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El papel de la izquierda peruana: papel de tigre o tigre de papel

Publie le Lunes 8 de mayo de 2006 par Open-Publishing

El papel de la izquierda peruana: papel de tigre o tigre de papel

José Justo Calderón Dongo*
MARCA

Hace unos días en un titular de Rebelión, Gustavo Espinosa M., sostenía en su artículo titulado “Perú: con una piedra en el pecho. Sobre la reyerta entre Chávez y el candidato peruano Alan García”; que el papel de la izquierda peruana debía ser otro, a propósito de los acontecimientos últimos de las relaciones bilaterales, que inciden de manera sustancial en la propaganda, en las elecciones y sobre todo en la visibilidad o invisibilidad de la izquierda.

“Una Izquierda que se respete -decía Gustavo - pudo, y debió, salir al frente de esa campaña desnudando su intención aviesa y desenmascarando la esencia de una postura que sólo beneficia al amo imperialista y a sus sirvientes locales”. Mi posición es de absoluta identificación con esta perspectiva, y más
.
A riesgo de ser motejado de gorila o de pro o filio gorila 1 , tengo que decir a nombre mío y al de la organización de la que soy parte, que nuestra simpatía con el proceso Venezolano es absoluta, de idéntica forma con su mandatario y con las diversas acciones que emprende éste.

A pesar que muchas veces Hugo Chávez pareciera que no se toma en serio a sí mismo, la situación es otra cuando uno conoce a profundidad el proceso bolivariano enfrentado diametralmente al imperio.

En las décadas de los discursos y las verborreas rabiosas y radicaloides de 1960 y 1970, muchas izquierdas (hartas y hartas), deseaban con todo su rojo corazón ser anti imperialistas. El paisaje era tan variopinto que incluso algunas llegaron a denostar el blue jeans por considerarlo el símbolo por antonomasia del imperio. Creo que incluso hoy algunos guardamos en nuestros fueros internos aquellas viejas reliquias. Todo lo yanqui era causa de invectiva, e incluso en las pequeñas sectas de algunas izquierdas, se sospechaba de formas y modos. Todo lo yanqui era malo, malhadado, demoníaco. Sin embargo, a pesar de todas las rabias contenidas, a pesar de todas las bilis manifiestas, a pesar de todos los odios de clase y otros odios; nada se pudo hacer, el tiempo pasó y muchos anti imperialistas declarados así en el ayer, hoy ponen contra la pared a los que sí han logrado y de forma desmedida poner en práctica esos discursos.

Pero la realidad supera la fantasía, no es nada épico enfrentar al mayor de los horrendos dragones, no se le puede encarar con espadas y caballos blancos, y rescatar a la doncella de sus monstruosas garras. Esta literatura esta desfasada. Gabriel García Márquez tuvo que crear Macondo en el gran Caribe, para que pudieran nacer Melquíades, José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán, y fruto de ellos el coronel Aureliano Buendía. De este mismo caribe, y con otra realidad menos mágica y más negra, con la religión de México
a cuestas “Tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos”, de este mismo universo macondiano, caribeño, surge un personaje que no necesita de textos, de novelas o cuentos, para creer que es verdad que existe. Más bien a él concurren panfletos y panegíricos contrarrevolucionarios, que invocan y proclaman que este personaje no existe. No es que Chávez no se tome en serio su trabajo y su forja, es que no podría hacerlo de otro modo, no podría prescindir del blue jeans para enfrentarse al mayor de los horrores que asecha y asola nuestra América, no se queda en discursos rabiosos y en rabias reprimidas, en odios y en onanismos rebeldes.

Coyuntura electoral y real maravillosa

Ollanta, un personaje de la literatura quechua. Vargas Llosa, tanto el padre como el hijito, dos escribidores que sin hacer ficción se sienten parte del universo intelectual, ajenos a protagonistas quechuas, por que para ellos es muy difícil pensar más allá del servilismo y la consigna imperial. Alan García Pérez un orate traga litio, personaje fugado o inspirado en la novela “El otoño de patriarca”, al que decirle “ladrón de cuatro esquinas” es un eufemismo que no se hubiera permitido el Gabo. La Izquierda peruana, alimentada por José María Arguedas, y su socialismo mágico; por Manuel Scorza, con su Héctor Chacón y sus redobles por su muerte acaecida luego de ser candidato a la vicepresidencia del país; fundada por el gran Mariátegui que no estuvo lejos de la ficción; una izquierda mágica, religiosa, creadora y también anonadada.

Todos estos personajes confluyen en la realidad de hoy, maravillosa, electoral, y obscena.

Pero también han asistido al concierto, el Chávez del caribe macondiano, a ayudarnos en nuestro proceso casi literario (no sólo literal), a enfrentar a la kakistocracia que quiere volver a la ofensiva.

Allí es donde los torvos y miopes hombres de “izquierda”, rompen con la obra, no quieren asumir su papel protagónico en la realidad, Que ya no es tal, ahora es suya... nuestra. La que podemos y tenemos que inventar, la realidad del sueño del pongo, de la vitalidad de los poderes de Rasu Ñiti, del mundo ancho y nuestro; la hora de ver con los ojos del nictálope Chacón, y encontrar en las brumas el pan y la belleza. No. No. Volvemos lo ojos locos y todo lo vivido se empoza, como charco de culpa en la mirada. Y continúan los golpes más fuertes que el odio de dios.

Qué hacer?

Es una obra de Lenin, que sostiene pasar de la etapa de artesanos políticos a la de profesionales, sostenidos en la unicidad de la teoría, la acción y la propaganda.

Qué hacer, nos preguntamos ahora. La respuesta es asumir nuestro papel de tigres y abandonar el de tigres de papel. La teoría esta dada, combinémosla con la ficción e inventemos la realidad.

Tomemos a Chávez del Caribe macondiano, como un aliado, y actuemos como interlocutores, y salgamos al frente de esta campaña. Chávez es amigo, esta de nuestro lado, es de los nuestros. Nuestro deber es defendernos, armarnos para cuando seamos hegemónicos sepamos hacerlo.

Convirtamos la propaganda en una acción conjunta de discurso-acción, coherencia ante todo, consecuencia en lo que decimos (decíamos, soñábamos, ansiábamos ayer), y lo que hacemos hoy.
Gustavo Espinoza exhortaba a una izquierda que se respete, por eso creemos que podemos respetarnos inventándonos. Comencemos por inventarnos junto a Ollanta, a Héctor Chacón que le diera libertad Velazco, a Rasu Ñiti, a...

*Investigador de la Multiversidad MARCA

1 Jesús Mosterín sostiene que somos “primos hermanos”.

2 Gobierno por los peores; estado de degeneración de las relaciones humanas en que la organización gubernativa está controlada y dirigida por gobernantes que ofrezcan toda la gama, desde ignorantes y matones electoreros hasta bandas y camarillas sagaces, pero sin escrúpulos (Diccionario de Sociología, Henry Pratt Fairchild, Editor, Fondo de cultura Económica, México, 1987, pág. 166)