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PANAMÁ: MUCHO MÁS QUE EL CANAL

Publie le Martes 20 de junio de 2006 par Open-Publishing

entre el total de empleos que, se supone, creará.

La forma en que se ha manejado el proceso
Se ha impulsado un proceso de decisión en el campo del orden público, que pone en peligro la paz social a consecuencia de no seguir el orden constitucional con el proposito de lograr una imposición.
Utilizar los excedentes (casi 600 millones) que ha aportado este patrimonio inalienable de la nación, sin consultar a quienes constituyen esta nación, si renuncian a utilizarlos en otras prioridades como la creación de empleos, la renacionalización de las empresas privatizadas y la materialización de los derechos económicos y sociales de los accionistas del canal.

La presentación de la propuesta en la OEA sin haber seguido un proceso de acuerdo nacional basado en la Constitución.

No ha sido desmentida la información proporcionada por el embajador de Panamá en Singapur diciendo que la ampliación tiene un costo de 20,000 millones de dólares.

El 3 de abril, antes de presentar la propuesta y abrir el debate, convocaron una licitación pública sobre los puertos. ¿Esto significa privatización y renuncia a la posibilidad de un puerto del Estado panameño?

Ya hay un ensanche del corte Culebra que no se está usando y tampoco se ha implementado la medida de iluminación de las esclusas. ¿Por qué?

En el proceso, antes del anuncio de la propuesta ha habido hermetismo dentro del país e información detallada afuera.

Un quinquenio de estudios, cuyo contenido ha sido negado a la ciudadanía interesada en estudiarlos.

A manera de conclusiones
Nuestra realidad se encuentra ante una encrucijada pues evidentemente el año 2006 implica toma de decisiones sobre muchos temas, pero uno de ellos, el tema del canal, cobra importancia por todo lo antes mencionado. Centrar solamente el evento en torno a la discusión “ampliación SI o NO” , como se promueve desde la ACP y desde los diversos gobiernos, desde círculos de poder y desde la oposición politiquera, sería hacer el juego mediático que esperaría el sistema que sigamos todos.

Una discusión seria, responsable, éticamente fundamentada, e inspirada desde el compromiso con el país y su gente va más allá, y amerita tener presente estas reflexiones. Es preocupante que, en nuestro país, quienes han sido designados para asumir una responsabilidad frente a los ciudadanos y en beneficio del bien común tengan como práctica frecuente marginar a los ciudadanos de la discusión democrática, inclusive, sobre asuntos que implican situación de riesgos, más aún, cuando implica más sacrificios de Panamá y los panameños, como es en este caso particular del proyecto de ampliar el canal.

Hacemos esta reflexión intentando un análisis responsable que toma en cuenta otras fuentes y no sólo aquellas afines al proyecto. El encuentro con dichas fuentes nos ha permitido tener claro que ya se ha adelantado en la ampliación de diversos trechos del canal, es decir, que en cierta forma el canal ya está ampliado. Sólo faltan los tramos correspondientes a las nuevas esclusas planteadas por la ACP según el contenido del llamado "Plan Maestro", en el que están descritas las fases diversas de este proyecto, que culmina con la puesta en funcionamiento de las nuevas esclusas tipo post-panamax. Incluso ya se ha definido la forma en que se haría la ampliación del canal y la forma de modernizarlo según lo estipulado en el Plan Maestro, tal como lo han hecho con las nuevas locomotoras de tiro (mulas), los remolcadores, sistemas de navegación y posicionamiento global, guía y administración computarizada del tránsito.

Penosamente la idea que impulsa el proyecto actual, no dista mucho de la que orientó a los intereses estadounidenses cuando se hicieron con la construcción y operación del Canal actual. Ello no fue más que responder al apetito de la expansión capitalista en pleno apogeo de un imperio (el norteamericano) y su necesidad de hegemonía mundial. Así nuestro Panamá fue usado como infraestructura de desarrollo y expansión de intereses económicos, políticos y militares externos . Esta práctica se repite en el proyecto ampliación del Canal, con la diferencia de que ahora es la globalización imperialista del capital, más el cumplimiento del sueño de la oligarquía panameña de “entrar al canal”. Se hace evidente que “se fue el amo yanqui”, pero “quedó el del patio”, y se preservan así las características del enclave, ya no colonial, ahora de paraíso privilegiado de pocos, y cuyas riquezas sólo esos pocos verán, lo demás será parte de un espejismo ilusorio y pasajero.

Con la propuesta de ampliación los intereses de Panamá y los panameños son marginados para dar paso a los intereses, esta vez, de un reducido grupo que ya conocemos, son los mismos actores de los diversos gobiernos llamados democráticos, que sólo en elecciones se visten de distintos ropajes, nos dividen y siguen ellos gobernando, por tanto tomando decisiones en “nuestro nombre”, pero para su exclusivo y privativo beneficio.

Debemos reasumir nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con nuestras familias, nuestros hijos e hijas, nuestra naturaleza, y con Panamá, pues no merecemos seguir empobreciéndonos ante tanta riqueza cuyo reparto cada vez se hace más lejano porque relegamos o quizás desconocemos la existencia de un principio humano fundamental para que merezcamos llamarnos seres humanos: la solidaridad.