. No se puede disponer de estos establecimientos sin pensar a largo plazo. No sería justo.

En La Habana tenemos la mejor escuela de médicos de América Latina. Es también un proyecto maravilloso. Concedemos becas. Para los estudiantes de América Latina es gratuito recibir una formación en Cuba, bajo la condición de que luego vuelvan a sus países y trabajen allí al menos unos años en las comunidades pobres y no en la capital.

Esto constituye un problema en América Latina. Todos los establecimientos, todos los médicos, están en la capital. Pero las personas del campo y la población indígena se olvidan. He aquí otro ejemplo. Preparamos personal de Nicaragua, Bolivia y Venezuela para eso, para volver a sus países y poner estos servicios a disposición de su propia población.

Pero no sólo vienen de América Latina. Cada año empiezan a estudiar en Cuba 100 estudiantes de los EEUU para obtener un título de médico . Este proyecto está unido con los “Pastores por la Paz”. Era todo un convoy que llegaba cada año a Cuba dirigido por el reverendo Lucius Walker. Es un proyecto muy interesante. Se trata de un convoy que viene de Estados Unidos, a través de la frontera mexicana, o desde Canadá, y traen medicamentos auxiliares, ordenadores, todo eso lo traen a Cuba. Eso es solidaridad. Pero esto viene principalmente de la iglesia norteamericana. Esto existe desde hace aproximadamente 16 años.

Actualmente el mundo occidental está ocupado con la crisis financiera. ¿Cómo afecta a la economía cubana y, si lo hace, qué medidas toma el Gobierno?

Resulta cómico ver lo que pasa ahora con la llamada crisis financiera. Los británicos nacionalizan los bancos; los holandeses nacionalizan los bancos, y los irlandeses también. Esto está en total contradicción con el modelo que se ha utilizado e impuesto a otros a lo largo de los años. ¿Cómo van a explicarnos esto a nosotros en América Latina? Está totalmente en contradicción con la política que las instituciones financieras internacionales han aplicado a lo largo de los años en nuestro continente: “Privatización y mercado libre”.

He leído en un periódico acerca de la nacionalización de bancos en EEUU y en Francia. Es totalmente contradictorio. Bien, la regulación y la especulación inmobiliaria en el mercado financiero están bastante claras. Lo interesante es imaginarse su reacción. Su reacción es regulación, nacionalización. Pero el método que nos impusieron durante años fue totalmente distinto.

Si hablamos de Cuba en particular, podría decir que, naturalmente, en un mundo globalizado también sufrimos bajo los efectos de la crisis. Pero he visto que estamos en una situación mejor, porque, como consecuencia del bloqueo, no existe ninguna relación entre las instituciones financieras cubanas y usamericanas. En efecto, y quisiera mencionar este estado de cosas, en los dos últimos años los bancos fueron uno de los sectores más afectados por el bloqueo. Los EEUU impusieron a los bancos extranjeros la prohibición de realizar cualquier tipo de transacción con Cuba. No sé si es consciente de que, por ejemplo, el UBS, muy conocido, ha cerrado la cuenta de la Representación Permanente de Cuba en Ginebra.

¿Cuándo fue eso?

Esto ocurrió el año pasado. La embajada se vio obligada a cambiar del UBS al Post, porque el UBS se negó a continuar las relaciones con Cuba. Sin embargo no puede olvidar que hace tres años el UBS había sido obligado por el Departamento del Tesoro de EE.UU. a pagar a causa de negocios financieros con Cuba. Hoy por hoy, han suspendido totalmente sus relaciones con nosotros.

Estamos ante un verdadero problema con este asunto. Quiero explicar rápidamente cómo se ha convertido en algo tan complicado.

Como miembro de la Naciones Unidas estamos obligados a pagar nuestra contribución a diversas organizaciones internacionales con sede en Ginebra. La mayoría de las cuentas de estas organizaciones internacionales se encuentran en el UBS. A causa de la posición del UBS contra Cuba, no podemos transferir directamente ni un céntimo de nuestro país, de La Habana, a las cuentas de estas organizaciones internacionales. Estamos hablando de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de muchas otras. Así que estamos obligados a enviar nuestro dinero a un banco en Alemania o en Zürich y desde allí hacer una transferencia a UBS.

Ustedes podrían decir, que no pasa nada, que el pago se realiza finalmente. Pero esto nos está suponiendo pagar mucho más dinero a causa de las tasas que gravan esas transacciones. Nadie sabe nada de esto. La gente cree que algo tan sencillo como las transacciones para el pago de las aportaciones a las organizaciones internacionales no supone un problema para Cuba. Pero sí que lo supone y todo a causa del bloqueo.

¿Entonces el Gobierno no está teniendo que tomar medidas a causa de la actual crisis económica?

Como ustedes saben no podemos utilizar el dólar debido al bloqueo estadounidense. Estamos obligados a realizar nuestras transacciones internacionales en euros u otra moneda extranjera, exceptuando el dólar. Nuestro sistema económico no está vinculado ni con el estadounidense ni con otras instituciones internacionales. Pero por supuesto que también nos vemos afectados a causa de los acontecimientos mundiales. De todas maneras no tenemos que nacionalizar nuestros bancos; eso ya lo hicimos hace 50 años.

