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De la cultura de viñeta a la Narco-Para-Kracia
Publie le Martes 28 de junio de 2005 par Open-PublishingPor Alberto Pinzón Sánchez
26 de junio de 2005
En este año 2005, como si fuera bisiesto, han muerto tres de las mejores lecturas de mi etapa formativa.
Aún recuerdo la conferencia sobre historia de la literatura colombiana, dictada en el aula de la Facultad de Ciencias Humanas de la UN, el verano de 1970 por el sr profesor Rafael Gutiérrez Girardot, titulada "La literatura de viñeta y el retro-progresismo de la familia Santos" (la dueña del monopolio editorial El Tiempo) y que para fortuna de sus cautivos, tuvimos el grato gusto de leer, actualizada con un excelente concepto de crítica literaria sobre la obra garciamarquiana, aparecida en el volumen III del Manual de Historia de Colombia (1982). ¡Vale la pena volver a leerla como un homenaje póstumo a su obra crítica!
También acaba de morir, a los 91 años de vida, el joven y fresco intelectual que desde los 17 años de edad se convirtiera en el legendario dirigente comunista y formidable luchador antifascista portugués, Alvaro Cunhal, enjundioso escritor que por aquellas fechas nos impresionó con su novela autobiográfica "Ate Amanhá Camaradas" ("Hasta mañana, camaradas"), y "O Partido com Paredes de Vidrio", donde nos introduce en la compleja y heroica tarea de la construcción del partido en la clandestinidad, impuesta por el régimen fascista portugués de Salazar, quien lo tuvo en la cárcel durante ocho años (hasta cuando espectacularmente se le fugó), pudriéndose en la incomunicación y el aislamiento, de idéntica forma a como el fascismo italiano de Mussolini tuvo a Gramsci, "para evitar que sus cerebros pensaran". Vano intento pretender tapiar entre muros el pensamiento dialéctico.
Y así mismo, acaba de fallecer a los 87 años de edad ese otro gran escritor y novelista, comunista paraguayo, obviamente también antifascista, llamado Augusto Roa Bastos, a quien el régimen "uribista" de Stroessner mantuvo durante la mayor parte de su vida en el exilio. Recuerdo la edición semiclandestina hecha en Colombia del "Supremo", que con el mayor Sigilo leíamos a mediados de los 70. Tengo subrayada la página 107 donde el lunático tirano Rodríguez de Francia describe a los "Oligarcones. Ese hato de milicastros-terratenientes-mercaderes postrados en cuatro patas ante cualquier potencia extranjera". Ya en 1806 sus rivales por el poder absoluto, y desde siempre y hasta ahora, invariables en toda Latinoamérica como su copia al carbón inverso.
Los mismos "oligarcones" como F.P. Santander, Páez, Flores o Torre Tagle, quienes desmontaron el proyecto revolucionario anfictiónico de Bolívar en la Gran Colombia, restablecieron la esclavitud, el tributo indígena y las trabas coloniales a la producción manufacturera autóctona haciendo "aperturas gaviristas indiscriminadas", logrando conducir, por ejemplo, a la sociedad colombiana con dos siglos de guerras civiles y de corrupción, a la crisis histórica irreversible en la que hoy se encuentra, y a convertirla en la Narco-Para-Kracia actual.
¿Dónde y cuándo se volverán a conseguir esas obras, tan útiles y necesarias en la Colombia actual, en donde cada día que pasa se hace más necesario para el Pueblo Trabajador (no el pueblo a secas de los populistas, ni la multitud informe de los seguidores de Negri): tener "luz más luz", como pedía agónico el poeta Goethe, tan caro a Marx?
¿Cómo no caracterizar científicamente a la luz de los conceptos aportadas por el marxismo revolucionario de Dimitrov, Luckács, Gramsci, Mariátegui, entre otros (lo que tiene obvias implicaciones para resistirlo y derrotarlo), el actual régimen militarista de los gremios colombianos sustentado por el Pentágono, como un claro régimen fascista? ¿A quién se le otorga el beneficio de esa duda, creyendo como en el cuento popular ruso, que tirándoles la carne del avío a los lobos, éstos, una vez se acabe, van a perdonar al cochero?
¿Para qué seguir insistiendo en que hay "dos vías" (paralelas como los rieles de un tren) para derrocarlo y construir la salida política a la crisis, una la rebelión y otra las elecciones, después de la terrible experiencia chilena y de haber leído el lúcido y autocrítico análisis del escritor comunista chileno Francisco Herreros (Mayo 2005. Santiago de Chile, http://www.rebelion.org/noticia.php...), quien haciendo una sugestiva comparación histórica y aportando datos analíticos serios, ratifica el carácter "único y diverso", es decir inédito, complejo, mezclado y abigarrado del proceso real que ha ido construyendo con su praxis creadora el Pueblo Trabajador de Colombia, durante muchos años?
