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Intolerancia y represión, principales reclamos que escuchó Marcos en Jalisco

Publie le Miércoles 5 de abril de 2006 par Open-Publishing

Denuncian que en el estado dos actores concentran el poder: el cardenal y
el gobernador

por HERMANN BELLINGHAUSEN

Zapotlán El Grande, Jal., 22 de marzo. En su camino a la tierra del gran
Juan José Arreola ("Yo, señores, soy de Zapotlán El Grande"), la caravana
de la otra campaña se detuvo en Sayula. Un lugar que, bajo la falsa
apariencia de apacible provincia jalisciense se ha vuelto invivible para
la juventud. Y hasta que llovió en Sayula una voz de protesta en donde el
alcalde es un ex oficial del Ejército federal, que según testimonian los
jóvenes concibe a la policía como grupo paramilitar que incluso los ha
torturado hasta la muerte, y al gobierno como una extensión de los cuarteles.

En Sayula se han organizado bandas y grupos juveniles para defenderse de
la violencia, a veces atrapados en espirales violentas ellos mismos. Un
representante del colectivo Bandera Negra denunció que ya han "probado"
gobiernos del PRI, el PAN y el PRD. "Siempre igual, pues detrás quedan los
mismos señores". Hace unos años, en Sayula estaba vedada la plaza central
al paseo de los pobres. Ahora, el "desarrollo" neoliberal amenaza con
proscribir todo el centro histórico a los pobres, los indios y los jóvenes
de aspecto "anormal" o rebelde.

Al retomar su camino, la caravana de la otra campaña llegó a Ciudad
Guzmán, donde se efectuó un encuentro con adherentes y simpatizantes en el
auditorio de la escuela normal rural, que resultó insuficiente para
recibir a los asistentes. Colectivos urbanos, como el "del 85", formado
tras el terremoto de ese año, pues como se recordará, el sismo que sacudió
al Distrito Federal también golpeó esta ciudad, y aquí también de la
destrucción surgieron la solidaridad, la organización y la resistencia,
que por lo visto siguen vivas.

Colectivos también de anarcopunks, que entre la ira y la ternura demandan
espacios de encuentro y tianguis sin ser reprimidos por la policía. Por
cierto, hay que reconocer que los anarcos, los punks y sus variantes
autóctonas, siempre de negro pero con diferentes estilos capilares, se
encuentran extendidos por todo el país, y poseen una identificación
persistente con el zapatismo, y ahora con la otra campaña. Los de aquí,
además de hacer fanzines y tocadas autogestionarias, practican el
colectivismo y celebran el Día de Muertos con ofrendas de cempasúchiles en
memoria de "los caídos en la lucha".

Campesinos de al menos siete municipios de la región desfilaron ante el
delegado Zero, exponiendo los inminentes peligros de despojo de tierras,
bosques y agua. La contaminación del río Santiago Lerma alcanza una
gravedad escandalosa. Dicen que las emanaciones amoniacales del río
provocan mareos y hasta desmayos a ciertas horas del día. El sistema
agroindustrial que impera en la zona, y recoge los contaminantes
industriales de Guadalajara y otras áreas urbanas del estado, amenaza las
tierras y la salud humana, según testimonios presentados en la sesión de
la otra campaña. También regresan las denuncias contra la programada presa
de Arcediano, que daría la puntilla a grandes extensiones rurales e
incluso urbanas.

Pero también se desarrollan experiencias como la Red de Alternativas
Sustentables Agropecuarias, que lucha en San Isidro, Juanacatlán, La
Ciénaga y otros municipios "contra los burgueses y las trasnacionales
apoyadas por el gobierno". Los activistas que se oponen a las presas
demandan detener la construcción de hidroeléctricas, la recuperación de
las cuencas fluviales y el control eficaz de la contaminación.

La otra campaña "es la única alternativa pacífica, cívica y digna para
transformar el país", dijo Martín González, profesor universitario,
investigador independiente y promotor de la otra campaña en Zapotlán El
Grande. La comunidad de Nueva Esperanza, que ocupó tierras en 1992 y logró
reconocimiento, ahora se considera amenazada por el Procede, las
privatizaciones y las trasnacionales, que "son un cáncer".

A su arribo a Ciudad Guzmán, el subcomandante Marcos visitó la Casa del
Arte, para conocer el mural "Sueño y pesadilla del poder" de Antonio
Ramírez, quien junto con su compañera, la pintora mazateca Domi, sus
hijos, nietos y demás pupilos, sostienen en Guadalajara el Colectivo
Callejero y la Casa de las Preguntas, y con ello una auténtica factoría
renacentista de creación artística que ha acompañado al zapatismo desde
hace más de una década.

El propio Ramírez advirtió hoy: "No pretendo ilustrar el zapatismo", cosa
que en efecto no han hecho él ni Domi. Más bien lo han iluminado, en el
doble sentido de la palabra: le han dado luz, y también colores. El fresco
de Ramírez recuerda a qué grado su obra, casi toda en cuadros, posee un
impulso muralístico, de manera similar a lo que sucede con el muralista
José Clemente Orozco (el más universal de los jaliscienses universales,
por cierto).