Me gustaría volver a un punto que me parece importante. Los problemas financieros no están teniendo graves consecuencias para ustedes, pero ¿qué significa la crisis para el comercio mundial, para los intereses económicos? En mi opinión, no todas las personas tienen a su disposición suficientes alimentos. En su país han solucionado ese problema ya que, por ejemplo, las personas tienen huertos e intentan de esta forma obtener suficientes alimentos. ¿Puede contarnos algo al respecto? Jean Ziegler y su acompañante han informado sobre eso. Su acompañante estaba muy entusiasmado de cómo se afronta ese problema para tener así suficiente alimento. ¿Sería quizá todo esto un modelo para otros países?

Me gustaría aclarar algo. Se refiere a los datos materiales que Ziegler y la Organización Mundial de Alimentos (FAO) tienen a su disposición, en los que se dice que se producen suficientes alimentos para todos. No es un problema de escasez de producción o de disponibilidad. El mundo está incluso en la situación de poder producir más alimentos, comida para todos nosotros. El problema recae en otro punto; el problema está en la distribución, en el control, en los precios y en el control por parte de transnacionales que especulan con los precios.

En lo referente a nuestro caso, efectivamente, el señor Ziegler ha visitado Cuba el año pasado. Y ha redactado un informe muy interesante.

¿Cómo solucionamos el problema? Pues regulando la distribución. A mí me resulta difícil explicarlo pero hay una muy buena explicación en el informe escrito en inglés por el señor Ziegler. En lo esencial, tenemos dos sistemas. Uno sería la distribución supervisada por el Estado; los precios son asequibles para todos. A este sistema lo llamamos “la libreta” (de Libreta de Abastecimiento). Es una carta de racionamiento. Con este sistema ponemos a disposición de todos los cubanos y a un precio muy asequible, cantidades limitadas de azúcar, arroz, aceite y de otros alimentos básicos. Esta distribución la realiza al completo el Estado, que es el responsable de la alimentación de los habitantes. No se tienen en cuenta las pérdidas económicas. Por supuesto que esto no es suficiente, pero de esta forma tenemos la posibilidad de garantizar un mínimo para todos, para que nadie muera o pase hambre.

Si alguien quiere tener más, y puesto que las personas estamos siempre interesadas en el consumo, existe el mercado libre en el que se pueden encontrar alimentos, que por supuesto, están a otros precios. Este es el otro lado del sistema. Este mercado libre está manejado por agricultores de economía privada que tienen sus propios precios.

En consecuencia, tenemos dos posibilidades complementarias para garantizar el derecho a la alimentación de todas las personas en Cuba. La distribución llega a todos. Esa es la piedra angular.

¿Es cierto que en Cuba no existe el problema del hambre?

Es cierto. Pueden revisar los datos de la FAO y del profesor Ziegler de cuando estuvo en Cuba. Ningún niño está desnutrido; ni un sólo niño ha muerto de desnutrición. Tenemos estándares en sanidad y de esperanza de vida que son extraordinariamente altos como consecuencia de esta forma de actuar básica. Creo que en la práctica ha dado buen resultado, es un buen ejemplo.

Hay otro aspecto que es también muy importante: algunas personas tienen enfermedades graves y el Estado les suministra alimentos adicionales y medicamentos. A veces pueden necesitar una medicina concreta que no se produzca en Cuba, así que el Estado tiene que comprar esa medicina en el mercado internacional. Y el Estado pone esa medicina a disposición de los cubanos que lo necesitan a un precio especial. Esto significa que cada persona que sufre una enfermedad crónica recibe ayuda adicional del Estado, tanto en lo referente a las medicinas como a los alimentos.

¿Cómo ve usted el acercamiento de Rusia a los Estados latinoamericanos? ¿Cómo lo interpreta? ¿Es una reacción a las pretensiones estadounidenses en Europa del Este y Asia? ¿Es una reacción a esa actitud? ¿Cual es su opinión? Usted sabe que Rusia trae armas a Venezuela, ¿se puede interpretar ese acercamiento como un tipo de reacción?

Déjeme contestarle de forma sencilla. Usted ve que Rusia está recuperando su papel en el campo internacional. Sin embargo ocurren cosas raras. Para los medios de comunicación o para la comunidad internacional es normal que la cuarta flota de la Marina de los EE.UU. se pasee por Latinoamérica y el Caribe. Esto es normal para todo el mundo. Pero si hay tres barcos rusos, ¡es un escándalo!

Por otra parte se encuentra actualmente en el puerto de La Habana un barco británico que llegó para ayudarnos en la lucha del narcotráfico y para el entrenamiento de acciones en catástrofes. Pero esto es normal para nosotros. Ese es mi argumento. Pero lo principal para mí, volviendo a su pregunta, es que Rusia está recuperando su papel en el ámbito internacional. Procuran trabajar por un mundo multipolar, el mundo que necesitamos. Lo necesitamos porque el mundo unipolar en el que hemos vivido desde los años 90, no es sostenible. Así que Rusia ha recuperado su lugar internacional y trabaja por un mundo multipolar. Así de sencilla es la respuesta.