Dice así el citado escritor chileno Francisco Herreros: "Las FARC tienen claras oportunidades de lograr la victoria, a condición de que las actuales contradicciones desemboquen en una crisis social todavía mayor a la actual, y se produzca la confluencia entre la insurgencia levantada en armas y el movimiento popular no armado. Precisamente, la existencia o no de condiciones para que ello ocurra, el tiempo que tarde, y el margen de maniobra de la cada vez más desembozada intervención del imperialismo norteamericano, constituyen las principales variables que pueden inclinar la balanza en una u otra dirección".
(...)
"En otras palabras, el conflicto no se va a resolver por el solo arbitrio de los aparatos armados, sino por la compleja interrelación de fenómenos políticos y sociales, entre los que se cuenta, naturalmente, el componente armado".
(...)
"La existencia de ese componente armado, que puede resultar decisivo en el contexto de una crisis social y política agudizada, como es el caso de Colombia, constituye el segundo aspecto sobre el que quiero llamar la atención, por cuanto se trata de una experiencia histórica inédita en la construcción de una fuerza propia de carácter revolucionario".
"Cito un párrafo del libro Allende y la Experiencia Chilena, de Joan Garcés:
– ’Sin crisis social no hay cambio de régimen ni, con mayor motivo, de sistema político. La desarticulación de los mecanismos integradores y reguladores de un sistema económico es el principal precipitante de una crisis social. Pero ni toda crisis económica conduce a una crisis social, ni toda crisis socioeconómica desemboca en crisis general del sistema político existente, sino que el proceso está condicionado por la presencia y naturaleza de otros fenómenos sociales. Es en torno de estos últimos, de su delimitación, articulación y función, que gira el debate político, tanto teórico como práctico. En ambos terrenos las fuerzas sociales interesadas en la continuidad de las variables esenciales del sistema capitalista, y las partidarias de su reemplazo por otras de orientación socialista, sostienen una batalla sin tregua’".
(...)
"Por eso planteo en mi trabajo, que una de las variables de las que depende el resultado global de la confrontación en Colombia, es el grado de implicación del imperialismo norteamericano, que por el momento se limita al inmenso suministro de recursos bélicos y económicos, pero que perfectamente podría escalar hasta la intervención directa, en caso de que perciba la inminencia de una derrota de las fuerzas del Estado colombiano".
"Sin embargo, (...) en este tipo de eventos de naturaleza histórica, no sirve la bola de cristal. El desenlace del conflicto colombiano puede ser muy rápido, o prolongarse todavía por mucho tiempo. Pero ningún análisis serio puede apostar a una derrota militar de las FARC. Por tanto, la pregunta inversa es inevitable".
Lo cual muestra una vez mas, que la tesis postulada hace mas de cuatro décadas por el gran dirigente Gilberto Vieira de la combinación de todas las formas de lucha (ojo) de masas, para enfrentar al régimen bipartidista de la oligarquía y el imperialismo, aprobada y ratificada en múltiples congresos comunistas, a pesar de mas 40 años de terror del Estado, cuyos ejes estratégicos fueron al fin sintetizados por su más claro exponente, el vetusto ex general coreano Valencia Tovar en el diario de la familia Santos, El Tiempo (13 mayo 05), como "aislamiento, destrucción y consolidación", no han logrado derrotarla en la práctica de la vida real y por el contrario cada día que pasa le han dado más cuerpo.
Las elecciones, que en este momento aparentan ser el núcleo de la crisis colombiana, por el espejismo de la polarización bipartidista de la reelección entre Gaviria y Uribe Vélez, realizada por la falsimedia del régimen fascista, no pueden ser consideradas como la solución a ese núcleo problemático, sino como mecanismo de unidad popular que deberá confluir, junto con las muchas otras formas de resistencia, al derrocamiento del fascismo, so pena de cometer graves e irreparables errores históricos:
Primero porque el polo electoral de los de abajo, a pesar de su creciente deseo unitario, aún es débil y fragmentado. Segundo porque el aparato electoral colombiano está en manos del "financiadito uribista" Ernesto Samper a través de la sra Almabeatriz. Y tercero, porque los narco-paramilitares controlan el proceso electoral a nivel local y regional. A eso se le ha dado el nombre (no científico sino descriptivo) de Narco-Para-Kracia, cuya aparente consolidación estamos presenciando, después de la ley de perdón y olvido que acaban de aprobar los elegidos por estos poderes electorales, con el paquete chileno de que es para negociar "carcelazos" con la insurgencia.