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El arte del buen gobierno. La Gobernanza en América Latina

Publie le Lunes 19 de diciembre de 2005 par Open-Publishing
1 comentario

por Rosana Lecay (1) rlecay@prodigy.net.mx

Hacia finales del siglo XX el mundo se ha tornado más complejo, diverso y peligroso, presentándose transformaciones en la propia estructura social que provocan nuevas formas de expresión, de cultura y también, nuevas necesidades. Estas mutaciones afectaron las relaciones entre el Estado y la sociedad. El Estado redefine sus funciones coordinándose con una ciudadanía más participativa que, además, reclama rendición de cuentas a su gobierno.
El fracaso de las políticas de ajuste estructural de los noventas, agudizaron la pobreza, el desempleo o empleo no digno y la desigual distribución de la riqueza (2) , evidenciando, la incapacidad del Estado para afrontar las crecientes demandas sociales(3) . Los aprietos para gobernar crecieron con el descrédito de la clase gobernante y la desconfianza ciudadana en las instituciones. Los gobiernos que no dirigen o lo hacen en forma negativa dan lugar a nuevas formas de asociación y coordinación entre el Estado y la sociedad civil (4) .
Así se empieza a concebir la gobernanza como un régimen para gobernar en el que se incorporan empresas, organizaciones civiles, grupos sociales e individuos particulares. El Estado cumple funciones de coordinación para elaborar, implementar y evaluar de políticas públicas junto con los actores sociales (5).
La gobernanza demanda una nueva conciencia social, compromiso y responsabilidad, tanto de los actores sociales como de los medios de comunicación, dejando de lado la imagen paternalista del gobierno (6).
La democracia favorece el desarrollo de la gobernanza pero no lo asegura, los gobiernos democráticos también pueden gobernar mal.
El desarrollo de la gobernanza requiere de algunas condiciones, en general débiles en América Latina:

· Dispersión del poder: no implica la atomización del poder, sino su distribución entre los actores sociales.
· Disposición de recursos: así como la instrumentación de mecanismos que agilicen la obtención y control para implementar medidas sociales.
· Fortaleza y organización de la sociedad civil: la gobernanza reclama una sociedad fuerte comprometida y organizada, de manera que las organizaciones asuman, concientemente, la representación de los intereses socioeconómicos independientemente del poder político.
· Elevado nivel educativo y cívico. Los grupos sociales deberán estar preparados para generar espacios de debate de los cuales surjan propuestas claras y viables que redunden en un beneficio social. La gobernanza implica, además de la participación en las decisiones, un fuerte compromiso cívico para compartir las responsabilidades en las acciones de gobierno.

Latinoamérica parece estar lejos de cubrir estos requerimientos; sociedades con menores niveles de instrucción suelen desarrollar dependencia del gobierno para la resolución de problemas sociales, lo que se conoce como la cultura del Estado paternalista. El escaso desarrollo económico y la falta de empleos dignos provoca que la sociedad tenga sus prioridades puestas en la satisfacción de necesidades básicas personales y posterguen involucrarse en cuestiones sociales.
Estas características no son fáciles de lograr y menos en forma simultánea, incluso son, en sí mismas, los objetivos que se pretenden lograr con la gobernanza (7). El control jerárquico y la autodeterminación cívica se combinan en la gobernanza moderna, constituyendo una alianza eficiente.
No hay en el concepto de gobernanza la idea implícita de dominio, sino al contrario, lo que la fundamenta es la cooperación sana, transparente y participativa, que permite al gobierno el procesamiento de la información, tomando en cuenta todas las opiniones y haciendo los procesos flexibles y adaptables.
Las sociedades se han visto transformadas por la globalización. Enfrenta riesgos de inseguridad personal y familiar, crimen organizado-no circunscrito a ciertas áreas geográficas-, tráfico ilegal de personal y mercancías, corrupción, lavado de dinero, amenazas a redes informáticas, fenómenos transculturales como las “maras”, fenómeno que se extiende peligrosamente en Centroamérica, devastación forestal que ocasionan fenómenos naturales como huracanes, terremotos, erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra e inundaciones. La adopción de medidas para detener el deterioro ambiental y el ataque frontal a la pobreza, deben liderados por el Estado con la colaboración de la sociedad civil, sin eludir la acción hegemónica que le corresponde (8).

(1) Investigadora de la Fundación para la Cultura del Maestro A.C, a cargo del área de Gestión gubernamental y Políticas Públicas. rlecay@prodigy.net.mx
(2) Asimismo, se hace más evidente el fenómeno de exclusión social como mecanismo que limita las posibilidades de movilidad social.
(3) Ivancich, N.(2004). Hacia un Estado inteligente y para todos. IX Congreso Internacional del CLAD sobre la Reforma del Estado y de la Administración Pública. Madrid
(4) Aguilar L.(2000).Estudio Introductorio. La hechura de las políticas públicas. México D.F. Porrua.
(5) Las organizaciones sociales y las empresas no tienen, por sí solas, la capacidad de resolver los problemas que enfrenta la sociedad, por lo que, la coordinación con el gobierno resulta un alianza eficaz.
(6) Goberanza implica alejarse del modelo jerárquico de gobierno, en el que el Estado ejercía el poder soberano, introduciendo un estilo cooperativo de gobierno, donde existe colaboración de gobierno y actores sociales para dar solución a diferentes demandas.
(7) Mayntz R. (2001) El Estado y la sociedad civil en la gobernanza moderna. Revista del CLAD Reforma y Democracia. No. 21. Caracas.
(8) La prevención del riesgo y disminución de la inseguridad no es un problema de gobernanza, sino un problema de gobierno que no debe ser trasladado a la sociedad civil. El gobierno deberá asumir la responsabilidad que le corresponde, y si lo requiere, concertar con la colaboración de otros actores, sin eludir su papel central.

Mensajes

  • Muy buen artículo. Creo que latinoamérica debe dejar de copiar modelos del primer mundo y entender que tiene una realidad distinta. Desafortunadamente, la clase política latinoamericana se ha manejado como comparsa de gobiernos mas poderosos y solo se ha conseguido ser su mercado de consumo, sus proveedores de materias primas que luego nos regresan a precios mucho mas elevados, sus campos de experimentación. Latinoamérica está distraída viendo como evolucionan esas naciones y pretendemos copiar sus modelos, cuando lo hacemos, lógicamente vamos atrasados. Lo que debe hacerse es voltear primeramente a nuestro interior para que, a partir de ahi, puedan generarse programas que permitan mejorar el mercado interno, la educación...si, la educación. Creo que casi todos nuestros problemas se generan por la falta de educación que tienen nuestros pueblos y que , sin pensarlo mucho, es el orígen de nuestras carencias. En la medida que la población tenga mejor educación despertará su conciencia y se dará cuenta que tiene derecho a opinar y exigir resultados. Se dará cuenta que su bienestar no debe depender de un gobierno, sino de las acciones que emprenda como sociedad. No debe permitirse que el poder se concentre en una sola clase (la clase política y/o adinerada). Cuando el poder se concentra, florecen la corrupción y la manipulación.

    Javier Rivera S.