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Panamá: Que las ganancias del Canal sean para el pueblo
Publie le Viernes 5 de mayo de 2006 par Open-PublishingPALABRAS DEL COMPAÑERO GENARO LOPEZ, SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO UNICO NACIONAL DE TRABAJADORES DE LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCION Y SIMILARES (SUNTRACS) EN LA MESA REDONDA SOBRE EL FUTURO DEL CANAL CELEBRADA EN EL HOTEL MIRAMAR INTERCONTINENTAL EL VIERNES 5 DE MAYO DE 2006
Señoras y señores:
El pueblo deberá decidir próximamente acerca de nuestro futuro como Nación. Los sectores oligárquicos en el Gobierno, la empresa privada y los cargos directivos de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), se aprestan a someter en un Referéndum el tema de la ampliación del Canal.
El pueblo desconoce a fondo las implicaciones reales y el contenido del proyecto. El pueblo que, en la lucha por nuestra soberanía en la franja canalera, perdió a muchos de sus mejores hijos, aparece todavía apático e indiferente sobre un tema tan crucial.
No es casual. Sobre la confusión, la desinformación y la campaña mediática vienen hace rato cabalgando los promotores de la ampliación, es decir, del Tercer juego de Esclusas. Haciendo uso de los fondos de todos los panameños se ha venido promoviendo el SI, incluso mucho antes que el Presidente Martín Torrijos, en un pomposo acto, diera a conocer finalmente dicho proyecto.
Esta ilegalidad, abuso y extralimitación de las autoridades queda plenamente de manifiesto en las publicaciones de la ACP como el Faro, en su página web, en las reuniones sostenidas con comunidades de la Cuenca Hidrográfica del Canal, en declaraciones de sus directivos, en la participación de representantes del Gobierno en foros internacionales y en las intervenciones de miembros del Gabinete ante los medios de comunicación. Ello sin que la junta Directiva del Canal hubiese aprobado oficialmente el Proyecto, tal como correspondía de acuerdo a la Constitución Nacional.
Es por ello que el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (FRENADESO) ha interpuesto una demanda ante la Fiscalía Electoral que aguardamos sea evaluada en su justa dimensión.
Aparte de ello, la demagogia de los gobernantes raya con el cinismo. En sus declaraciones el Presidente ha señalado que este sólo proyecto, al margen de un Plan de Desarrollo Nacional, nos conducirá al primer mundo. Nada más absurdo.
Es nuestro derecho y nuestro deber desconfiar de tales palabras. ¿Cuántas promesas incumplidas hemos recibido de los gobernantes en los últimos años? Durante todos este tiempo se han prometido mejores días para el pueblo, sin embargo la pobreza, la miseria y el desempleo siguen creciendo a niveles escandalosos.
En el caso particular del Canal de Panamá, el pueblo confió que, en manos panameñas, las ganancias que generaría la vía acuática ayudarían a aliviar sus acuciantes problemas. Sin embargo, estos se han profundizado. Y el pueblo siente que el Gobernador gringo ha sido reemplazado por un Administrador del Canal que goza de los mismos privilegios del ex representante colonial; que los zonians han sido reemplazado por los directivos provenientes de las fracciones oligárquicas y politiqueras que creen poseer la verdad absoluta y se sienten por encima del resto de los panameños; y que el enclave colonial ha sido sustituido por otro tipo de Estado.
A pesar que, gracias a la mano de obra panameña, el Canal ha funcionado con eficiencia y que valiosos bienes revirtieron al país, los pobres de la ciudad y del campo, los de Curundú, San Miguelito, de Mocambo, Tocumen, Colón, los campesinos de Coclé del Norte, los indígenas dentro de sus comarcas, y otros grupos pobres del país sienten que la vía acuática no ha contribuido a solucionar ninguna de sus dramáticas necesidades, entre ellas el de suministro de agua potable que con tan sólo una parte de las utilidades canaleras ya debió haberse resuelto.
Sin embargo, los sectores dominantes pretenden hacernos creer que saltaremos de pronto al primer mundo con este proyecto de ampliación, cuyos riesgos saltan a la vista, que implicará mayor endeudamiento y desvío de fondos que debieran servir para satisfacer las demandas de los panameños; que atenta contra el sistema ecológico y la vida de muchas comunidades, y que afecta valioso patrimonio cultural y arqueológico. Y lo que es peor, nos dicen que si no lo aprobamos estaremos condenados a un futuro sin esperanzas.
Entonces, ¿qué hay detrás de este llamado Mega proyecto? Veamos.
Muchas dudas razonables y contradicciones se reflejan de la propuesta del Gobierno y de la ACP. Si en los últimos años se invirtieron más de mil millones en la modernización cómo es posible que dentro de poco tiempo pueda quedar obsoleto el Canal. Por qué hacer en este momento una ampliación si ahora y al menos en los próximos 30 años el Canal podrá seguir atendiendo a naves que pueden transitar por las actuales esclusas y que representan más del 90 % de la flota mercante mundial. Para qué ampliar las esclusas si sólo existen en todo el mundo 300 barcos post panamax con rutas pre establecidas muy alejadas de Panamá, fuera de los buques y portaviones gringos. ¿Será esto una de las razones fundamentales que dan origen a este proyecto de ampliación?
