Portada del sitio > Inmigración: la constitución de un ejercito capitalista de reserva
Inmigración: la constitución de un ejercito capitalista de reserva
Publie le Miércoles 23 de agosto de 2006 par Open-PublishingEste escrito quiere tratar un fenómeno que se observa en España, y que posiblemente se produzca por igual en otros países.
Se trata de la promoción de corrientes de inmigración desbordada que conducen a la presencia de inmigrantes de culturas no europeas en el seno de un país europeo que "disfruta" de un recorte de derechos sociales, de un paro estructural notable, de un endurecimiento de las condiciones de vida cotidiana, (inasequibilidad de la vivienda, degradación salarial, desmontaje por la vía lenta del sistema de seguridad social...).
Ese panorama conduce a un enfrentamiento entre miembros de la clase trabajadora: unos de la cultura autóctona y otros de procedencias culturales tan diversas e incluso contrarias que impide de hecho una asociación basada en el interés de clase entre ellos, pues las ilusiones ideológicas (culturales, religiosas, de costumbres...) les lleva a percibirse como diferentes e incluso como opuestos.
La inmigración desbordada que en España se manifiesta especialmente con la renuncia del Estado a establecer una política de inmigración factible, y que consagra la irregularidad de muchos inmigrantes, tiene en el fondo una motivación que los fundadores de la izquierda denunciaron históricamente: establecer un "ejercito de reserva", una abundancia artificial de mano de obra en un determinado mercado, para que los salarios deban ir a la baja y así hacer factible una degradación de las condiciones de contratación y de la vida de los trabajadores.
Los medios de comunicación de la burguesía han lanzado desde hace ya demasiados años una campaña de estigmatización contra toda opinión que se muestre en desacuerdo con el panorama. En esencia se acusa de racista a cuanta postura se perfile que pida la aplicación de un principio socialista básico: el de administrar los asuntos en lugar de dejarlos a su propia dinámica y deriva. Del mismo modo se olvida un principio socialista igualmente básico: el de que para que algo sea posible han de cumplirse las condiciones necesarias.
La propia izquierda española se ve atrapada en esta situación, pues frente a una trayectoria histórica en la que luchaba por crear las bases para que los fenómenos sociales y económicos no disgregasen a la clase trabajadora, ahora sigue la cantinela franciscana y paternalista que en realidad postula una actitud "caritativa" con los "pobres hambrientos" que del tercer mundo acceden a una España a la que se define como próspera y con capacidad de acoger gracias al efecto beneficioso de las políticas sociales y económicas neoliberales.
La inmigración en España es un gato fiero al que nadie se atreve a ponerle su cascabel.