¿Cómo ven ustedes su papel en el Consejo de los Derechos Humanos? ¿Cuales son sus impresiones, cómo lo percibe?

Primero, para la comprensión del Consejo de Derechos Humanos es necesario conocer el pasado. La anterior Comisión había caído en el descrédito. Fue una institución muy desafortunada como resultado de su politización y de sus actividades, de la imposición durante muchos años de apelaciones contra Cuba. Ahora existe otra situación, una situación nueva, sin la injusta resolución que la anterior Comisión había impuesto durante tantos años contra Cuba. Con el nuevo Consejo ha desaparecido la orden contra Cuba, que tenía únicamente motivaciones políticas.

Cuba fue miembro fundador del Consejo de los Derechos Humanos. Y estamos trabajando bajo nuevas y diferentes condiciones. Esta institución fomenta la cooperación en el campo de los Derechos Humanos. No más distanciamientos, no más reproches, no más acusaciones, como existían en la desacreditada Comisión anterior. Y por supuesto nuestro planteamiento y nuestra reacción ante el nuevo Consejo de Derechos Humanos se diferencian mucho de los que tuvimos anteriormente.

En el otro lado se encuentra el autoproclamado campeón de los Derechos Humanos, los EE.UU. Ellos no son miembros del Consejo. Más aún, han decidido abandonarlo y no tienen ni siquiera estatus de observador. ¿Por qué? Simplemente porque la situación en el Consejo es completamente diferente. Han recibido muchas críticas por esa actitud.

Como consecuencia de la nueva dinámica en el campo de los Derechos Humanos decidimos firmar dos importantes tratados: el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

Hemos invitado a Cuba al relator especial de la ONU, el señor Jean Ziegler. Estuvo allí. Estos gestos demuestran el compromiso y la consolidación que habíamos prometido si cambiaba el ambiente en la institución, si se promovía la cooperación; estamos siempre preparados para la cooperación. Pero las imposiciones, la politización y la manipulación no las aceptaremos nunca. Nosotros medimos la política cubana en el Consejo de DD.HH. Esencialmente, ese fue nuestro proceder en la Comisión en los últimos 15 años. Esa es la diferencia fundamental.

Tenemos una nueva institución, la Revisión Periódica Universal (RPU). La RPU supone que cada país envía una serie de informes generales periódicos, incluso nosotros.

Esta institución es importante y se diferencia considerablemente de las últimas. Antes era muy sencillo. Los estados occidentales venían con una resolución, vergonzosa, acusatoria; la presentaban, la imponían y se iban de paseo. Eso no servía para nada. La RPU es para todos, es universal, y cada uno es libre de hacer preguntas, aportar comentarios e inspeccionar un país. Después de 4 años cada uno debe responder, debe presentar ante el Consejo y para la comunidad internacional los resultados obtenidos y compararlos con los del anterior examen.

Me gustaría volver a lo que ha dicho sobre los rusos y la necesidad de un mundo multipolar. ¿Podría decir algo sobre el futuro de su país? ¿Hacía dónde va el camino que han tomado? ¿Cuáles son sus perspectivas?

Nosotros tomaremos nuestro propio camino. Aprendiendo, por supuesto, de los demás, de las diferentes experiencias, pero esencialmente seguiremos nuestro propio camino. Conozco los comentarios de las diferentes informaciones de los medios internacionales sobre los posibles cambios en Cuba. Tras 50 años de Revolución, Cuba ha creado una serie de condiciones y ha demostrado su éxito. No quiero decir que seamos perfectos, porque no lo somos. Sabemos que tenemos que mejorar algunas cosas, pero tomaremos nuestro propio camino y llevaremos nuestro propio ritmo. Intentamos hacer realidad los pensamientos que en el siglo XIX tenía nuestro héroe nacional José Martí: Crear una sociedad en la que haya justicia para todos. Nunca estaremos completamente contentos hasta que no hayamos construido una sociedad nueva y diferente, que permita en la realidad la justicia para todos los cubanos. Llevamos ya 50 años en ese camino, pero continuaremos en él. Para mí, el futuro significa más Revolución y más socialismo y lo hacemos realidad a nuestra propia manera y con ello mejoramos nuestra sociedad.

Muchas gracias.

Gracias a ustedes por darnos la oportunidad de poder mostrar nuestra visión y nuestros conceptos •

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1. Memorandum del Subsecretario de Estado asistente para Asuntos Interamericanos (Lester D. Mallory) al Subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos (Roy R. Rubottom jr.). Departamento de Estado, Archivos Centrales, 737.00/4-660, Secreto, redactado por Mallory, en “Foreign Relations of the United States” (FRUS), 1958-1960, Volumen VI, Cuba: (Washington: Oficina de Imprenta Gubernamental de los Estados Unidos, 1991), p.885. “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro. No existe ninguna verdadera oposición política.[...] el único medio posible para aniquilar el apoyo interno, es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria [...] Tenemos que poner en marcha de inmediato todas estas medidas para [...] provocar el hambre, la desesperanza y la caída del gobierno”

http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=6643&lg=es