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El más fascinante de todos es el almendro
Publie le Lunes 4 de septiembre de 2006 par Open-Publishingpor Al Faraby
¿Te has tomado el tiempo para escuchar un árbol alguna vez en tu vida?
Tienes que tener un oído sensible, porque estos seres no hablan alto. Todo está en el viento. Las hojas se mueven, luego las ramas y acaba el árbol balanceándose al viento. Después del viento llega el sol. Las hojas que filtran la luz. Sombras que se proyectan y sombras que no. El verde que juega con el azul y el marrón. Es la danza de los colores, de cada matiz. La paleta de Picasso se sonroja de vergüenza, con celo y con envidia. El pintor se ha vuelto loco. Vincent se ha cortado la oreja.
El más fascinante de todos es el almendro.
Es el primero en hacer brotar sus flores blancas con un corazón rosa. El árbol de mi infancia está aún ahí, bajando el camino que conduce al pueblo. Es un viejo solitario que conoce todos nuestros secretos. Es testigo de nuestras desgracias y fortunas. Ha visto partir a los más viejos, y llegar a los enamorados. Ha oído a los niños crecer y todos sus secretos.
El más fascinante de todos es el almendro.
Recuerdo que durante la Pascua, acostumbrábamos cortar los gajos pesados, repletos de almendras verdescon las que nosotros hacíamos un ramo con amapolas. Yo lo oía reír de alegría. El me decía: "Sigue, chico, coge tantas como quieras, conozco a tu novia también".
Le escuchaba bromear: "¿Estás celoso, verdad?"
Su risa era tierna, y el viento cálido de primavera nos embriagaba a los dos, a mí de amor y a él de almendras.
Yo corría hacia el pueblo con mi ramillete verde, rojo y negro en la mano. La misa debía ser oficiada . Mi ramo debía ser bendecido antes de ofrecerlo en secreto a quien yo amo.
En este momento ella está sentada aquí, próxima a mí. En sus brazos, Narjas, nuestra pequeña hija, está durmiendo. ¿Será que está soñando? ¡Tal vez no!
El camino ha sido tan largo. Llegamos al pueblo. Todas las casas aparecen demolidas, la iglesia también. La plaza está destruída. Las rutas están hechas un lío.
Cojo la carretera que conduce a casa. Salgo del pueblo.
Al llegar al cruce, siento que ha ocurrido una inmensa desgracia. Miro a mi amada, ella me mira también. Ella adivina mi desesperación y me aprieta fuertemente el brazo.
"¡Vamos, adelante!", parece decirme.
Voy lentamente por el camino estrecho, como por pudor, como por respeto, como si me aproximara a un cementerio.
Miro hacia delante... veo a mi viejo amigo todo quemado.
Ellos incluso han incendiado el almendro.
Narjas todavia está durmiendo. ¿Será que está soñando? ¡Tal vez no!
Texto original en francés: http://bellaciao.org/fr/article.php...