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La sociedad civil ante la indecisión. ¿Quién tiene la verdad?

Publie le Jueves 6 de julio de 2006 par Open-Publishing

La sociedad civil ante la indecisión. ¿Quién tiene la verdad?
Jueves 6 de julio de 2006.

En México, toda la ciudadanía está pendiente de quién va arriba y quién va a bajo en los nuevos conteos; hay que revisar la televisión y las páginas del IFE segundo a segundo porque nada está escrito aún. Esto sucede mientras los candidatos se desgastan en declararse vencedores, aunque se cuidan de hacerlo de forma “no oficial”. Mientras que los miembros del tribunal electoral cuentan actas y los representantes de los partidos vigilan, mientras que las páginas de Internet cambian segundo a segundo. Esto sucede mientras que los miembros de toda la sociedad mexicana seguimos nuestras vidas, seguimos levantándonos temprano, seguimos acudiendo al trabajo para continuar con las actividades laborales que, por cierto, siguen presentándose de manera normal porque la vida sigue. Seguimos en contacto con nuestros amigos y familiares, con nuestros compañeros de trabajo; la vida sigue, las compras en los supermercados, en los tianguis, la compra del fin de semana, la comida con los cuates, las reuniones en casa, las vacaciones de los niños y de los que pueden gozar de ellas; el ejercicio diario, en fin, tantas actividades que ocupan nuestras vidas día con día.
En todo esto hay algo diferente, por más que se trate de actividades cotidianas que conforman nuestro universo personal. Lo diferente hoy es muy claro: la división de la sociedad civil.
Hoy no podemos estar desinformados, tenemos que estar atentos a todo, a cualquier cambio, a cualquier declaración, a cualquier cosa, somos parte de esta sociedad y lo que está sucediendo nos obliga a ello. Hay que informarnos con responsabilidad, “para que no nos cuenten”, no porque tengamos tal o cual formación, no porque creamos tal o cual cosa, no desde una trinchera que nos impida aceptar la verdad, hay que hacer de ella un espacio abierto, para estar listos, siempre y cuando ésta sea la única y la verdadera. Pero, ¿cómo llegar a ella?
Personalmente, creo que hay que ser responsables para no creer lo primero que llegue a nuestras manos; desde mi personal punto de vista, un tanto moldeado por una formación académica que a mi parecer es seria (y puede no ser la indicada), debemos tomar de aquí y de allá. No olvido las palabras de mi mentora francesa que siempre me decía “debes dudar de todo hasta que te convenzas por ti misma”.
Sin embargo, entre más escuchó los noticieros, que trato de que sean serios y analíticos, y entre más leo la prensa, que también trato de que sea seria, me doy cuenta que TODOS estamos perdiendo algo muy importante en todo este lío de recuento de votos y de reclamos y acusaciones, y no es otra cosa que la poca unidad que nos queda a los mexicanos. Ahora todos estamos divididos, unos creemos una cosa y otros otra. Estamos empezando a enojarnos por las noticias que escuchamos, que leemos y que buscamos, con los comentarios en el trabajo, con los compañeros de trabajo; sabemos que las cosas se están poniendo difíciles y espinosas, complicadas entre nosotros mismos: compañeros de trabajo, amigos, familiares y hasta parejas.
¿Cómo afecta esto a nuestra vida diaria? Creo que de manera contundente pues me doy cuenta que ya empezamos a molestarnos por lo que diga nuestro compañero que está a nuestro lado, con quien comemos diariamente, con quien compartimos nuestras ideas y nuestras inquietudes. Los comentarios van y vienen y nosotros empezamos a dudar de lo que hasta hoy creíamos, porque son tantas las opiniones y declaraciones de candidatos, de analistas, de políticos, de periodistas, de académicos y, sobre todo, los comentarios y percepciones de todos los mexicanos que manifiestan sin cesar, que ya no sabemos qué creer.
Estoy molesta porque me siento como la pelota de futbol que va y viene de los pies de uno y otro candidato. Estoy molesta porque todo este lío está haciendo que nos enfrentemos y es aquí cuando hay que mantener la cabeza fría y los pies en la tierra.
No me gusta lo que se avecina pero tampoco me gusta escuchar comentarios irresponsables de quien cree que esto va a desatar una guerra entre mexicanos, ¿una guerra civil? No me parece que esto tenga que rondar nuestras cabezas, lo que sí debe preocuparnos es que no debemos descansar por encontrar la verdad, y debemos aceptarla conscientes de que seremos parte de ella, siempre y cuando estemos convencidos de ello. Sin embargo, tampoco debemos entrar en pánico y creer que ahora debemos vernos desde trincheras distintas sólo porque creímos en propuestas distintas; no olvidemos que tenemos que seguir con la cabeza fría y tratar de amainar las pasiones que nos pueden llevar a situaciones que estoy segura nadie quisiera ni siquiera considerar.

Alejandra Solís