Es obvio que existen intereses militares y económicas de los sectores de poder norteamericano, lo cual se corrobora con las negociaciones del TLC donde Estados Unidos busca sacar preferencias y ventajas a la hora de contratarse las obras de ampliación. TLC que, valga señalar, ha sido manejado con el mismo secretismo como hasta hora ha sido manejado el tema del Canal.
Constituye una burla al pueblo la publicación de los estudios en inglés y las prepotentes declaraciones del Administrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta de que el panameño que no los entienda entonces los traduzca. Esto representa, además de una muestra clara de la arrogancia que caracteriza a los sectores oligárquicos, una prueba contundente del manejo turbio que los directivos de la ACP y el Gobierno le vienen dando al tema.
El Gobierno calcula en 5 mil 300 millones los costos de la obra. Esta cifra tampoco es confiable. Previamente, porta voces oficialistas llegaron a hablar de hasta 10 mil millones y el Pentágono de 25 mil millones. Además, la experiencia de los megaproyectos en otras partes del mundo demuestra que estos han superado hasta el doble y más los costos estimados inicialmente. Qué nos asegura que esto no sea así, sobre todo por el constante aumento del combustible y la energía eléctrica que a su vez dispara los precios de todo el resto de artículos, gracias a la crisis petrolera que produce la especulación de las grandes corporaciones y las aventuras guerreristas yanquis.
No está claro para nosotros el panorama futuro ni los supuestos beneficios que obtendríamos de la llamada ampliación. Lo que sí es seguro es que con las ganancias que genera actualmente el Canal, y sin endeudarnos, bastaría para iniciar un combate real a la pobreza, generar decenas de miles de empleos dignos y permanentes, brindar soluciones de vivienda, construir escuelas, hospitales, centros de salud, acueductos, alcantarillados, sanear la Bahía de Panamá, dar micro créditos, apoyar a los sectores productivos, contribuir a mejorar los niveles de inseguridad ciudadana que vivimos, construir y mejorar las carreteras y realizar otras obras públicas, en fin, ayudar al progreso y bienestar de todos los panameños, en especial de los más humildes.
Para nosotros detrás de este proyecto está la ambición y codicia de los mismos grupos privilegiados de siempre, que en combinación con intereses foráneos, pretenden hacerse partícipe de lo que hemos denominado la Danza de los Millones.
Son los mismos grupos que se hicieron de la República, que se prestaron en su momento a ceder el Canal a perpetuidad a los gringos, cómplices de Bunau Varilla, y que han venido pelechando gobierno tras gobierno hasta nuestros días.
Ninguna confianza despiertan en nosotros, máxime cuando conocemos de su mezquindad y avaricia, tal como lo demuestran las empresas miembros de la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC), que se beneficiaron directamente de los más de mil millones invertidos en los últimos años en la modernización del Canal y que hoy se niegan a reconocerle a los trabajadores que laborarían en esta área geográfica, donde se pagan los salarios más altos del país, los mismos derechos y beneficios salariales de los trabajadores de la ciudad capital y de Colón. Esta situación, entre otras, nos mantiene al borde de un grave enfrentamiento en el sector construcción.
Por otra parte, el gobierno debe explicarle a la opinión pública por qué el proyecto de Mega Puerto, inserto inicialmente dentro del Plan Maestro del Canal como un proyecto estatal, pretende ser licitado con prisa, es decir para pasarlo a manos privadas.
En el Referéndum asistiremos a la confrontación de dos visiones de sociedad. La de la oligarquía que insiste en un modelo económico neoliberal que sigue ampliando la brecha entre ricos y pobres; y la visión de los que creemos que existen otras alternativas y que propugnamos por un Plan de Desarrollo Nacional que nos permita sacudirnos de la pobreza y la miseria.
Exigimos un debate amplio y democrático, en igualdad de condiciones y de acceso a los medios de comunicación social. El Tribunal Electoral debe dar garantías de un proceso transparente para todas las partes involucradas en el debate.
La ACP y el Gobierno no deben rehuir a su responsabilidad tal como pretenden hacerlo. Desde ya los retamos a un debate de cara al pueblo, en escenario previamente establecido con el Tribunal Electoral y difundido en cadena nacional de radio y televisión.
Asimismo, demandamos que los estudios en los que se sustenta el proyecto del Gobierno se den a conocer ampliamente y en idioma español al pueblo. Sólo después de este proceso de divulgación y debate se debe fijar la fecha definitiva del Referéndum.
Con espíritu patriótico y en defensa de los intereses de la clase trabajadora, el SUNTRACS junto a FRENADESO, nos comprometemos a desarrollar una labor de concienciación en la ciudadanía acerca de la gravedad del proyecto de ampliación del Canal.
El Gobierno, los empresarios y la ACP imploran para que el pueblo no haga uso del voto castigo, conscientes que ante sus fracasos y engaños son merecedores de esto y mucho más. Estamos confiados que el pueblo sabrá decidir con conciencia y claridad acerca de su futuro, cuando tenga la oportunidad de evaluar las propuestas que surjan además del Tercer Juego de Esclusas, y de seguir con detenimiento el debate que proponemos.
Participaremos activamente en el referéndum convencidos que de esta nueva jornada de lucha renacerá el compromiso de los sectores populares en defensa de nuestra soberanía y por un Panamá justo, democrático, humano y solidario.
¡Muchas Gracias!