Poblados de personajes y figuraciones inspiradas en el zapatismo
chiapaneco, los dos muros y dos arcadas que abarcan el mural son prueba de
la poderosa elocuencia corporal de la obra de Antonio Ramírez, volcada
ahora a los muros, y uno descubre que ese es su sitio natural. Están el
viejo Antonio, las encarnaciones de Votán, el gigante del poder voraz y su
espejo traspasado por un jaguar internándose en la selva donde acechan
rebeldes encapuchados. En otro muro, una asamblea de hombres desnudos y
libres es inundada por una ola de la mar, de un azul vivísimo que
constrasta con las tonalidades mate del conjunto.

Pintado en 2000, y más allá de su contenido político de fuerte ascendencia
expresionista, "Sueño y pesadilla del poder" está al nivel de la estupenda
obra gráfica y pictórica de Antonio Ramírez, siempre electrizada por una
poderosa percepción del dolor y el placer humanos, la violencia, el
horror, y también la liberación luminosa.

Los otros tapatíos

En una sociedad civil lastimada y ofendida por el régimen panista de
Ramírez Acuña en grado superlativo, destaca la cicatriz dejada por la
represión policiaca y judicial el 28 de mayo de 2004, un acontecimiento
indeleble en la juventud de Guadalajara. La reunión vespertina de la otra
campaña, que llenó a tope este martes el auditorio Salvador Allende de la
Universidad de Guadalajara, reveló la gran complejidad social en la
capital jaliciense, y la persistencia de ofensas que el autoritarismo
conservador no deja de ahondar día con día.

Como expresó Gabriela Juárez, los sucesos que marcaron su vida y la
llenaron de coraje y rebeldía son la represión a los altermunistas que
protestaron el 28 de mayo (fueron agredidos, luego reprimidos, torturados
y centenares de ellos encarcelados) y las explosiones del 22 de abril de
2005. Las dos caras de un mismo estado de cosas.

De ahí el valor catártico de la otra campaña, que "no sólo da la
oportunidad de hablar, sino que renueva la esperanza para luchar contra el
gobierno fascista de Jalisco". Aquí se aplica una "política de Estado,
donde los jueces son manipulados por el Ejecutivo". Donde los cuerpos
policiacos son la cara del gobierno autoritario para los ciudadanos.

Como expresó otro participante, en Jalisco parecieran existir sólo dos
actores, a cual más de conservadores, que concentran el poder: el cardenal
Sandoval Iñiguez (el "cavernal", le dicen) y el "mafioso" gobernador
Ramírez Acuña. Estos días, un diario local aseguraba, y no precisamente en
tono crítico, que el primero es la personalidad más influyente de la entidad.

En la tumultuosa reunión de adherentes y simpatizantes con el delegado
Zero hubo de todo: ex guerrilleros que no se han dado por vencidos después
de la cárcel, el exterminio de sus compañeros y la destrucción de sus
utopías; trabajadoras sexuales que buscan la autogestión y acusan a los
policías tapatíos como "los mayores corruptos" y los que las extorsionan;
gays excepcionalmente orgullosos de su preferencia sexual; uno de ellos se
atrevió a besar la mejilla de Marcos, pasamontañas de por medio.

Indígenas migrantes que aprenden a levantar la voz; muchachas que quieren
vivir en una ciudad que las respete; una educadora que busca opciones
alternativas y progresistas, sólo para ser reprimida directamente por el
gobierno estatal; miembros de la Asociación Latinoamericana de Medicina
Social, capítulo Guadalajara, que buscan una salud humanizada; promotores
de la medicina holística y alternativa; sindicalistas de la UdeG y de
Euzkadi; defensores de derechos humanos.

El presidente de la Asociación Jalisciense de Judo denunció la corrupción
de la Codeme y las autoridades deportivas del estado, donde priva la
injusticia. "Tenemos dos enemigos: el hombre que pisa al hombre, y el
hombre que se deja pisar".

Un artista callejero, casi a ritmo de rap, se presentó como "abridor" de
los grafiteros y reiteró la intensidad de la represión policiaca. Hubo
ambientalistas que abrieron el debate sobre la programada presa de
Arcediano, la cual traerá nuevos desalojos, hurtos masivos (y "legales",
claro) de agua, y destrucción ecológica.

Tan hubo de todo que hacia el final tomaron el podio tres jóvenes de
aspecto paramilitar y un tanto fanático, vestidos de blanco y negro, corte
de cabello castrense, portando una misteriosa insignia triangular. Se
presentaron como "miembros de un grupo estudiantil autónomo" sin nombre
por lo visto, y recurriendo a una oratoria encendida y melodramática, con
un discurso anticomunista y protofascista, cuestionaron el "financiamiento
trasnacional" del EZLN, emplazaron a Marcos a quitarse el pasamontañas, y
con el puño derecho en alto y las venas del cuello ingurgitadas,
respondieron al abucheo generalizado con extraños vivas al EZLN.

Hubo anarcopunks, miembros del movimiento urbano popular, comunistas,
promotores de la cultura y, claro, muy destacadamente, miembros del
Movimiento 28 de Mayo.

En unas cuantas horas, la otra campaña actuó como revelador de las
entrañas de la sociedad tapatía. Como de por sí la va haciendo por muchos
lugares donde pasa, donde es recibida por adherentes, seguidores y uno que
otro antagonista abierto o encubierto.

http://www.jornada.unam.mx/2006/03/23/016n1pol.php